El Mundo - 12.09.2019

(Marcin) #1

EL MUNDO. JUEVES 12 DE SEPTIEMBRE DE 2019
48


TOROS
i


ZABALA DE LA SERNA^ VALLADOLID
Por la yema de la luz cruzaron el
ruedo esos dos hombres fugados de
otro tiempo. Morante de la Puebla y
Pablo Aguado reeditaban su tumul-
tuoso encuentro rondeño en tierras
de Castilla. La plaza de Valladolid en-
señaba demasiado sus dientes de
piedra. Y el viento mostraba sus col-
millos septembrinos. El ambiente,
entre preotoñal y ausente, parecía
trazar una frontera desabrida con el
arte del sur. Una lejanía infranquea-
ble, una montaña de espaldas. Des-
peñaperros volteada. Como la suer-
te o la espada. Todo el mal bajío se
concentró en Morante. Una naufra-
gio de infortunios y no sólo.
Así las cosas, Aguado afrontó en
soledad un ejercicio de raza y fe por
encima de su intuitivo don para de-
tener el tiempo. Sin un toro preclaro
y cristalino para lo suyo, impuso so-
bre las perlas de superclase un vale-

roso esfuerzo como le exigieron las
circunstancias. Por hache o por be,
pero sobre todo por la espada, su ba-
lance fue de una oreja. Escasez que
cuenta y no cuenta en un torero al
que no nadie aspirará al final de tem-
porada a contarle los despojos.
Después de lo de Ronda, los artis-
tas y sus huestes prefirieron cambiar
la corrida de Juan Pedro Domecq
por un rebujito de otras ganaderías:
Jandilla y Domingo Hernández for-
maron otros dos lotes. Imagino los
arrepentimientos a toro pasado. Y
eso que el juampedro que partió pla-
za vino a darles la razón. Tan pobre
de fuerza, tan triste de espíritu. Tan

poquita cosa. Morante esbozó algu-
nos redondos. Y dibujó un pase de la
firma y una trinchera escandalosos.
Entre las rayas, el aire despeinaba la
cabeza del genio. Y el torete ni que-
ría, ni podía. Ni siquiera para hacer-
lo con clase. La brevedad pretendida
se eternizó en el hundimiento de pin-
chazos desganados.
Y sin embargo el otro superviente
del hierro veragueño salvó el honor
de la divisa. Con su mayor presencia,
su buen aire y la distinción de su hu-
millación, especialmente por su ma-
no derecha. Aguado prendió la llama
de la verónica en lances suaves. Co-
mo si flotaran en la atmósfera. Asi-

dos sólo por la pinza de sus dedos.
Del pulgar y el índice. El compás ya
depende del corazón. Del que late en
su pecho. La faena fue una faena
exacta. De cuatro series en el tercio.
Tres diestras en son, más fluido el
muletazo cuando el toro viajaba ha-
cia los adentros, y una intercalada de
naturales cumplidores. Los redondos
despendieron esa sal de quien acom-
paña el toreo con el cuerpo entero.
Ya el desatinado uso del acero se en-
cargó de borrar las esencias.
La estocada (muy trasera) con la
que despachó al toro de Jandilla se
convirtió con el paso de las lidias
en la única de la tarde. Y fue la que

la valió el trofeo que compensó su
serio empeño con el encastado pu-
pilo de Borja Domecq. Que pronto
le dijo que si apostaba por la media
altura se lo comería. Así que la
trinchera quedó aislada del plan-
teamiento entero por abajo. Muy
emotivo con aquellas embestidas
de más disparo que ritmo, pero fi-
nalmente agradecidas. Acabaron
atemperadas en una hermosísima
tanda postrera y genuflexa. O en
los vuelos de los naturales sincerí-
simos. Entre la belleza etérea y el
admirable ejercicio de superación
asomaban tiernas lagunas.
Algo parecido a lo que sucedió
con el último toro. De Domingo
Hernández. Que volteó a Pablo
Aguado cuando galleaba. Tan loco
y descompuesto. Iván García fue el
profesional que salvó la honra de
los hombres de plata. De todos. De
uno y otro lado. No se puede afron-
tar un mano a mano con esas cua-
drillas. Colosal Iván toda la tarde.
Aguado se puso y tragó ricino. Tra-
gar exponiendo y sin dominar tie-
ne un mérito mayusculo. Al garci-
grande no se le veía jamás ni entre-
gado ni metido en la muleta.
Bárbaro el esfuerzo de Pablo. Que

pidió un buchito de agua antes de
enterrar con la espada la más que
segura puerta grande.
Morante incedió una verónica con
su jandilla, antes de que se pusiera a
la defensiva, el toro, digo. Y lo pasó
muy mal con un bruto muy bruto de
Domingo Hernández. Que arrollaba
con todo lo que se le pusiera por de-
lante. Su cuadrilla, sin Carretero, fue
lamentable. Caótica la lidia. Todo se
pretendió arreglar en el cabalo. Salió
José Antonio Morante desconfiado,
asustado como pocas veces.
La espada montada para aliñar
a la bestia infumable. Pablo
Aguado estuvo muy solo.

VILLASECA DE LA SAGRA


DIEGO SAN ROMÁN
Y LA QUINTA,
GANADORES DEL
ALFARERO DE ORO
El novillero mexicano Diego San
Román y la ganadería cordobesa
de La Quinta, se han alzado con la
XX edición del ciclo de novilladas
del Alfarero de Oro tras la gran
tarde ofrecida el pasado día 5. El
resto de galardones han sido asig-
nados de la siguiente manera: Me-
jor faena: Héctor Gutiérrez. Mejor
novillo: Labrador, nº 75, de Ceba-
da Gago. Premio «Agustín Pérez
Mejorcito» al mejor puyazo: Tito
Sandoval. Mejor par de banderi-
llas: Rafael González. Mejor peón
de brega: Daniel Sánchez. / E.M.

SALAMANCA


DIOSLEGUARDE
CORTA EL ÚNICO
TROFEO DE UNA
MALA TARDE
Un cuarto de plaza se dio cita
en la mítica Glorieta salmanti-
na para presenciar el primer
festejo de abono que abría la
Feria de La Virgen de La Vega


  1. Se lidiaron novillos de
    Casasola, que resultaron invá-
    lidos para la lidia en su mayo-
    ría. Diego San Román, silencio
    y silencio tras aviso. Manuel
    Diosleguarde, ovación con sa-
    ludos tras aviso y oreja. Miguel
    Aguilar, ovación con saludos
    tras aviso y ovación con salu-
    dos tras petición. / E.M.


ARGANDA DEL REY


ISAAC FONSECA,
PUERTA GRANDE
CON LA NOVILLADA
DE VICTORINO
Una generosa entrada engala-
nó la plaza de Arganda para
disfrutar de la tercera novilla-
da de abono. Se lididaron
ejemplares del prestigioso hie-
rro de Victorino Martín, aun-
que criticables en sus diferen-
tes hechuras y juego ofrecido.
El salmantino Antonio Grande,
silencio en ambos. El francés
El Rafi, vuelta al ruedo y oreja.
El mexicano Isaac Fonseca, si-
lencio y dos orejas, abriendo
así la primera puerta grande
del serial argandeño. / E.M.

FERIA DE ALBACETE


SOLITARIA OREJA PARA GINÉS MARÍN
Con dos tercios largos de entrada en los tendidos de La Chata, se lidiaron
toros de Alcurrucén. Román, ovación con saludos en ambos. Ginés Marín,
oreja y ovación con saludos. David de Miranda, silencio en ambos. / E.M.

Torero desdén de Ginés Marín, ayer en la plaza de Albacete. MARÍA VÁZQUEZ


DIFERENTES GANADERÍAS /
Morante y Pablo Aguado

Plaza de Valladolid. Miércoles, 11 de
septiembre de 2019. Segunda de feria.
Media entrada larga. Toros de Juan
Pedro Domecq (1º y 2º), Jandilla (3º y
4º) y Domingo Hernández (5º y 6º), de
muy diferentes hechuras, remates y
seriedades y muy desigual juego.

Morante de la Puebla, de caldero y aza-
bache. Siete pinchazos y un descabe-
llo. Aviso (pitos). En el tercero, esto-
cada corta y caída (algunos pitos). En
el quinto, dos pinchazos, estocada de-
fectuosa y descabello (bronca).
Pablo Aguado, de negro y oro. Pincha-
zo y media estocada baja (saludos).
En el cuarto, estocada muy trasera y
tendida. Aviso (oreja). En el sexto,
cuatro pinchazos, metisaca y estoca-
da defectuos. Aviso (saludos).

Bello derechazo de Pablo Aguado al cuarto toro de la tarde. JAVIER ARTETA


Un ejercicio de superación



VALLADOLID. Pablo Aguado afronta con entereza una tarde en soledad y a contraestilo con


Morante negado y borrado del mano a mano, sale como triunfador y corta la única oreja


Un colosal Iván García
salva la honra de los
hombres de plata de
ambos lados
Free download pdf