El Mundo - 14.10.2019

(Grace) #1

EL MUNDO


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LUNES 14 DE OCTUBRE DE 2019


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JAIME RODRÍGUEZ^


En el bar Gol, enfrente del Carran-
za, están acostumbrados a ver casi
de todo. El cadismo respira allí estos
días ilusionado con el buen paso de
su equipo por la Segunda División.
La victoria del sábado en La Rosale-
da le afianza en el liderato de la ta-
bla, con ocho puntos de ventaja.
Queda mucho para volver a Prime-
ra, lo saben, en una categoría muy
perra, traicionera en mayo con los
buenos otoños.
Cuando resucita el Cádiz llegan
con más fuerza los recuerdos, los
buenos, muchos de ellos en forma
de jugador flaquito de El Salvador.
Hace unos meses, entró al Gol pre-
guntando por Mágico González un
italiano con el pelo también revolto-
so, como aquel delantero que prefe-
ría jugar con el 11 aunque era un 10
como una casa, admirado incluso
por el 10 de todos los tiempos. Mar-


co Marsullo es un autor napolitano,
tiene 33 años y tanta pasión por el
ídolo eterno de su ciudad como por
el que sigue vibrando Cádiz. Los dos
aparecen en el título de la edición
italiana de su última obra: El taxista
de Maradona, un librito que se de-
vora con el mismo gusto que las me-
jores jugadas de Mágico en YouTu-
be. El taxista es el escurridizo salva-
doreño, haciendo caso a la leyenda
urbana que le ubicó, al colgar las bo-
tas, detrás de un volante por las ca-
lles de la capital de su país. Hoy se-
guiría haciendo carreras.
«Prefiero el título que le han
puesto en España», confiesa Marsu-
llo en conversación telefónica. Má-
gico González, el genio que quería
divertirse [editorial Altamarea] es
un repaso de la vida del bohemio
futbolista a mitad de camino entre
la biografía y el cuento, con anécdo-
tas famosas, otras desconocidas y

alguna licencia del escritor, como
las profundas conversaciones que
imagina entre Mágico y Camarón
de la Isla, dos genios que entabla-
ron amistad en el trasnochador Cá-
diz de los 80. En Casa Manteca, la
taberna bandera del barrio de La Vi-
ña, cantaron, bebieron y filosofaron
dos fenómenos sociales endiosados
por sus seguidores. Al futbolista no
le acercaban enfermos para que les
impusiera las manos, como al icono
flamenco, pero los ecos de la locu-
ra que generó en la ciudad atlántica
todavía resuenan.
«Me gusta meterme en la piel de
los personajes. Y en la de Mágico
me metí a fondo. No entiendo cómo
de un tipo así se sabe tan poco. La
gente joven conoce ahora al último
delantero sub’21 sueco y no tiene ni
idea de un jugador al que Maradona
llegó a poner por encima de él en el
ranking mundial», recuerda el autor
italiano, columnista también de La
Gazzetta dello Sport y con gusto por
la temática balompédica. Su primer
libro, por el que fue premiado como
autor revelación, trataba de un pecu-
liar equipo de fútbol, el Atletico Mi-
naccia Football Club.
«Iba a escribir sobre la histórica fi-
nal de la Champions de 2005, entre
el Liverpool y el Milan, donde los in-
gleses remontaron, pero un amigo
me empezó a hablar del Mágico... Y
no me pude resistir. Me obsesioné
con él, con su locura, con su genero-
sidad, con su fútbol», acelera Marsu-
llo, que incide en la firme voluntad
de Mágico de ser quien fue, sin caer

en la caricatura de estrella desca-
rriada. «Él decidió quedarse en Cá-
diz y él rechazó otras posibilidades
que le llevaban al olimpo del fútbol
porque quería llevar la vida que lle-
vó». Una rutina de despertares a me-
diodía, entrenamientos de tarde con
las gradas del Carranza llenas (por
él) y noches infinitas donde las lla-
ves de su casa rulaban de mano en
mano, sin espacio a veces ni siquie-
ra para que pudiera dormir su due-
ño. Ese ritmo sólo lo podía llevar en
el Cádiz, para desesperación de sus
directivos, que llegaron incluso a en-
cerrarle con un psicólogo. Sólo por
esta anécdota merece la pena el li-
bro de Marsullo. El terapeuta era
chino, el señor Chang, y acabó él
mismo en el diván tras algunas se-
siones descacharrantes con el indó-
mito futbolista. A la última llegó en
pijama. En la primera directamente
intentó sobornar al doctor: «Te doy

El taxista


de Maradona



Con el Cádiz mirando a Primera, se publica


el último libro sobre Mágico González / Repasa


anécdotas y su relación con el astro argentino


el doble de lo que te paga el club y
me dejas tranquilo».
Quería a toda costa seguir en Cá-
diz. Por eso jugaba mal adrede cada
tarde que sabía que los enviados de
algún grande de Europa le estaban
examinando y por eso mostró su
versión más traviesa en la gira esta-
dounidense que hizo con el Barcelo-
na de Maradona en 1984. Quedó
prendida a su camiseta la presunta
broma que gastó en un hotel, dispa-
rando la alarma de incendios mien-
tras apuraba la madrugada en com-
pañía. Marsullo relata que, mientras
la expedición azulgrana y el resto de
los huéspedes salían a la calle espan-
tados por las sirenas, él seguía reto-
zado con dos amigas en la cama.
Aquello terminó de frustrar su tras-
paso al gigante catalán, a pesar de
las buenas palabras de Maradona.
No consiguió que ficharan a su ami-
go, como Messi con Neymar. Objeti-
vo cumplido para el Mágico.
«¿Allí hay pescaito frito?», dicen
que preguntaba siempre cuando le
hablaban del interés de otros clubes,
del PSG a la Fiorentina. Marsullo y
su editorial buscan aún la forma de
enviarle el libro al protagonista. «Es
un fantasma en San Salvador, impo-
sible de encon-
trar», lamentan.

Mágico González se marcha de Orbegozo y Górriz (derecha), en un partido contra la Real Sociedad en el viejo estadio de Atocha, el 30 del octubre de 1983. EFE


El jugador consiguió
desesperar al psicólogo
chino que le puso el
Cádiz, el doctor Chang

El autor, el napolitano
Marco Marsullo, quedó
prendido de la historia
del bohemio futbolista

Mágico González.
El genio que
quería divertirse.
Ya a la venta,
editorial
Altamarea.
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