El Mundo - 24.10.2019

(Marcin) #1

EL MUNDO. JUEVES 24 DE OCTUBRE DE 2019
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ECONOMÍA


PABLO PARDO WASHINGTON
CORRESPONSAL

¿Cuándo estaba Wall Street más ca-
ro? ¿El jueves 24 de octubre de 1929,
el famoso jueves negro en el que co-
menzó el crash del 29 o el jueves 24
de octubre de 2019, es decir, hoy?
En septiembre de 1929, el mes an-
terior al crash, el PER del índice
Standard and Poor’s, que concentra
las grandes empresas de Estados
Unidos, era de entre 19,46, según la
consultora Macrotrends, o de 20,2,
de acuerdo con los datos del Nobel
de Economía Robert Schiller. Ayer,
de 22,30. El PER es el número de ve-
ces que el beneficio que correspon-
de a una acción de una empresa es-
tá contenido en el precio de la ac-
ción, y es, por consiguiente, el
indicador clásico para medir si un
valor está revalorizado o no. Así que,
según esas cifras –que corresponden
a la media del PER de los últimos 12
meses, para tener un dato más con-
sistente y menos volátil–, Wall Street
está más cara ahora que hace 90
años, en el famoso crash que marcó
el inicio de la Gran Depresión. No
sólo eso. La Bolsa de EEUU había
experimentado una fuerte subida en
los meses previos al crash. Ahora,
sin embargo, lleva prácticamente
plana 22 meses.


Es cierto que comparar el merca-
do de hace 90 años con el actual es
siempre un ejercicio teórico, sobre
todo a la hora de analizar sistemas
contables diferentes y, más aún, en
relación a un índice, el S&P500, que
no fue creado hasta 1956, por lo que
todos estos análisis siempre tienen
un punto de incertidumbre (lo que,
a su vez, explica las divergencias en
el PER de 1929). Pero esta compa-
ración no deja lugar a dudas en su
aspecto fundamental: la Bolsa de
Nueva York está hoy más cara que
durante el crash del 29. Ésa es la
primera sorpresa con la que uno se

encuentra cuando compara ambos
años. Hay más. Por ejemplo, muy
pocos estadounidenses invertían en
Bolsa en los años 20. Apenas entre
uno y dos millones de ciudadanos,
de un país con una población total
de 120 millones, poseían acciones.
Pero la Bolsa era dominante en la

cultura del país porque era la inver-
sión favorita de las celebrities. Có-
micos –Groucho Marx, Charlie Cha-
plin– compositores –Irving Berlin– y
hasta figuras públicas –el político
británico Winston Churchill– ha-
bían invertido masivamente en ren-
ta variable, con resultados que fue-
ron desde la catástrofe financiera
(Churchill) hasta las buenas plusva-
lías (Chaplin).
Hoy, sin embargo, Wall Street es
algo que sí está en la calle, aunque
menos de lo que estuvo. En 2017,
un sondeo de la consultora Gallup
determinó que el 54% de los esta-
dounidenses tiene acciones, directa
o indirectamente. Aunque es una ci-
fra inferior al 65% de 2007, justo en
el momento en el que la crisis de las
hipotecas basura empezó, deja cla-
ro que hoy el mercado financiero es
algo mucho más implantado en la
sociedad que entonces, aunque la
mayor parte de las inversiones en
Wall Street se concentran en las
rentas más altas. En todo caso, la
Bolsa será un pasatiempo de ricos,
pero hoy también las clases medias
y bajas participan en ella.
Claro que una de las similitudes
entre 1929 y 2019 es ésa: las clases.
El ex máximo supervisor del merca-
do financiero británico, Lord Adair

Turner –que, con ese nombre, no
parece ser un miembro de las clases
populares– ha escrito que la cuota
de la riqueza nacional en manos del
1% más rico de Estados Unidos «ha
alcanzado el 20%, una cifra que no
se había visto desde la década de
1920». Edward Wolff, de la Univer-
sidad de Nueva York, estimó en un
paper el año pasado que el 1% de
EEUU tiene tanta riqueza como el
90% más pobre de la población.
Estas cifras generan unos titula-
res excelentes, aunque acaso no se-
an tan precisas como parecen. Una
de las consecuencias del crash fue

la Gran Depresión que, a su vez, pu-
so en marcha una serie de mecanis-
mos de transferencia de riqueza
que no sólo siguen existiendo, sino
que se han expandido. Hoy, el Esta-
do suministra la quinta parte de los
ingresos de los estadounidenses,
paradójicamente, a muchos territo-

rios y grupos sociales que se auto-
proclaman liberales, como Carolina
del Sur, que obtiene un 30% de su
Presupuesto de Washington. Tam-
bién es verdad que comparar los in-
gresos de una familia media de
1929 –padre, madre, y entre tres y
cuatro hijos –con los de una en 2019
–padre, madre, y un hijo– es algo
complicado.
Pero, más allá del detalle exacto,
lo que está claro es que las desi-
gualdades de ingresos siguen cre-
ciendo, en EEUU y en los países in-
dustrializados. Y no parece que se

vayan a corregir. La bajada de im-
puestos de 2018 es el mejor ejem-
plo de ello. Según un análisis del
New York Times, a consecuencia
de esa reforma fiscal, este año la
tasa impositiva efectiva de las 400
familias más ricas de Estados Uni-
dos ha sido del 23% de su renta; la
de la mitad más pobre, del 24,2%.
En otras palabras: Jeff Bezos, Bill
Gates, o Warren Buffett –respec-
tivamente, 111.000, 107.000, y
83.100 millones de dólares– paga-
ron un tipo fiscal inferior al del
autor de estas líneas.
Al menos, eso es lo que afirman
los economistas de la Universidad
de Berkeley Emanuel Sanz y Ga-
briel Zucman. Ambos son, junto
con Thomas Piketty y Paul Krug-
man, los gurús de la izquierda mun-
dial, de modo que sus conclusiones
pueden tener un barniz ideológico.
Pero también es verdad que los crí-
ticos de Sanz y Zucman han admiti-
do que en sus hallazgos hay una
parte de verdad. Cuando Howard
Gleckman escribió en la revista For-
bes un artículo al respecto, conclu-
yó diciendo que «probablemente
no» es cierto que esos 400 milmillo-
narios paguen menos que un ciuda-
dano de a pie. Ojo: sólo «probable-
mente». No «categóricamente».
Así pues, el mundo ha cambiado
mucho en algunas cosas desde


  1. En otras, no tanto. Una de las
    que se mantienen como entonces es
    el debate político. Por un lado están
    los defensores de las políticas de
    austeridad. Por otro, los que, inspi-
    rados precisamente por la Gran De-
    presión, defienden aumentar el gas-
    to público, que hasta tienen una te-
    sis con nombre propio: Teoría
    Monetaria Moderna.
    En realidad, el debate tampoco es
    tan básico. Todos los países están
    gastando más, empezando por
    EEUU. De lo que se trata es de au-
    mentar esas transferencias del Esta-
    do o no. Porque, más que como en el
    crash, la economía mundial recuer-
    da hoy a una versión a escala redu-
    cida de la Gran Depresión: inflación
    muy baja, subempleo, salarios bajo
    mínimos y proteccionismo. En el 90
    aniversario del crash, la situación
    mundial no es como en 1929, sino,
    más bien, como en 1935.


El fantasma del ‘crash’ del 29 y de


la Gran Depresión sigue presente


90 años después del ‘jueves negro’ de Wall Street, crece el miedo a que se repita el desastre


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Por ciento de los
estadounidenses
tiene acciones,
según un estudio
elaborado por la
consultora Gallup.

La cuota de la riqueza
nacional en manos del
1% más rico de EEUU
ha alcanzado el 20%

La Bolsa de Nueva
York está hoy más
cara que durante
el ‘crash’ del 29

Numerosas personas, congregadas a la salida de la Bolsa de Nueva York tras el ‘crash’ de 1929. LIBRARY OF CONGRESS

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