El Mundo - 05.11.2019

EL MUNDO. MARTES 5 DE NOVIEMBRE DE 2019
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E S P A Ñ A

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VÍCTOR MONDELO BARCELONA

No sólo independentistas radicales

anónimos protagonizaron ayer las

protestas contra la visita del Rey

Felipe VI a Barcelona. Dirigentes

de JxCat y ERC –los partidos que

conforman el Govern de la Genera-

litat– participaron activamente en

los actos de boicot al Monarca.

Candidatos, diputados y concejales

de las dos grandes formaciones in-

dependentistas catalanas compar-

tieron concentración con los miem-

bros de los CDR y Arran –el brazo

juvenil de la CUP– que hostigaron

a los invitados a los premios Prin-

cesa de Girona, impidiendo la en-

trada de varios de ellos a la gala. El

caso más significativo fue el del lí-

der del PP en el Ayuntamiento de

Barcelona, Josep Bou, quien acce-

dió al Palacio de Congresos de Bar-

celona escoltado por un guardia

urbano tras tener que desistir en

un primer intento al ser insultado

y zarandeado por la masa separa-

tista. «Los intolerantes y los violen-

tos no sois ningún muro», procla-

mó el popular, ya en el interior del

recinto. También el ex presidente

y fundador de Societat Civil Cata-

lana, Josep Ramon Bosch, denun-

ció «empujones y escupitajos» y

aseguró sentir el «peligro» tras ser

acosado. Mientras esas escenas se

sucedían, los representantes de

JxCat y ERC saludaban a los mani-

festantes secesionistas que ejecuta-

ban los actos de acoso, gritaban

proclamas contra el Monarca o

quemaban sus fotografías.

Por parte de los neoconvergentes

RAÚL PIÑA BARCELONA

Un joven de traje gris intenta acce-

der al Palacio de Congresos de Cata-

luña, donde ayer se celebraron los

Premios Princesa de Girona. Los in-

dependentistas concentrados para

boicotear la visita de los Reyes y sus

hijas le impiden el paso. Le gritan. Su

padre toma el relevo. «¡Fora d’aquí!

¡Marxa!». Retroceden. Varias perso-

nas, algunas de ellas jóvenes con el

rostro tapado, les siguen, asegurán-

dose de que se van. Mientras, dentro

del Palacio de Congresos, grupos de

jóvenes, trajes y vestidos a estrenar,

degustan tranquilamente una copa

de vino blanco. Las dos realidades en

Barcelona, ayer, separadas por unos

metros. Estar o no dentro del búnker

en el que Felipe VI debe instalarse.

Los Reyes, la princesa Leonor y la

infanta Sofía presidieron la décima

edición de los Premios Princesa de

Girona, un acto que supuso el prime-

ro oficial de la heredera al trono en

esta comunidad. Las movilizaciones

impulsadas por los independentistas,

convocadas por colectivos como los

CDR o Arran –las juventudes de la

CUP– y amparadas por ERC y JxCat

obligaron a las Fuerzas de Seguridad

a un importante despliegue de segu-

ridad. La situación en Cataluña y la

campaña de acoso de los secesionis-

tas contra la Corona provoca que la

Familia Real no pueda pisar más allá

del hotel y el recinto de eventos, am-

bos comunicados. Dentro, las protes-

tas mudaron en aplausos y vítores.

«¡No tenemos Rey!», gritaban fuera.

«¡Viva el Rey», dentro. El contraste.

Era la primera visita de la Familia

Real a Cataluña tras la sentencia del

procés. El Rey, en los últimos meses

había optado por eludir el conflicto

catalán. La anormalidad de que su

presencia en la Ciudad Condal pre-

cise de una bunkerización obligó a

abordar la cuestión. Y lo hizo en ca-

talán. Pidió «un mensaje de compro-

miso con nuestra juventud y su futu-

ro de quienes encarnan hoy la máxi-

ma representación democrática de

nuestra sociedad; la de un pueblo

que decidió hace más de 40 años re-

encontrarse para convivir juntos en

libertad bajo principios democráti-

cos; reconocerse en el valor de su di-

versidad y afrontar con lealtad y

confianza la superación del pasado

y la construcción de una sociedad

moderna y avanzada, integrada en

Europa y abierta al mundo», dijo en

presencia de la vicepresidenta en

funciones del Gobierno, Carmen

Calvo, y la delegada del Gobierno,

Teresa Cunillera. No asistió ningún

representante de la Generalitat y por

el Ayuntamiento, Jaume Collboni.

Felipe VI apostó por tender puen-

tes, en una situación de máxima ten-

sión en Cataluña. Destacó el «gran

proyecto democrático que nos unió

a todos», donde concedió un papel

primordial a «una Cataluña orgullo-

sa de sus señas de identidad, plural e

integradora, constructiva y solidaria

con el progreso general; en la que el

esfuerzo, la responsabilidad, el com-

promiso, el respeto y el espíritu cívi-

co enriquecieron las raíces de la so-

ciedad democrática que hoy disfru-

tamos. Esos valores representan, sin

duda, la mejor historia de Cataluña;

no deben ni pueden ser un recuerdo

del pasado, sino una realidad efecti-

va de nuestro presente y de nuestro

futuro. Una realidad en la que no

pueden tener cabida ni la violencia,

ni la intolerancia ni el desprecio a los

derechos y libertades de los demás».

Mientras pronunciaba la frase, fuera

quemaban imágenes suyas.

El Rey quiso enfatizar su compro-

miso con Cataluña, poniendo en va-

lor su presencia y la de la princesa

Felipe VI llama a la convivencia

en Cataluña: «No cabe la violencia»

Pide convivir «bajo principios democráticos» en una día de movilizaciones del secesionismo

JxCat y ERC se unen

a los actos de acoso

Los partidos que conforman el Govern participan

activamente en el boicot a la visita del Monarca

Los Reyes, acompañados por la princesa Leonor y la infanta Sofía, en la entrega de los premios Princesa de Girona, ayer, en el Palacio de Congresos de Cataluña. SANTI COGOLLUDO

9-N

Nuevas protestas.

El separatismo ha

amenazado con

retomar las protestas

el 9-N, durante la

jornada de reflexión.

CAMINO AL 10-N EL DESAFÍO SOBERANISTA