rente a las vitrinas de un museo vemos una fila de
jóvenes observándolas, todos de perfil, absortos
en los objetos detrás de los cristales. De pronto, entre
las caras de los estudiantes vemos aparecer un ros-
tro conocido que, con mirada sospechosa e inquisiti-
va, evalúa su entorno. Se trata de Gael García Bernal,
quien, en medio de los Estudios Churubusco –trans-
formados en el Museo Nacional de Antropología e
HIstoria –, da vida a Juan Núñez, el protagonista de la
más reciente película de Alonso Ruizpalacios, Museo.
El 25 de diciembre de 1985, la Ciudad de México
despertó con la noticia de que habían sido robadas
140 piezas del Museo Nacional de Antropología. Tras
la desolación que se vivió debido al terremoto que
sacudió al país ese año, el robo provocó un descon-
cierto generalizado, particularmente cuando se des-
cubrió que los autores intelectuales de dicho delito
eran Carlos Perches y Ramón Sardina, dos estudian-
tes de veterinaria. Ante la peculiar e inesperada iden-
tidad de los asaltantes, una serie de especulaciones
se desbordaron alrededor del suceso: que si habían
sido enviados por un narcotraficante o que si vende-
rían las piezas a mercenarios de arte. Sin embargo,
ninguna de las versiones fue confirmada y hasta la
actualidad se desconocen los motivos que llevaron a
estos jóvenes a realizar tal robo.
“Eran dos chavos inocentes que se metieron al
mundo de la criminalidad, no sé qué les detonó esto
y no me atrevería a decirlo”, nos platica Gael, quien
no quiere revelar mucho de su personaje. “Todos ha-
blamos de esto como si fuera nuestro pasado, nos
compramos la narrativa de que es nuestro, de que es
de todos, [la película] juega con la nacionalidad, con
la ética, con la moral, con la impunidad y con la de-
solación ideológica de los 80, cuando hubo mucho
desamparo en muchos sentidos”.Más de 30 años después, la ficcionalización de
estos hechos llegará a los cines en 2018, bajo la mi-
rada de Ruizpalacios, el cineasta responsable de ese
road movie urbano llamado Güeros, ganador del pre-
mio a Mejor ópera prima en la Berlinale de 2014.
Durante nuestra visita a los Estudios Churubusco, el
director confiesa que, a pesar de haber recibido múl-
tiples propuestas tras su aclamada primera cinta, no
había encontrado ningún proyecto que lo atrapara
como Museo.
“Con ésta [película] conecté inmediatamente
porque hay dos temas que me interesaban mucho.
Primero, los que cometieron este robo son dos jóve-
nes suburbanos de clase media sin rumbo, no fue un
robo por necesidad ni fue hecho por una banda de
expertos de arte como se reportó. Eran dos chavos
a los que se les ocurrió hacer una travesura y que les
salió muy cara. Segundo, está el tema de búsqueda
de identidad”, comenta el director.
La película, a cargo de los productores de Un pa-
dre no tan padre, se rodó durante nueve semanas en
Acapulco, Palenque y en la Ciudad de México, y su
elenco también incluye a Ilse Salas, Alfredo Castro y
Lisa Owen. Lo que vemos en nuestra visita es com-
pletamente inmersivo: en los estudios Churubusco
se ha replicado, con un resultado espectacular, desde
el piso hasta el techo de tres salas del monumental
MNAH, incluyendo alrededor de mil piezas, entre las
que se encuentran las 140 que fueron robadas.
La cinta, protagonizada por Gael García y
Leonardo Ortizgris, reflejará la vida de este par de
enigmáticos ladrones (cuyos nombres fueron cam-
biados), e intentará alumbrar las razones que los
llevaron a cometer el robo. Inspirada un poco en
Badlands, de Terrence Malick, tomará la historia real y
la convertirá en una alegoría de la búsqueda de senti-
do en la vida. “Es un personaje [Juan Núñez] que trae
mucha complejidad”, nos murmura con una sonrisa
Gael García Bernal, junto a la salas del museo recrea-
das, mientras filman otra escena. “Lo que hicieron
ellos, el por qué lo hicieron es la duda que siempre ha
estado. La inquietud que siempre existió en todas las
personas a las que les tocó vivir ese momento. Hay
cosas que hacemos que nunca logramos entender”.
–Elizabeth PeñalozaCINEPREMIERE.COM.MXJULIO 2017 23
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