ECOS - 12.2019

(WallPaper) #1

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Foto: Christiane von Enzberg

EL ALFABETO DE NUESTRO TIEMPO ECOS 12/2019

En aquel tiempo, en aquel
lugar, llamarse Antonio
era una ruina: las estrellas
tenían otros nombres.
Antonio Rodolfo Oaxaca
Quinn había nacido en 1915 y en Chihuahua,
México, hijo de un inmigrante irlandés que
peleaba detrás de Pancho Villa y una señora
oaxaqueña con ancestros indios. Muy chico,
su madre se lo llevó a California, en un tra-
yecto que se haría común décadas más tar-
de. Allí el joven intentó ser cura, cantante,
boxeador; a sus 20, Frank Lloyd Wright, el
gran arquitecto americano, lo recibió como
aprendiz. Pronto lo mandó a tomar clases de
teatro porque, le dijo, un arquitecto tenía que
hablar bien.
En eso estaba cuando le ofrecieron su
primer papel, y le gustó la idea. Por supues-
to, debió cambiarse el nombre; se llamó An-
thony Quinn. Eran los años más felices de
Hollywood, industria plena, y el mexicano
desmexicanizado monopolizó roles de duro

el ancestro
, Vorfahr
el trayecto
, Fahrt; Strecke
el rol de duro
, (ugs.) Rolle als harter
Kerl
el esquimal
, Eskimo
terminar de consagrarse
, letztlich den Durch-
bruch schaffen
desdeñar
, verachten
deber
, (hier) verdanken
esculpir
, bildhauerisch tätig sein

Anthony Quinn El


extranjero oficial Der Schauspieler


mexikanischer Herkunft spielte meistens die harten


Outcasts. Seine Paraderolle: Alexis Sorbas.


POR MARTÍN CAPARRÓS AVANZADO


de orígenes diversos. Entre 1936 y 2002, a lo
largo de 130 películas, fue un soldado filipi-
no, un torero español, un guerrillero libio, un
noble chino, un campesino magrebí, un ban-
dido colombiano, un papa ruso, un anciano
esquimal, varios indios, varios italianos, Ati-
la, Caifás, Caballo Loco y, sobre todo y para
siempre, Zorba.
Zorba el griego –guion de Kazantzakis, mú-
sica de Theodorakis, dirección de Cacoyan-
nis– fue una película mítica, un clásico de los


  1. En ella, Quinn encontró su gran papel. Y
    terminó de consagrarse como el meteco, el
    extranjero oficial de un país que los desde-
    ñaba, pero les debía todo. Además, mientras
    tanto, dirigió, escribió, pintó, esculpió, se casó
    tres veces, tuvo 13 hijos con cinco mujeres;
    la última, su secretaria, a sus 78 años. Fue, sin
    duda, una fuerza de la naturaleza. Pero nun-
    ca recuperó su apellido de migrante hispano.
    Pasó sus últimos años en Italia; allí, por un ca-
    pricho raro de las lenguas, volvió a ser Anto-
    nio. Se murió a sus 86: ya había vivido tanto.


Martín Capa rrós
(Buenos Aires, 1957) es
periodista y novelista.
Sus libros más recien­
tes son Hambre, Todo
por la patria y Postales.
Es columnista habitual
de ECOS.

EE


Meteco
Es una forma despectiva
de llamar a un extran­
jero. En la antigua
Grecia, un meteco era
un ex tranjero que se
es tablecía en Atenas y
que no gozaba de los
derechos de ciudadanía.

Q

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