El Mundo - 30.10.2019

(Sean Pound) #1

P A P E L


HOJA Nº (^30) MIÉRCOLES 30 DE OCTUBRE DE 2019EL MUNDO.
C I N E
Luis Carrizo no niega
que le beneficia la
coincidencia con la
exhumación de
Francisco Franco con el
estreno de ‘Generalísi-
mo’, pero quiere poner
un poco de distancia
hacia la eterna guerra
de ideas. «Queremos
que sean obras
didácticas, sin asumir
qué sabes y qué no, que
intenten narrar sin a
prioris. Si eres de
ultraderecha te
enfadarán ciertas
cosas, pero no creo que
cambies de opinión.
Queremos aportar
complejidad a la figura y
al contexto, ahondar en
los grises. Contar 40
años de dictadura y 40
años de democracia en
un tuit es absurdo».
“QUEREMOS
COMPLEJIDAD,
AHONDAR EN
LOS GRISES”
archivos, entre nacionales e
internacionales». Ese rigor
pasa, obligatoriamente, por
contactar con archivos
privados y fuentes
interesadas como la
Fundación Nacional
Francisco Franco (FNFF):
«Ellos[la FNFF] nos dan
acceso a lo que consideran
que debemos tener acceso.
Los archivos públicos sí son
accesibles, claro. A la hora
de trabajar con ellos, hay
dos elementos que pueden
contaminar tu información.
Primero, lo que ellos
quieran compartir y lo que
no quieran compartir; y,
segundo, el acuerdo. La
FNFF especifica que no se
En los primeros compases
de Generalísimo, el
documental sobre la vida
de Francisco Franco que
ha dirigido Luis Carrizo, la
cuidada técnica de
coloración con la que se
han tratado las imágenes
del NO-DO y los archivos
de la Filmoteca Nacional
se detiene de forma
abrupta para volver
momentáneamente al
blanco y negro. La
narración nos anuncia que
estamos ante una película,
pero no una película
cualquiera: se trata de La
malcasada, único filme de
Francisco Gómez Hidalgo
en el que el dictador (en
aquel 1926 recién
nombrado general) se
interpreta a sí mismo
durante una cena
costumbrista de la época.
La escena, surrealista
desde el revisionismo y los
horrores transcurridos, es
solo una de las pequeñas
joyas de registro a las que
ha tenido acceso la
productora Minoría
Absoluta (creadores de
Polònia) para intentar
contar en menos de 90
minutos los hechos más
importantes en la vida del
hombre que más poder se
asignó en España durante
el siglo XX.
Justo después de
estrenar el documental en
la Seminci de Valladolid y
antes de que su adaptación
televisiva llegue a DMax en
noviembre repartida en
dos episodios, el director
explica el proyecto:
«El guionista, Manel Lucas,
es el que criba entre los
hechos históricos
relevantes y construye la
narración desde una
perspectiva
cinematográfica. A partir
de ahí, recurrimos a
fuentes de referencia en el
hispanismo como lo que
han escrito Paul Preston o
Santos Julià y buscamos la
fuente primaria, gracias al
NO-DO y los archivos de la
Filmoteca».
Ante la siempre difícil
tarea didáctica de explicar
los acontecimientos más
sensibles a la memoria
colectiva española,
Carrizo detalla que la
manipulación se limita al
color: «Nuestra obsesión es
el rigor histórico. Hemos
contactado con 172
debe utilizar ninguna
imagen para vejar la figura
del dictador. Otros archivos
nos limitaban la coloración
o hasta qué punto
podíamos modificar los
documentos».
Carrizo, que también es
el responsable de contar las
cuatro décadas de
franquismo, también en
color y también en DMax,
se subió al proyecto hace
cinco años: «En 2014
empezamos con La Guerra
Civil en color, junto a
Francesc Escribano, pero
ya íbamos trabajando en la
miniserie biográfica. En
diciembre de 2017 ya
estábamos listos para
embarcarnos
completamente y meternos
en la caverna franquista.
Ha sido duro», confiesa.
La versión pensada para
el cine de Generalísimo se
estrena este viernes en cines
seleccionados con 93
minutos de metraje. En
números, la película es un
proyecto titánico compuesto
por más de 115.000
fotogramas coloreados a
partir de los carretes de 16 y
35 milímetros custodiados
por la Filmoteca, que
atesoraban 125 horas de
material audiovisual válido.
Precisamente sobre esa
validez y los conocidos
como «descartes», los cortes
que el régimen dejaba fuera
del NO-DO, gira el grueso
del valor informativo de
Generalísimo: «El
documental empieza con la
última aparición pública de
la que se tenía constancia de
Franco, asomado al balcón
el 1 de octubre de 1975 ante
cerca de un millón de
personas. Gracias a los
descartes, podemos mostrar
que no fue la última
registrada, ya que existen
imágenes suyas de unos
días después con un
párkinson galopante y un
avanzado estado de
deterioro. Obviamente no
fueron usadas para la
propaganda», explica el
director.
¿Por qué embarcarse en
un proyecto en el que, por
mucho rigor que se
aplique, las pasiones
derivadas de una herida
social que no se cierra se
levantarán en ira de
cualquier modo? Carrizo se
muestra casi resignado:
«Nuestra ética profesional
no nos deja hablar sobre el
personaje, si no sobre la
persona. La idea es
humanizar a Franco no en
el sentido del
blanqueamiento o el de la
glorificación, si no en el de
contar los hechos
relevantes de su vida como
un mortal. Ni es el salvador
de la patria que defiende la
ultraderecha ni casa con el
tópico del psicópata que
firmaba sentencias de
muerte comiendo churros.
Primero, porque sólo las
ratificaba o concedía el
indulto, pero también
porque no tenemos la
constatación histórica que
pueda apoyar esa tesis».
Estreno en salas y (después) en TV.
Luis Carrizo, el autor de ‘La Guerra Civil
en color’, presenta el documental
biográfico sobre el dictador que ha
construido con documentos hasta ahora
descartados y coloreando las imágenes
‘GENERALÍSIMO’:
VIDA Y OBRA
DE FRANCO
A TODO COLOR
POR MATÍAS
REBOLLEDO MADRID
Francisco Franco, en una de las imágenes coloreadas del documental ‘Generalísimo’. MINORÍA ABSOLUTA

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