SI HUBIERA UN CONCURSO que premiara a la especie sexualmente más
fogosa de la naturaleza, sin duda este pajarillo cantor de aspecto poco
llamativo conseguiría un buen puesto en el ranking. De hecho, «tiene una
de las tasas de copulación más altas entre las aves», dice Jim Briskie, pro-
fesor de ecología comportamental en la Universidad de Canterbury, en
Nueva Zelanda, que lleva estudiando al escribano de Smith desde hace
mucho tiempo. Las hembras y los machos de esta ave paseriforme oriunda
de las tundras de Alaska y Canadá tienen la costumbre de emparejarse de
forma múltiple, un comportamiento sexual que se denomina poliginandria.
Para producir cada puesta, las hembras copulan con dos o tres machos
distintos, los que tengan más a mano, y ellos, a su vez, hacen lo mismo
con las «chicas del barrio» que se presten. «A principios de la primavera y
durante un período de una semana, una hembra copulará, de media, algo
más de 350 veces», añade Briskie.
Ese frenesí copulador «da una cota, en la fase más fértil de la hembra,
de hasta 5,3 copulaciones por hora con su macho favorito», apunta Trond
Amundsen, profesor de comportamiento animal en la Universidad Noruega
de Ciencia y Tecnología. Los machos, explica, «ayudan a alimentar a las
crías en los nidos de las hembras con las que más se han apareado, aunque
nunca sabrán con seguridad si están alimentando a sus propios hijos. Lo
más seguro es que las crías sean de padres distintos». Para obtener la mayor
ayuda posible, las escribanas seducen a todo aquel que se le ponga a tiro.
Pero a menudo esos escarceos son en vano, porque, llegado un punto, a
ellos ya no les queda esperma, por lo que se ven obligados a rechazar la
proposición. Cómo es la vida... unos tanto y otros tan poco.
EXPLORA | INSTINTO BÁSICO
ROBERT ROYSE / MINDEN PICTURES
HÁBITAT
El escribano de Smith
(Calcarius pictus) cría en
las planicies herbáceas del
norte de Alaska y Canadá,
donde se alimenta de
semillas e insectos.
En la zona de invernada,
en el sur de las Grandes
Llanuras de Estados
Unidos, se agrupa en
bandadas.
CURIOSIDADES
Para poder afrontar
el ajetreo sexual que
caracteriza a esta ave,
los machos están bien
equipados. Sus testículos
son más o menos el doble
de masivos que los de
su congénere el escribano
lapón (C. lapponicus).
5,3 cópulas por hora
El escribano de Smith
fue bautizado en 1844
por el ornitólogo John
James Audubon, quien
le puso este nombre
en honor a su amigo
el entomólogo y
editor Gordon B. Smith.