ECOS - 12.2019

(WallPaper) #1

Fotos: lola Pérez


ECOS 12/2019

Su vida son las flores. Se en-
contraron, ella y las flores,
no hace demasiado tiempo.
Hasta ese encuentro, Gabriela
Carozzi fue profesora de len-
guas y literatura, dio clases de
canto en inglés, grabó ella mis-
ma muchos de los avisos publicitarios cantados más
famosos de la Argentina. Trabajó en una muy presti-
giosa agencia de publicidad, viajó por el mundo, fue
directora creativa para América
Latina de esa agencia, aprendió
el tesoro que encierran la sínte-
sis, la estrategia publicitaria y las
relaciones humanas.
Un día, aquel escenario se
vino abajo: “En 2011 nos echaron
a todos. Fue un momento muy
dramático, de emociones muy
fuertes y muy extrañas. Además,
tuve una crisis matrimonial muy
seria. Muchas cosas juntas para
mis entonces cincuenta y dos
años. Pero a mí, la adversidad me
motiva, me ayuda a crear. No nos
separamos mi marido y yo, es el
hombre de mi vida, pero sumé a
mis afectos a Groucho, mi perro
labrador, a quien luego se unió
Rita, mi otra perra. A esa edad
aprendí a manejar, terminé por
comprar una casa rodante y me propuse tener un pro-
yecto propio. No fue fácil. Empecé por una marca de
productos para perros, pero no prendió, pese a que yo
estaba muy entusiasmada. Siempre me gustó tener
flores en casa, y mi marido siempre me trajo flores, sin

motivos. Un día le pregunté el porqué de esas flores
sin que celebráramos nada en particular. Y me dijo:
‘Porque sí’. Por eso mi pequeña empresa se llama así”.
Con las flores en la mente, Gabriela empezó a
buscar una idea. La ayudó el azar. Y su casa rodante.
Vive en el Tigre, una localidad distante poco más de
cuarenta kilómetros al norte de la ciudad de Buenos
Aires. En el boulevard que une los barrios cerrados
donde vive, había un puesto de flores al aire libre,
una construcción precaria de chapas y madera, que
había sido abandonado. Pensó en
instalarse en él con sus flores, y
pidió al municipio que lo habili-
taran. No pudo ser: muy cerca de
esas chapas metálicas se habían
tendido cables de alta tensión, el
puesto era un peligro.
“Para entonces, yo ya trabaja-
ba con mis flores. Con una ami-
ga hacíamos arreglos para fies-
tas especiales, para casamientos
y para cumpleaños. Teníamos
una pequeña cartera de empre-
sas como clientes. Así que, si no
podía tener mi puesto callejero,
iba a tener mi puesto con rue-
das. Pinté mi casa rodante con
colores muy alegres. Mis amigas
me ayudaron a diseñar el logo y
el piloteo de la casita, decoré el
interior, tapicé almohadones, y
el 20 de julio de 2017 lancé la marca, ‘Flores porque
sí’. Tuve muy buena respuesta enseguida. Supe de
inmediato que me iba a ir bien, porque una mañana
una chica de unos cinco o seis años me dijo: ‘Yo quie-
ro dormir la siesta en tu casita’”.

S
S

Gabriela Carozzi Flores


porque sí Ihr Mann schenkte ihr Blumen “porque


sí”, ohne Grund, und sie freute sich. Jetzt macht sie mit ihrem


Blumenauto alle anderen in Buenos Aires glücklich.


TEXTO: ALBERTO AMATO, FOTOS: LOLA PÉREZ INTERMEDIO

Lo bueno de mi
vida es que no
tengo un día igual
a otro. Todos
son diferentes,
bastante
agitados. Sigo tal
vez una rutina,
pero en lo formal:
esa rutina cambia
por horas

UN DÍA EN LA VIDA DE... 25

la clase de canto
, Gesangsstunde
el aviso publicitario
cantado
, Werbejingle
la agencia de publicidad
, Werbeagentur
el tesoro
, (hier fig.) Schatz
encerrar
, (hier) beinhalten
venirse abajo
, (ugs.) zusammen­
brechen
la adversidad
, (hier) Unglück
sumé a mis afectos
, zusätzlich in mein Herz
aufnehmen
manejar
, (LA) Auto fahren
la casa rodante
, Wohnwagen
el barrio cerrado
, Gated Community, ge­
schlossene Wohnanlage
la chapa
, Blech
habilitar
, herrichten
los arreglos
, (hier) Blumengestecke,
­schmuck
la cartera de empresas
, Unternehmens­
portfolio
el piloteo
, Leitung, Organisation
tapizar
, polstern
el almohadón
, (Sofa­)Kissen
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