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julio-agosto 2017revistayogajournal.netSWAMI SIVANANDA
colaboración
Paciencia
Los estudiantes se vuelven a veces autosu-
ficientes, arrogantes y dogmáticos y no se
preocupan de cumplir las enseñanzas
fundamentales del Yoga. No desean tener
un maestro. Quieren tener su propia inde-
pendencia desde el principio. Creen que
están ya formados, que saben todo lo que
hay que aprender, cuando no saben siquie-
ra el abecedario de la ciencia del yoga. Este
es un error serio. Esa es la razón por la que
no aprenden. Pierden su confianza en la
eficacia de la Sadhana (práctica espiritual).
Vagan de un lado a otro sin ningún propó-
sito, diciendo cualquier cosa en el camino,
hablando un poco de escrituras de Yoga y
posando como jivanmuktas (seres realiza-
dos) o expertos en yoga.
Humildad
Si alguien desea beber agua de un grifo,
tendrá que inclinarse. De igual modo,
el estudiante tendrá que ser humilde y
modesto si desea beber el néctar del
conocimiento que rebosa de los labios de
los maestros.
El propio ego, las nociones preconce-
bidas, los prejuicios y los intereses egoís-
tas, deben ser transformados.
Todas esas cosas impiden que uno asimi-
le e interiorice las enseñanzas del yoga o
las instrucciones de un maestro.
La gracia del conocimiento aparece
sobre aquellos que son sinceramente
humildes y leales a las enseñanzas del
yoga. Tener fe implica tener confianza y
esperanza en el sistema o en el maestro.
La virtud de las enseñanzas del yoga
se manifiesta en la Sadhana o práctica
espiritual del estudiante. Esa virtud de
las enseñanzas se manifiesta igualmente
si el estudiante logra mantenerse en el
sendero de su aprendizaje. También si
resiste cuando le asalta la tentación, si
la gente lo recibe con amor y con respe-
to, si satisface todas sus necesidades
físicas, si tiene coraje y fortaleza cuando
se siente desesperado y triste y si final-
mente trasciende la conciencia física y
descansa en su Ananda Svarupa (natura-
leza dichosa).Tipos de estudiante
de Yoga
Según Swami Sivananda, hay hasta
cuatro tipos diferentes de estudiantes.
Decía que el mejor estudiante es como
el petróleo. Incluso desde una gran
distancia, reacciona instantáneamente
a la chispa de las enseñanzas recibidas.
Por otro lado, el estudiante del segundo
tipo es como el alcanfor. Necesita un
contacto directo que despierte su espíritu
interno y encienda el fuego de la espiri-
tualidad en él.
El estudiante del tercer tipo es como
el carbón. Le cuesta mucho al maestro
despertar su espíritu.
Y por último, está el estudiante del
cuarto tipo, que es como el tallo del
platanero. Ningún esfuerzo en él servirá
para nada. A pesar de cuanto haga el
maestro permanece frío e inerte.INFORMACIÓN FACILITADA POR EL CENTRO INTERNACIONAL DE YOGA
SIVANANDA VEDANTA
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