NATIONAL GEOGRAPHIC
Tu apoyo ha permitido
a National Geographic
Society financiar este
y otros proyectos
de exploración
e investigación.
Ahuyenta al depredador,
atrae al furtivo
NOTAS DE CAMPO | CONSERVACIÓN
TEXTO: JASON BITTEL. FOTOS: HUNG NG (ARRIBA);
ANALYN CABRAS (ABAJO)
EN LOS BOSQUES LLUVIOSOS de la isla filipina
de Mindanao, los minúsculos gorgojos joya
se visten de colores iridiscentes para disua-
dir a los depredadores, pero sin saberlo están
atrayendo a los cazadores furtivos.
La bióloga Analyn Cabras, que ha dedicado
un lustro a estudiar estos insectos tan diver-
sos, acaba de descubrir dos nuevas especies
y tiene otras siete pendientes de evaluación
científica. Tal y como sugiere su nombre, el
gorgojo joya es una gema viviente. Haciendo
uso de una estrategia de supervivencia
opuesta al camuflaje, sus élitros (o capas
protectoras de las alas) relucen con coloridos
dibujos que van del turquesa brillante al
oro, pasando por el naranja claro.
«Tienen un cuerpo muy duro. Aunque
los pises, no puedes aplastarlos como si tal
cosa –dice–. Así que, cuanto más coloridos
son, mejor anuncian a los depredadores que
no son comestibles». Varias de las especies
de caparazón duro, algunas estrechamente
emparentadas y otras no, han evolucionado
a dibujos similares para protegerse.
Algunas especies de escarabajo longicor-
nio, aunque son de coraza blanda e interior
comestible, presentan dibujos parecidos.
En vez de desperdiciar recursos generando
una capa protectora, estos insectos utilizan
la imitación para impedir que se los coman.
Tan llamativos colores surten efecto a la
hora de ahuyentar a ranas, lagartos y aves,
pero en cambio llaman la atención de los
coleccionistas, hasta el punto de que estos
espectaculares insectos se han convertido
en objeto de deseo de los cazadores furtivos.
Muchos gorgojos y escarabajos se cazan,
matan y venden por internet, donde un
espécimen disecado llega a cotizarse por
cientos de dólares.
Por si todo eso fuera poco, estos insectos
pierden cada vez más hábitat por culpa de
la tala forestal, la minería y la roturación de
los bosques. «Si no hacemos nada para impe-
dirlo, algunas [especies] probablemente
acabarán desapareciendo en los próximos
cinco o diez años», afirma esta bióloga.
Analyn Cabras (arriba) ha
hallado en Filipinas una
nueva especie de gorgojo
joya: Metapocyrtus
willietorresi (a la derecha),
a la que la evolución dotó
de colores similares a los de
la especie Pachyrhynchus
reicherti (a la izquierda).
Los dibujos advierten a
los depredadores de que
no son comestibles.