El Mundo - 30.10.2019

(Sean Pound) #1

EL MUNDO. MIÉRCOLES 30 DE OCTUBRE DE 2019
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DEPORTES
i


ABRAHAM ROMERO MADRID^
Un nombre en una camiseta, una fir-
ma en un papel, un gol, una lesión.
La vida del futbolista puede llegar a
ser tan simple que un pequeño giro
de guión trastoca el argumento de la
mejor historia que uno consiga ima-
ginar. Alexander Szymanowski
(Buenos Aires, 1988) ha jugado en
todas las categorías del fútbol espa-
ñol. Con 23 años defendió al Alcalá
en Segunda B, con 24 al Recreativo,
con 25 al Brondby danés, y con 26 se
convirtió en máximo goleador de un
Leganés que ascendió a Primera Di-
visión. Con 27 debutó en la máxima
categoría, con 29 repitió como mejor
artillero de Butarque y ahora...
Pues ahora sufre la otra cara del
fútbol. La que le impide no ya estar
esta noche en el Bernabéu con sus
compañeros, sino una más cruda. La
cara, oscura, que le obligó a cumplir
los 30 en plena rehabilitación de una
lesión eterna que le mantuvo una
temporada y media fuera de los te-
rrenos de juego, viajando para visitar
a todos los médicos posibles y bus-
cando resultados a un problema que
no tenía fin. Consiguió ganar la bata-
lla y jugó nueve minutos en el último
partido del curso pasado. ¿El fin del
túnel? No. En plena pretemporada,
rotura de ligamento cruzado. Los 31
(cumplió el día 13) le han pillado en
mitad de los –mínimo– seis meses de
recuperación. Seis más que sumar a
los 20 que habían pasado desde di-
ciembre de 2017, cuando jugó en
Riazor su último partido antes de ini-
ciar el camino más oscuro del fútbol.
El de las lesiones. El del dolor. El del
olvido. Y termina contrato en junio.
«No tengo toda la vida para recu-
perarme, voy contra el reloj. Entran
en juego presiones y contratos. Uno
se altera y entra en un estado de in-
certidumbre que te mata», explica a
EL MUNDO Szymanowski, que es-
pera volver en los primeros meses de


  1. El centrocampista habla en
    pleno proceso de recuperación física
    y mental después de una «montaña
    rusa» de emociones.
    Pregunta.– ¿Ha sido más difícil la
    primera lesión o la segunda?
    Respuesta.– La primera, sin com-
    paración. No se la había escuchado


a nadie: la tendinopatía isquiotibial.
Evolucionó mal, las soluciones no
fueron las correctas y se alargó. En-
tré en una incertidumbre y la incerti-
dumbre te mata, seas político, obre-
ro o futbolista. Entré dos veces al
quirófano y no se arregló, no sabía
hacia dónde tirar, si lo que hacía me
perjudicaba ni a quién acudir. He ido
hasta Finlandia a ver al doctor que
descubrió mi lesión, he hecho de to-
do. Te dirán que me volví loco, pero
si iba a un médico y no iba bien, te-
nía que ir a otro».
Alexander habla con la tranquili-
dad de quien ha ganado una batalla
y con las ganas de comerse el mun-
do de quien sólo ha podido disfrutar
dos años de Primera División. «Yo
me veo jugando hasta los 40 porque
estoy preparado como si tuviera 20»,

explica, en un mensaje que parece
dirigido a los aficionados que se pre-
guntan cuándo volverá, a los técni-
cos que piensan en el nivel que ten-
drá y al nuevo contrato que le queda
por firmar. Ahí está la presión del
proceso de una lesión antes de la ale-
gría de la superación final. De nuevo,
el lado oscuro del fútbol. «Si me pa-
rase a pensar en todo lo que me ha
pasado entraría en un bucle, así que
no le dedico más que este tiempo
que me estás preguntando».
P.– Psicológicamente, ¿cómo se vi-
ve tanto tiempo lesionado?
R.– Es muy cambiante, subidas y
bajadas. Te levantas y te encuentras
bien, entrenas, crees que va bien, se
te inflama y vuelves para atrás. No

me preocupa perderme partidos, me
preocupa la incertidumbre de si la le-
sión se alarga, si los tiempos no se
pueden cumplir. Cuando encadenas
lesiones te apetece que la recupera-
ción vaya correcta y todo lo que sea
que se retrase un poco produce ago-

bio. Llevo bien no jugar, ver a mis
compañeros, no tengo problema, pe-
ro para lo que uno no se termina de
preparar es para los imprevistos.
Un «imprevisto» fue el amistoso
contra el Alcorcón en el que sintió al-
go en la rodilla. «Llevaba un mes de

pretemporada sin perderme ni diez
segundos, me faltaba un kilómetro
por hora para volver a ser el de an-
tes». Y, de repente, crack. «La rotura
del cruzado es la lesión más temida
por el futbolista, pero es una lesión
de estado anímico, de ser consciente
de que la lesión tiene sus tiempos.
Tuve mis diez segundos de flojera
estomacal, pero no le dediqué ni un
segundo más. No tengo dudas de
que volveré a ser competitivo y a dis-
frutar de esto». Nada que ver con la
lesión de 2017: «Esa era de no poder
volver a ser jugador de fútbol».
Los Szymanowski llegaron a Es-
paña desde Argentina cuando Ale-
xander era pequeño, después de va-
rios robos y un asalto a punta de pis-
tola a su padre. Su adolescencia y
primeros años de fútbol se resumen
en equipos de Madrid y trabajos de
camarero, socorrista o encuestador.
No es el típico futbolista que sale de
la cantera de un grande y acaba ju-
gando en Primera. «Llevo dos años
en Primera y quiero que sean 10
más, no quiero que se acabe nunca.
A todos los que están en grandes
canteras les van metiendo en la ca-
beza desde pequeños que van a lle-
gar a Primera. Juegas contra la can-
tera del Madrid, del Atlético, del
Barça, te dan todo, debutas con 16
años y vives en una burbuja. Yo
siempre he jugado en ligas regiona-
les combinando el fútbol con el tra-
bajo y hasta meses antes del ascenso
con el Leganés no tenía el objetivo
de llegar. Mi objetivo era vivir del fút-
bol, nada más».

P.– ¿Tienen la cabeza más amue-
blada o son más humildes los que
tardan más en llegar a la elite?
R.– No creo que sea humildad, es
frescura mental. Hay gente que lleva
desde los 18 y mentalmente ya están
agotados. Es aguantar 15 pretempo-
radas de Primera, porque la presión
que te da Primera no te la da nada
más. Yo he estado en todas las cate-
gorías y físicamente trabajas en to-
das, pero la presión mental a la que
estás expuesto en Primera, lo que te
juegas, los contratos de los que de-
pende tu familia... Es mucha.
P.– Después de todo, ¿sigue pen-
sando como un futbolista?
R.– Sólo pienso en cómo va a ser
mi próximo gol.

«Voy contra


el reloj; la


incertidumbre


te mata»


Centrocampista del Leganés. Camarero, socorrista y encuestador, todo ello paralelo a una carrera que comienza
en Regional y termina triunfando en Primera, ya cerca de los 30, en el Leganés. De repente, una lesión indescifrable
primero y el cruzado después. Y el túnel, dos años sin jugar. El futuro, las dudas, la soledad... La otra cara del fútbol.

ALEXANDER


SZYMANOWSKI


«La rotura del cruzado
tiene sus tiempos, la
otra lesión era de no
volver a jugar al fútbol»

«La presión mental de
Primera no te la da nada
más: lo que te juegas,
contratos... Es mucha»

Se rompió el cruzado en
pretemporada después
de año y medio de baja
por una extraña lesión

«Me operé dos veces y
no se arreglaba. Dirán
que me volví loco
buscando un médico»

ANTONIO HEREDIA
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