EL MUNDO. LUNES 14 DE OCTUBRE DE 2019
19
i
MUNDO
CARMEN VALERO BERLÍN
Jaroslav Kaczynski no posee nin-
gún puesto en el Estado o en el
Gobierno, pero es el hombre más
poderoso de Polonia. No es el pro-
totipo de líder carismático, pero la
mayoría de los polacos han dado
su voto de confianza a este hom-
bre huraño de 70 años y 1,68 me-
tros de estatura. Kaczynski con-
serva tras las elecciones de ayer
intacto su poder y lo ejercerá en la
sombra –como ha hecho cada vez
que el partido Ley y Justicia (PiS),
que fundó con su gemelo Lech ha-
ce 18 años se ha hecho con el Go-
bierno–, rodeado de una guardia
pretoriana. Todos los puestos cla-
ve en el Gobierno están manos de
viejos amigos y aliados.
Católico, apostólico y romano,
anticomunista, antiaborto, anti-
gay, antiinmigración y buen ora-
dor, Jaroslav es el Yin en una dua-
lidad rota por el accidente aéreo
en el que murió su hermano sien-
do presidente del país. Lech Kac-
zynski era el Yang, cosmopolita y
sociable aunque igualmente con-
servador y católico. A Jaroslav le
gusta más el poder que los focos.
Es introvertido, vengativo, cree en
las teorías conspirativas, apenas
sale de Polonia y no habla ningún
otro idioma. No tiene ordenador
ni sabe conducir. El primero se ca-
só y tuvo hijos, a Jaroslav no se le
conoce compañía.
Cuenta el periodista Michal
Krzymovski en la biografía titula-
da Los secretos de Jaroslav Kac-
zynski que éste siempre fue el más
dominante y oscuro de los dos. Ya
en el colegio, Lech se distinguía de
su hermano por su disposición a
escuchar y considerar las opinio-
nes ajenas. «Jaroslav ha sido siem-
pre el que imponía el tono», afir-
mó Jadwiga, la la madre de dos
gemelos tan agraciados de niños
que fueron elegidos como prota-
gonistas de la película Los dos que
robaron la luna, de 1962.
Jaroslav Kaczynsky tuvo una re-
lación complicada con su padre y
muy especial con su madre, la úni-
ca autoridad a la que ha obedecido
sin resistencia Con ella vivió el eter-
no soltero hasta el día de su muer-
te, en 2013, en una casita situada
en el distrito de Zoliborz, en Varso-
via. Allí sigue viviendo con su gato
y sus lecturas.
A veces, cuando está de humor o
necesita a la madre, deja que sus
secretarias o colegas de partido sa-
tisfagan el instinto nutricional fe-
menino y cocinen para él. Pero na-
da sofisticado. Jaroslav es tradicio-
nal y patriota hasta en la mesa.
La carrera de Jaroslav Kaczynski
está llena de luces y sombras. Su
papel en el movimiento anticomu-
nista ha sido a menudo exagerado.
Fue opositor al régimen comunista
y miembro del sindicato Solidari-
dad, pero nunca desempeñó un pa-
pel relevante. Nunca fue encarcela-
do, a diferencia de su hermano.
Su entrada en política fue a tra-
vés del cofundador de Solidari-
dad, Lech Walesa. En una entre-
vista reciente con este diario, el ex
presidente y Nobel de la Paz, res-
pondió a una pregunta sobre el
papel de los Kaczynski en el pro-
ceso de democratización del país
afirmando lacónicamente que les
metió en su equipo porque eran
buenos contables, y siempre pen-
só que alguno terminaría en psi-
quiatría o suicidándose.
Jaroslav fue invitado por Wale-
sa a las negociaciones que permi-
tieron las primeras elecciones par-
cialmente democráticas en Polo-
nia, pero no tardó en desmarcarse
de los acuerdos con el argumento
de que la llamada «mesa redonda»
de Gdansk sólo fue un mercadeo
entre el partido comunista y los
«líderes» de Solidaridad. Llamó
traidor a Walesa, dejaron de ha-
blarse y la reconciliación parece
imposible: «Kaczynski ha ido de-
masiado lejos. Vive con miedo,
apegado al pasado», afirmó Wale-
sa a EL MUNDO.
El primer partido político de Ja-
roslav Kaczynski fue Acuerdo de
Centro, pero la formación no duró
mucho, ante la imposibilidad de
éste para trabajar en equipo. Ja-
roslav no toleraba la menor oposi-
ción. «Su alguien le resulta de uti-
lidad, Jaroslav le da la bienvenida
y hasta le besa.
Pero si alguien le critica, es ca-
paz de humillar como nadie, nun-
ca duda en sacar trapos sucios»,
escribe Krzymovsky en base a los
testimonios recabados entre anti-
guos correligionarios. «Es lapida-
rio con sus enemigos y proclive a
mezclar asuntos personales con la
política», coinciden.
Esa reacción le hace fuerte e im-
previsible, aunque en todas sus ac-
tuaciones hay un denominador co-
mún: la venganza por la muerte de
su hermano, que cree fruto de una
conspiración rusa.
La mano que
mueve los hilos
del poder polaco
Kaczynski ha colocado a viejos amigos y
aliados en los puestos clave del Gobierno
Anticomunista,
antigay y antiaborto,
su motor es vengar a
su hermano muerto
«Si alguien le critica
lo humilla como
nadie, no duda en
sacar trapos sucios»
Kaczynski camina ante una bandera polaca durante una convención de su partido de cara a las elecciones europeas, en Cracovia. REUTERS
ro. Tanto que a muchas madres po-
lacas no les compensa ir a trabajar.
Expertos como Viktor Wo-
jciechovski, de la Sociedad Polaca
de Economistas, creen que esa
medida, aunque positiva porque
alivia la carga familiar, tiene efec-
tos nocivos a largo plazo. «Las
mujeres con muchos hijos se au-
toexcluyen del mercado laboral,
no cotizan y eso es pobreza en la
tercera edad», advierte.
Para el gurú económico de los li-
berales polacos, Leszek Balcze-
rowicz, artífice de las reformas en
Polonia en la década de los 90, estas
medidas son «una bomba de reloje-
ría» que dispararán el gasto público
y pueden llevar a Polonia «a un des-
calabro económico similar al de
Grecia» al intentar subvencionarlo
todo. Los partidos de la oposición,
en general, la critican por populista
y por crear «clientelismo».
Nada hace a Kaczysnki cambiar
de rumbo. Y para asegurarse otros
cuatro años el apoyo de la pobla-
ción a su revolución hacia una
«nueva Polonia», ha prometido au-
mentar las pensiones y también sa-
lario mínimo interprofesional a
partir de 2020, de los 685 euros ac-
tuales a 915 euros en 2033.
Pero el PiS no hubiera sido el
PiS si en esta campaña hubiera
abierto una tregua en lo que el par-
tido vive como una cruzada. Los
ataques de Kaczynski a lo que él
llama «venenosa ideología LGBT»
han sido viscerales y contaron con
la bendición de la todopoderosa
iglesia católica, que mantiene in-
tacta su influencia y poder en el
país, pese a los escándalos de abu-
sos sexuales en los que se han vis-
to envueltos sus ministros.
Reforma judicial. La
Comisión Europea llevó este
jueves ante el alto tribunal
europeo el régimen
disciplinario para los jueces
ordinarios en Polonia, un
nuevo aspecto de una reforma
judicial más global que, según
Bruselas, «menoscaba la
independencia» de los
magistrados.
Control político. «La
Comisión lleva a Polonia ante
el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea para proteger
a los jueces del control
político», anunció la
institución, que mantiene un
pulso con Varsovia sobre sus
reformas.
Tercer procedimiento.
Ese es el tercer procedimiento
de infracción que Bruselas ha
abierto a Polonia por su
reforma judicial global, que el
gobierno del PiS defiende
como una manera de luchar
contra la corrupción, según
France Presse.
JUSTICIA DE LA UE