El Mundo - 14.10.2019

(Grace) #1

EL MUNDO


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LUNES 14 DE OCTUBRE DE 2019


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te coronas de El Kaiser casi a la
mano. Esa cohesión interna, una
de las piedras angulares de Merce-
des, se mantiene en gran parte gra-
cias a Niki Lauda.
«Quizá no estemos tan contentos
como en años anteriores porque he-


mos perdido a Niki
y no es lo mismo sin
él», valoró ayer Ha-
milton, con el rictus
aún torcido por al-
gunas decisiones de
sus ingenieros rela-
tivas a los neumáti-
cos. «Debemos mu-
cho a Niki. Hoy mi-
ré hacia sus cascos
y su gorra antes de
subirme en el co-
che. Sé que él tam-
bién se siente orgu-
lloso», remató sobre
el ex asesor deporti-
vo de Mercedes, fa-
llecido el pasado
mayo a los 70 años.
Desde su fichaje en
2012, Lauda se ha-
bía consolidado co-
mo uno de los artífi-
ces de este creci-
miento exponencial
de las Flechas de
Plata. Así que razo-
nes no le faltan a
Hamilton para el
homenaje póstumo.
Dentro de dos se-
manas, en México,
el genio de Stevena-
ge puede echar la
persiana al campeo-
nato. Le basta con
sumar 14 puntos más que Bottas.
Algo así como un triunfo con el bo-
nus de la vuelta rápida sumado a un
cuarto puesto del fiel escudero fin-
landés. Si no cuadran las cuentas,
recurrirá a Austin, el escenario pre-
dilecto de sus coronaciones.

Tienen algo especial estos su-
perdomingos en los que la
Fórmula 1 se ve obligada a
concentrar en una mañana lo
que habitualmente se hace en
dos días. Menos pruebas, más
riesgos, más prisas, más es-
trés y más probabilidad de co-
meter errores o de que estos
sean más costosos. También más incertidumbre por-
que tras el paso del tifón Hagibis y teniendo sólo co-
mo referencia las pruebas del viernes, nadie hubie-
se apostado por Ferrari, ni siquiera ellos. Sin embar-
go, en la clasificación matinal los dos coches rojos
destrozaron algo que más que tendencia era ya una
tradición: ver a los dos Mercedes en la primera línea
de la parrilla en Suzuka. Desde que empezó la era
híbrida en la F1, las flechas de plata habían sido
siempre los dos coches más rápidos el sábado. Qui-
zá el hecho de que esta vez fuese en domingo cam-
bió la rutina. Por primera vez desde Canadá, Sebas-
tian Vettel lograba la pole. El monopolio rojo de esa
primera línea metía el miedo en el cuerpo a Merce-
des, que empezaba a temer
que el dominio de Ferrari des-
pués del parón veraniego se
extendiese a un gran premio
que era su territorio.
Sin embargo, todo se acla-
ró bastante en los primeros
treinta segundos de gran pre-
mio. Vettel volvió a cometer
un error. Se le escapó el dedo antes de que se apaga-
se el semáforo y su Ferrari dio un brinco. No lo sufi-
cientemente grande para ser sancionado, pero sí lo
suficientemente dañino para que le pasasen algunos
coches. Charles Leclerc se despistó, quizá influido
por la mala arrancada de su compañero, y salió aún
peor que él. Esto le hizo encontrarse de bruces con
Max Verstappen en la segunda curva. Toque, daños
y la carrera de ambos arruinada nada más empezar.
Así, después de estos treinta segundos Valtteri Bo-
ttas lideraba un gran premio que iba a terminar ga-
nando en la carrera más aburrida para el finlandés

de los últimos tiempos. A
falta de enfrentamientos y
tensión entre los pilotos de
Ferrari, la carrera la animó
Lewis Hamilton que se en-
fadó, porque la estrategia no
acaba de convencerle. De
poco sirvió que al final de la
carrera su jefe, Toto Wolff,
le dijera que Mercedes era ya matemáticamente
campeón del mundo de constructores por sexto año
consecutivo. Lewis soltó un «enhorabuena» frío.
Mercedes ha vuelto a hacerlo. Seis años de moto-
res híbridos y seis títulos. Mejor dicho, doce porque
si no es en México será en Estados Unidos, pero ese
piloto enfadado del podio de Suzuka será campeón.
Su quinto título con Mercedes y su sexto en la F1.
Hamilton debería de estar muy agradecido a lo que
el equipo ha hecho por él y recordar que en este de-
porte de estrellas egocéntricas el éxito depende del
talento del piloto, pero también de las casi 2.000 per-
sonas que trabajan antes que tú persiguiendo el mis-
mo objetivo. Quizá Hamilton se olvidó un poquito
ayer de todo esto. Tal vez
porque ve que el final del ci-
clo se acerca y eso le pone
nervioso. Ganar el próximo
año no será tan fácil y la
nueva normativa de 2021
podría cambiarlo todo. Al fi-
nal, la F1 es un deporte de
ciclos y es bastante proba-
ble que Mercedes esté llegando al final del suyo. Co-
mo dijo Vettel cuando se proclamó campeón por úl-
tima vez con Red Bull en 2013: «Tenemos que disfru-
tar de estos días porque no durarán para siempre».
Sólo nos queda cruzar los dedos para que un día
no muy lejano pueda volver el ciclo de McLaren y
que ese día Carlos Sainz todavía esté allí. Ayer fue
otro gran premio brillante de Carlos. Terminó quin-
to, escaló al sexto puesto del mundial de pilotos y
afianzó aún más la cuarta posición de Mclaren en el
campeonato de equipos. Carlos es cada vez más frío,
cada vez más sólido.

VUELTA RÁPIDA


ANTONIO LOBATO


Ojalá McLaren herede


el ciclo de Mercedes


Carlos Sainz lo volvió a hacer
todo bien ayer; cada vez es
un piloto más frío, más sólido

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