El Mundo - 14.11.2019

(ff) #1
EL MUNDO.

HOJA Nº (^24) P A P E L JUEVES 14 DE NOVIEMBRE DE 2019
Cinco años después de la
última gran epidemia de
peste, Sevilla ha
conseguido reponerse.
Superada la plaga, y tras
las reiteradas críticas
recibidas en su debut por
su oscura fotografía, La
peste regresa a Movistar+
mañana con una segunda
temporada más luminosa y
colorista. «Sí, puedo
sentirme culpable por no
haber pensado en la gente
que iba a consumir la
primera temporada con el
móvil, en un autobús, a
pleno día. Pero la
sensación que yo tengo, en
una sala oscura y con buen
sonido, es de que la serie
está bien así», responde
socarrón Alberto
Rodríguez, cocreador y
director de la serie, durante
una pausa del rodaje de los
nuevos capítulos. «La
primera temporada estaba
filtrada por la angustia vital
de Mateo y en la segunda
todo eso se ha ido. La
enfermedad también ha
desaparecido y todo se ha
vuelto luz, no sólo en un
sentido visual, sino
también espiritual. La
peripecia es lo más
importante en esta
segunda temporada»,
añade el cineasta sobre las
tramas ideadas por el otro
creador y guionista de la
serie, Rafael Cobos.
«En la primera
temporada, aparte de la
epidemia y lo que significa
como metáfora –que la
mayor amenaza para la
humanidad son las propias
personas– uno de los
protagonistas era la
ciudad», relata Cobos. «En
la segunda temporada
quisimos mantener la
ciudad y la época, pero
contar otra cosa. Tenía muy
claro que podía ser
interesante hacer una serie
mucho más luminosa,
iluminar parcelas tanto de
la ciudad como de la forma
de pensar del hombre que
no habíamos visto en la
primera temporada. Y esto
se tradujo en una serie más
activa, más muscular, más
de acción y, por qué no,
más trepidante», explica el
guionista, que en esta
entrega también ejerce
como showrunner.
La peste se ambienta en
el siglo XVI, cuando Sevilla
es una de las ciudades más
prósperas y pobladas del
mundo gracias al
monopolio del comercio
con las Indias. No obstante,
el gobierno es incapaz de
alimentar a sus habitantes.
Ante el descontento social,
nace La Garduña, una
organización criminal que
toma el control de la
ciudad. «Lo maravilloso de
La Garduña es que es una
realidad que existió, pero el
material histórico se
quemó. Esto permite ser
más literario y hacer que La
Garduña sea la mafia en
sentido amplio. Por eso va a
haber más acción: se van a
enfrentar al gobierno
institucional y el conflicto
es bastante jugoso»,
asegura Cobos.
¿Y Mateo (Pablo
Molinero), el protagonista?
Después de viajar al Nuevo
Mundo y convivir con una
familia indígena de Tierra
del Fuego, decide regresar.
Mientras, Valerio (Sergio
Castellanos) ha sido
amenazado de muerte por
La Garduña.
Para recrear tanto la
ciudad como la época, el
director de arte de la serie,
Pepe Domínguez, ha
construido un decorado
con edificios móviles de
cuatro metros que se
pueden transformar, según
la necesidad, en calles de
los barrios nobles o de los
populares. Según explicó a
Papel durante una visita al
rodaje, «en Sevilla ya no
queda nada del siglo XVI,
todo es del XVIII y Barroco;
es en Utrera donde hemos
encontrado el lugar para
desarrollar nuestros
espacios».
El hiperrealismo y la
suciedad de la primera
entrega siguen siendo un
elemento definitorio de la
producción. Por el suelo,
lleno de barro, apenas se
puede caminar. Kilos de
verdura en descomposición,
que el equipo de producción
renueva semanalmente,
C O M U N I C A C I Ó N
POR FÁTIMA
ELIDRISSI UTRERA


CORRUPCIÓN

A LA LUZ

Estreno, mañana.


Tras las críticas en


su debut por su


oscura fotografía, la


serie de Movistar+


vuelve más colorida


y luminosa, y con el


foco en La Garduña


SEGUNDA


TEMPORADA
DE ‘LA PESTE’
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