El Mundo - 24.10.2019

(Marcin) #1

EL MUNDO. JUEVES 24 DE OCTUBRE DE 2019
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ESPAÑA


LUIS F. DURÁN / ANA MARÍA ORTIZ
RAFAEL J. ÁLVAREZ MADRID
Seguridad extrema, ni una foto fue-
ra de control y una comitiva familiar
sin opción a recibir actos de apoyo.
Así quiere el Gobierno la histórica
jornada de hoy, el día en que Francis-
co Franco será exhumado del Valle
de los Caídos y enterrado en el ce-
menterio de El Pardo-Mingorrubio.
Los 22 descendientes del dictador,
los operarios que extraerán el fére-
tro y los demás asistentes deberán
pasar por un escáner para evitar
que introduzcan cualquier disposi-
tivo que pudiera grabar la apertura
de la tumba. Sólo habrá una excep-
ción: dos teléfonos móviles, uno en
línea directa con Presidencia y el
otro con el resto del Gobierno, por si
hubiera incidencias que comunicar
a Pedro Sánchez y su equipo.
43 años y 335 días después, Fran-
co será exhumado del Valle de los
Caídos e inhumado en El Pardo en


una ingente operación ensayada y
controlada hasta la saciedad que im-
plica a Ministerios, Policía, Guardia
Civil, Ejército del Aire y hasta 500
periodistas de 17 países, algunos tan
lejanos como Turquía o Qatar.
Los medios deberán recoger su
acreditación a las 5.00 horas en La
Moncloa y serán llevados a Cuelga-
muros en autobuses para seguir la
exhumación en la entrada del re-
cinto, a 6 kilómetros de la tumba
de Franco. Sólo cuatro fotógrafos
de Efe y un equipo de TVE, que fa-
cilitarán las imágenes al resto de
medios, podrán acceder a la expla-
nada pero no a la Basílica.


El dispositivo policial incluye un
sistema antidrones y tres anillos de
seguridad en torno al cementerio de
Mingorrubio. Habrá un primer con-
trol policial en el perímetro de un ki-
lómetro alrededor del camposanto;
un segundo, ya vallado, a 100 metros
que sólo podrán cruzar quienes es-
tén acreditados y un tercero en la
misma puerta. Sólo en Mingorrubio
habrá desplegados 100 agentes de la
Policía Nacional y Municipal.
Ayer, agentes de la Policía de Sub-
suelo trabajaban en el cementerio

mientras varios perros rastreaban
las inmediaciones, tomadas por el
dispositivo policial y el periodístico,
pero sin apenas expectación vecinal.
El acceso al Valle de los Caídos es-
tá cerrado al público desde el 11 de
octubre y la Guardia Civil impide
que los monjes benedictinos que
custodian la Abadía, contrarios a la
exhumación, accedan a la tumba de
Franco «por si realizan algún sabo-
taje», según ha sabido este diario de
fuentes policiales. El prior del Valle,
Santiago Cantera –que oficiará una

misa en Mingorrubio junto al sacer-
dote Ramón Tejero, hijo del golpista
Antonio Tejero–, denunció el lunes a
los mandos de la Guardia Civil y la
Delegación del Gobierno de Madrid
por la prohibición de entrar en la
Basílica y los acusó de «acceso in-
consentido». Y se ha quejado ante el
Papa y la jerarquía eclesiástica espa-
ñola porque en los preparativos «no
se está respetando la inviolabilidad
de la Abadía», según dijo ayer.
El encapsulamiento de la opera-
ción –se prefiere el helicóptero al co-

che para evitar homenajes o inci-
dentes en el traslado– tuvo ayer un
capítulo más cuando la Delegación
del Gobierno prohibió las dos con-
centraciones de la Fundación Franco
y la Asociación Memoria Histórica
Raíces a las puertas del cementerio
ante la posibilidad de «graves pro-
blemas de orden público». Los dos
grupos de extrema derecha habían
convocado «para rezar por el alma»
del dictador. «Era para darle digni-
dad al acto execrable de una profa-
nación, pero no lo han permitido»,
decía ayer el general Juan Chicarro,
presidente de la Fundación Franco.
El informe de la Policía indica
que «nada impide» celebrar esos
actos en otro lugar, pero que en las
inmediaciones del cementerio po-
drían reunirse «grupos antagóni-
cos» que provocaran un «enfrenta-
miento directo» e incluso la posibi-
lidad de que se obstaculizara el
paso de la comitiva fúnebre.

Sánchez no es pionero en descubrir el po-
der movilizador de las narrativas históricas;
es el primero en confiar sus artificios a la te-
levisión y a sus afanados publicistas. La
exhumación del dictador se hará con total
«discreción», aseguró hace poco la vicepre-
sidenta en funciones, Carmen Calvo. Qui-
zás le faltó añadir que con toda la discreción
posible en campaña; con toda la discreción


que permite una sociedad rendida al espec-
táculo, al click y al fuego fatuo. En la pasa-
da campaña, el Ejecutivo de la moción pre-
tendió activar el pensamiento asociativo: sa-
có el espantajo de Franco para estimular el
miedo a Vox. Su relato en abril se redujo a
la traslación y representación de Franco en
la foto de Colón. La sobreactuación cuajó
aunque la exhumación se dilató.
El dictador será exhumado sin honores, o
de acuerdo a los honores de la posmoderni-
dad: el culto televisivo. El éxito de lo que de
operación política tiene la decisión de trasla-
dar los restos del Franco dependerá de la re-
transmisión. Ciertamente, más de 20 cámaras
y 50 profesionales no garantizan la discreción
sino la teatralización. El asunto resulta elec-
toralmente desgastado. Su reactivación de-
pende de las reacciones. Y los potenciales
agentes reactores van a mirar para otro lado
y dejarán a Sánchez culminar su verdadera

hazaña y performance sin el éxito pretendido.
Encomienda su truco al adorno televisivo.
Sin embargo y paradójicamente permite
al PSOE presumir de cerrar la Transición a
la vez que le abre una brecha. En un con-
texto de confrontación cuerpo a cuerpo con
Iglesias, Podemos puede recuperar una de
sus causas más corrosivas: el cuestiona-
miento de la Transición, la Monarquía y la
Constitución. En el imaginario de Podemos,
la prueba de que la democracia actual es
heredera del franquismo es precisamente
que ha tolerado que los restos del tirano re-
posen en El Valle de los Caídos durante 40
años. Cuando el comentarista Monedero se
refiere a la Transición no reivindica justicia
sino venganza, que incluye a su juicio un
ajuste de cuentas, también al PSOE.
La sociedad ha dado carpetazo al asunto.
No obstante, hoy Sánchez elude otro día más
–cada jornada tiene su afán– las farragosas

discusiones sobre indicadores económicos.
Sánchez quiere a Cataluña y a Franco en
campaña –lo cual enturbia su legítima, deco-
rosa o sobrevenida posición–. Cabalga a lo-
mos de un caballo desbocado y entre brasas
y cargando unos restos humanos. Es poco ba-
gaje, sobre todo si los adversarios no ladran,
si opacan con sus silencios y asentimiento las
alharacas y la jarana en torno a personajes se-
cundarios que busque la televisión.
Por último, la exhumación esconde un
asunto no menor, que a la postre refleja bue-
na parte de la sustancia del sanchismo: su
fuerza como agencia de colocación. Como
publicaba ayer Carmen Lucas-Torres en El
Independiente, la Dirección General de Me-
moria Histórica –creada por Sánchez– tendrá
nueve altos cargos. Nueve puestos para una
causa revitalizada en tiempos de inanición
programática: Franco como motor y acelera-
dor de campañas.

Exhumación


televisada


LIBRE DE MARCA


JAVIER


REDONDO


El Gobierno aísla a los Franco


para controlar la exhumación


Coloca policías, escáners y antidrones en el Valle y El Pardo y prohíbe dos actos de apoyo


100


Agentes.
Participaran sólo en
el dispositivo en El
Pardo-Mingorrubio,
donde habrá tres
anillos de seguridad.

43 AÑOS Y 335 DÍAS DESPUÉS. El féretro de Francisco Franco, el 23 de noviembre de 1975, con la bandera del águila franquista que su familia guardó y
con la que ahora quería cubrir de nuevo el féretro durante su traslado a Mingorrubio. El Gobierno prohibió esto y cualquier honor militar. EUROPA PRESS
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