Cine Premiere N.274 – Julio 2017

(Kiana) #1

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Más Negro que el CiNe


No hay perdón para lo sucedido. ¡Cómo es posible que
Margarita López Portillo dijera que no había presupuesto para
arreglar las bóvedas mientras metía $40 MDP en Campanas ro-
jas, una película soviética realizada con dinero mexicano!
–Matilde Landeta, cineasta y guionista. 26 de marzo, 1982.

La noche más triste para los cinéfilos fue la de anoche.
–Emilio “El Indio” Fernández, cineasta.
25 de marzo de 1982.

Margarita era el poder absoluto en todos los medios en aquella
época. Una orden de ella se hubiera acatado inmediatamente.
Más grave aún si estaba consciente. Es doble responsabilidad.
Arriba de ella sólo estaba el secretario de Gobernación [Enrique
Olivares Santana] y su hermano [José López Portillo, presi-
dente de la República]. Sin duda, ella hubiera podido hacerlo.
Cuando menos sacar el material de ahí. No hizo caso, le dio pre-
ferencia a otras cosas como traer a directores extranjeros a ha-
cer malas películas en México. Y ahí están las consecuencias.
–Alejandro Pelayo, actual director de la Cineteca Nacional.
25 de noviembre, 2015.

Se quemó 99% de todo lo que se tenía en ese momento.
–Magdalena Acosta Urquidi, directora de la Cineteca
Nacional de 2001 a 2006. 23 de marzo, 2002

Explotó una parrilla en el contiguo restaurante Wings.
–Primer peritaje de la Coordinación Social de la
Presidencia de la República durante el sexenio de López
Portillo, emitido días después del incendio.

Fue la falta de mantenimiento, tanto del motor de la pantalla,
como el de las bóvedas, que estaban totalmente desatendidas.
Fallaba el aire acondicionado y los empleados habían llama-
do la atención de las autoridades sin que les hicieran el menor
caso. Trabajar en esas bóvedas con esas condiciones era una
bomba de tiempo.
–Gustavo García, crítico e investigador de cine.
24 de marzo, 2012.

En virtud de que la ubicación de esta área [la sala Fernando de
Fuentes] era precisamente sobre el techo de la bóveda que al-
macenaba las películas a base de nitrato de celulosa, el calor
que se generó por el incendio se transmitió por conducción a la
bóveda indicada sobreviniendo, por esta causa, una gran eleva-
ción de temperatura en el interior de la misma. En vista de las
condiciones de destrucción en la que quedó el inmueble des-
pués del incendio y la explosión, no fue posible llegar a mayo-
res determinaciones concluyentes por falta de indicios.
–Dictamen del incendio realizado por los peritos Carlos de
Navia Osorio y Juan Aymes Couche. 13 de abril de 1982.

películas. Todas quedaron destruidas. El fuego
fue controlado después de diez horas, a las 4 de la
mañana. Se calcula que se usaron más de tres mi-
llones de litros de agua para sofocar el incendio.
–Conductora no identificada de la emisión
Noticias. 25 de marzo de 1982.

Exijo que se haga una investigación muy severa.
Naturalmente, yo sabía que nunca se debió de ha-
ber hecho este edificio así, arriba de un arsenal de
nitrato. Cuando me di cuenta y supe que las pe-
lículas estaban abajo, les pedí varias veces a las
altas autoridades que me dieran el presupuesto
para hacer las bóvedas aislantes de este peligrosí-
simo material. Lamentablemente, los tiempos se
pusieron difíciles, no se entendió el peligro tan
grande de esto y no me dieron el presupuesto. La
última vez que se me negó fue hace dos meses.
Yo no puedo hacer responsable a nadie. Lo único
que lamento son los heridos y espero que no haya
muertos. Para mí es un caso muy doloroso; terri-
ble. Yo sabía el peligro que había. Así que para mí
fue doblemente doloroso. Se pudo evitar.
–Margarita López Portillo, directora de RTC.
24 de marzo, 1982.

Jamás se manejó una cifra [de cuántas películas
había]. ¡Era un secreto de Estado!
–Marcela Fernández Violante, cineasta.
27 de marzo, 1982.

¡No quedó nada! Yo tengo algunos negativos
[míos] ¡pero se quemó todo!
–Juan Orol, cineasta. 26 de marzo, 1982.

Se perdieron dibujos de Eisenstein, aparatos, do-
cumentos, cámaras; originales de Diego Rivera
donados por el Indio Fernández, un programa ori-
ginal de El perro andaluz firmado por Buñuel, y
cintas extranjeras que sólo nosotros teníamos, en-
tre ellas, El llanero solitario y algunas coloreadas
a mano, cuadro por cuadro, de principios de siglo.
–Raúl Ortiz Urquidi, excoordinador de la
Cineteca Nacional. 29 de marzo, 1982.

Ahora ni llorar es bueno. Y uno se pregunta si los
tres, cinco o diez muertos en la Cineteca valen los
$25 o $75 MDP que requerían instalaciones más
adecuadas o si las películas convertidas en humo
no valían la pena de protegerse.
–Rafael Arenas Rosas, reportero de
Novedades, diario de la tarde. 26 de marzo, 1982.

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