El Mundo - 24.10.2019

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Se oye el grito universal de nosotros pri-
mero, lanzado por burgueses blancos asus-
tados y enfadados que llega de Chicago a
Manresa, del Brexit a Cataluña, de Orbán
a Quim Torra. Le llaman nacional-populis-
mo y no es más que un motín contra la glo-
balización, contra el Estado desde el Esta-
do. Es un hipo, una paliza, una lata de democracia callejera
más fuerte que las leyes. Los nacional-populistas catalanes
amagan otra vez con una proposición sobre la reprobación del
Rey y el derecho de autodeterminación, sabiendo que la pro-
puesta es anticonstitucional, mientras en Madrid sigue Pedro
Sánchez luchando contra Franco cuando ya está podrido.
Los diputados del Parlament tienen miedo, como los del
poema de Kavafis a que lleguen desde la calle los jóvenes
bárbaros y proclamen de una puta vez la república. Mien-
tras todo eso ocurre, el procés está hundiendo a Cataluña
como prólogo, si no lo evitamos, a la desaparición del Esta-
do español como ocurrió en Yugoslavia.

Jaime Malet, catalán, presidente de la Cámara de Comer-

cio de Estados Unidos, ha declarado que los independentis-

tas disponen de televisiones y radios públicas y 7.000 hom-

bres armados (se refiere a los Mossos, que son más). Piensa

que los disturbios de los últimos días son muy preocupantes

y no parten de una espontaneidad, sino que hay un plan. «El

procés –dice Malet– se ha producido siempre buscando el vic-

timismo, sin pensar el mal que hacen a la convivencia».

El falso relato del procés, a pesar de su aldeanismo es ya

universal. Amin Maalouf, premio Príncipe de Asturias, en

el El naufragio de las civilizaciones cuenta que lleva siem-

pre en el bolsillo unas palabras escritas por el poeta árabe,

Abu I-Salt ibn Umayya, nacido en De-

nia, siglo XI, que dicen: «Si es mi origen

el polvo, cada país / es el mío, y los mun-

dos, mis parientes». Pero el autor libanés

afrancesado reconoce que no somos pol-

vo enamorado, sino identitario, étnico, y

que se está forjando una civilización mo-

ribunda donde la humanidad destruye lo que había cons-

truido. Escribe que Europa, el proyecto más bello desde ha-

ce cien años, está rodeada de nacionalismo y que el neofas-

cismo emerge por todas las partes. La izquierda moribunda,

hay que refundarla; el capitalismo es un ladrón apoyado por

las leyes y algunos millonarios son más ricos que algunos

países. Piensa que el capitalismo está totalmente desatado,

a cara descubierta una vez desaparecido la amenaza de

competir con el comunismo. Pero lo más crudo es que la xe-

nofobia nacionalista aproxima al mundo hacia un naufra-

gio. El autor dice con Calderón de la Barca que no siempre

lo peor es cierto, pero teme que se aproxime la catástrofe.

Pregunta.– Señor Drogas, Don Drogas,
Maestro Drogas... ¿Cómo le llamo?
Respuesta.– Como quieras menos hijoputa.
Y si es en buen tono, también. Soy El Drogas,
llevo siglos siendo El Drogas y así seguirá.
P.– ¿De dónde saca ideas para 42 canciones
nuevas a estas alturas de su carrera?
R.– Yo paso por la vida para aprender. Y siem-
pre están pasando cosas nuevas alrededor,
aunque algunas se repitan permanentemen-
te, como el racismo: con los gitanos hace 30
años y hoy con los refugiados. Somos un sis-
tema que siempre marca al diferente. Por des-
gracia, mientras me fije en lo que sucede,
siempre encontraré cosas que denunciar.
P.– Canciones de Barricada como No hay tre-
gua o En blanco y negro se las sabe medio
país. ¿Cómo se siente cuando las escucha
por sorpresa en la radio o en una verbena?
R.– Ni lo pienso. Sí veo que a veces las letras
se malinterpretan, porque fuera de su tiempo
y su lugar no se entienden. Por ejemplo, con
No hay tregua: «Alguien debe tirar de gatillo».

Y la gente te sale: «¡ETA! ¡ETA!». Sin embar-

go, era una letra muy monjil para aquel mo-

mento en Euskadi, pretendía ser una refle-

xión y no una llamada a la acción. Sólo tenía

sentido en el contexto de ser joven en los 70 y

80 en Euskal Herria. Ahora quedan raras.

P.– Se ha puesto de moda la censura retroac-

tiva de canciones, películas y libros.

R.– Es una mierda. Entre la cuadrilla de ofen-

diditos y ofendiditas, la cuadrilla de gestores

de la censura y la cuadrilla de la autocensura

que acabamos siendo todos y todas... ¡Re-

diós! No hay quien escriba. Y antes era cosa

de la derecha, pero ahora también lo es de la

supuesta izquierda. Que Podemos dedique

más tiempo a limpiarse la mierda que le echa

la derecha y a pelear por un cargo que a so-

lucionar los problemas de la gente, me jode.

P.– Aun así, dice que votará a Podemos.

R.– ¿Qué otra opción tengo? ¿Errejón, que es

más PSOE que el PSOE? ¿Por qué ha cogido

tanta fuerza Vox? Porque le han dejado los

demás partidos. Al fascismo no se le intenta

entender, al fascismo se le combate. Y Vox es

fascismo. ¿Qué diablos hacemos discutiendo

políticas de género con esos tipos?

P.– La tierra está sorda, su último disco con

Barricada, era un álbum conceptual sobre la

Guerra Civil. Hoy se exhuma a Franco. ¿En-

tiende que haya gente en contra?

R.– Cada bando se sigue echando en cara los

muertos del otro sin asumir los propios y así

no podemos llegar a un relato real. Franco

fue un dictador, José Antonio era secretario

general de un partido fascista y eso tiene que

quedar claro en su biografía. No hay que

quitarles de la Historia, pero tampoco permi-

tir homenajes ni mausoleos. Eso es una locu-

ra en un país que se dice democrático. Aun-

que es muy difícil ser un país democrático

cuando las grandes instituciones no lo son.

P.– ¿A cuáles se refiere?

R.– La Guardia Civil, la Legión y el Ejército

tendrían que desaparecer. Crear otro cuerpo,

con otro nombre y otra mentalidad. Hacer

una limpia real que no se hizo. Todas esas ins-

tituciones no cambiaron tras ser fundamenta-

les en una dictadura y, mientras no suceda, no

seremos una democracia real. Se necesitan

referentes de izquierda que sepan verbalizar

esta injusticia, porque nos están comiendo el

terreno desde la extrema derecha, que para

mí va desde Más País hasta Vox.

P.– ¿Y Podemos? ¿Centro-derecha?

R.– No, es algo peor. Es la cataplasma de la

tranquilidad, que es en lo peor en que se

puede convertir un partido que pretendía lle-

gar a un cambio real.

LA ENTREVISTA FINAL

EL DROGAS. Enrique Villarreal, Pamplona, 1959. Lideró Barricada durante 30 años,

convirtiendo en superventas lo que no era para todos los públicos. Ahora va por libre y

acaba de sacar un quíntuple disco, ‘Sólo quiero brujas en esta noche sin compañía’.

República de

una puta vez

EL RUIDO DE LA CALLE

RAÚL DEL POZO

SERGIO GONZALEZ VALERO

¿ENTIENDE LAS CRÍTICAS A

SU GIRA ORGANIZADA POR

UNA GRAN MULTINACIONAL?

Hay gente que sólo te quiere

cuando más tonto eres. Te llaman vendido

personas que no llegan ni a El Fary en dureza.

Con lo que hemos pasado, no van a enseñarte a

vivir cuatro niñatos. Este es mi oficio y no estoy

como para buscarme la vida en la construcción.

LA ÚLTIMA

PREGUNTA

«Podemos es la

cataplasma de

la tranquilidad»

IÑAKO DÍAZ-GUERRA

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