El Mundo - 24.10.2019

(Marcin) #1

EL MUNDO. JUEVES 24 DE OCTUBRE DE 2019
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ESPAÑA
i


QUICO ALSEDO BARCELONA^
Allá por septiembre de 1990, Jordi
Pujol, entonces president de la Gene-
ralitat, llevó a su Consell de Govern
un «Plan 2000 de Nacionalización»
que incluía, en su apartado de «Uni-
versitats», el siguiente «objetiu»: «Po-
tenciar personalidades de ideología
nacionalista en los órganos de las uni-
versidades. Velar por la composición
de los tribunales de oposición».
Hace una semana, la Universitat
Pompeu Fabra inauguraba en su cam-
pus de la Ciutadella, por decisión de
su claustro, su Plaza del Primero de
Octubre, en honor a los «presos polí-
ticos» del 1-O. Y ayer, mientras varias
universidades catalanas aprobaban
manifiestos «exigiendo» al Tribunal
Supremo la libertad de los «presos
políticos» condenados por sedición,
una veintena de estudiantes encapu-
chados impedía la entrada de los es-
tudiantes de Derecho de la Universi-
tat de Barcelona.
«Yo estaba allí», cuenta a EL MUN-
DO Ricardo García Manrique, profe-
sor en esa misma facultad. «Eran unos
cuantos estudiantes a los que se ha-
bía permitido pasar la noche allí. Por
la mañana, montaron unas barrica-
das y no querían dejar pasar a sus
compañeros, que eran desde luego
mayoría, unos 150. Tuvo que interve-
nir el equipo del decano para que en-

tre unos y otros no llegaran a las ma-
nos. Justo en ese momento, llegó la
comunicación de que el rector per-
mitía que no se celebraran hoy las cla-
ses. Otra cesión, una más».
Es el pulso, innegable, del sobera-
nismo unilateral por influir en la uni-
versidad «hasta el punto de secues-
trarla y controlarla», dice Maribel Fer-
nández, profesora de Comunicación
en el verdadero santuario universita-

rio del procesismo: la Universitat
Autònoma, cuyo campus central re-
cuerda al Belfast de los 80, cuajado
de pintadas contra «Espanya». «Quie-
ren secuestrar la universidad, pero,
sobre todo, quieren dar la imagen de
que toda la universidad es indepen-

dentista. Quieren usarla como alta-
voz. Y es absolutamente falso».
Fernández, también miembro de
Impulso Ciudadano, abunda: «Noso-
tros, y nos ampara el Tribunal Cons-
titucional, defendemos que una uni-
versidad no tiene libertad de expre-
sión, sino que la tienen sus miembros.
Una libertad ideológica absoluta, por
eso no se puede imponer el pensa-
miento de uno a los demás, y no se

pueden hacer posicionamientos ins-
titucionales: hay que respetar la neu-
tralidad universitaria», dice sobre las
proclamas aprobadas por varios claus-
tros, en cascada estos días, para ha-
cer coro a las movilizaciones contra
las condenas del 1-O.

«Lo que pasa es que la universi-
dad siempre ha sido un espacio de
reivindicación, a veces, de cuestio-
nes que no son educativas, sino po-
líticas y sociales», tercia Jordi Mu-
ñoz, profesor de Políticas en la Uni-
versitat de Barcelona. Muñoz, que
se alinea con las tesis independen-
tistas, ve en las proclamas «una ex-
presión de democracia» y recita otras
causas que han merecido toma de

posición por parte de los claustros:
«Se ha hecho con Israel, con Turquía,
con el cambio climático... Hay que
tener en cuenta que son posturas to-
talmente declarativas, de claustros
que tienen la legitimidad de que son
elegidos democráticamente y que re-

presentan a su comunidad universi-
taria», sigue Muñoz.
«Ese es el problema», interviene
Ricardo Gómez, de la Politécnica.
«Que se han utilizado los claustros,
siempre por los mismos, como plata-
forma política. Interesadamente», ex-
plica, aludiendo a ese retorcer el con-
cepto de democracia que se le censu-
ra al soberanismo. Gómez rebate tam-
bién la representatividad de los órga-
nos de gobierno universitarios: «Va-
mos a ver, la participación en esas
elecciones nunca sube del 10%-15%,
cuando llega. Es falso que porque el

claustro vote una cosa represente a
los 20.000 estudiantes de una univer-
sidad... Esto viene probablemente del
franquismo, que dejó a la universidad
ese espacio de libertad. Pero hombre,
es que ahora estamos en una demo-
cracia, aunque esta gente no lo quie-
ra ver. Y los claustros tienen que es-
tar a las cuestiones meramente edu-
cativas, no a otras cosas. Lo otro es
utilizarlos de forma espuria».
Gómez, no obstante, ve las cosas
«mejor que hace dos años, tras el 1-
O... Ahora se están cortando más, me-
nos por ejemplo en Girona, que son
muy combativos». Aun así, en ese nor-
malizar lo excepcional que se obser-
va claramente en estos tiempos en
Cataluña, admite que hace una sema-
na, durante la huelga, tuvo que entrar
en clase «apartando unas vallas». Al-
go parecido a lo que sucedió en la Uni-
versitat Rovira i Virgili, cuya rectora,
María José Figueras, cedía igualmen-
te ante alumnos-piquetes indepen-
dentistas que conseguían igualmen-
te suspender las clases. Ella invoca-
ba la ley, pero delante de las cámaras,
muy sintomáticamente, un alumno
le decía con toda tranquilidad: «No
se moleste, la ley no sirve de nada».
«Yo admito que esto se ve desde
aquí dentro con zozobra, con pesi-
mismo», explica a EL MUNDO Án-
gel Belzunegui, profesor en ese cen-
tro. «Y eso que esta universidad no es
militante, los alumnos sobre todo quie-
ren estudiar». Pero la rectora final-
mente cedió «por motivos de seguri-
dad», los mismos que invocó para im-
pedir un acto de Albert Rivera esta
semana, tras alquilar el espacio Cs.
Ve algo de luz García Manrique, de
la Universitat de Barcelona: «Están
tirando demasiado de la cuerda, for-
zando demasiado esa presunción de
legitimidad, la gente se cansa, pero
es verdad que se les teme: vino a dar
una conferencia un magistrado del
Supremo, pusieron una cinta precin-
tando la sala y tardamos tres horas
en quitarla por miedo», admite.
«Es miedo lo que producen, y una
espiral de silencio en quien discrepa»,
termina Maribel Fernández. Otro ob-
jetivo de Pujol en 1990: «Estimular el
sentimiento nacional catalán de es-
tudiantes y profesores, y promover el
uso del catalán en todo ámbito».

Pintadas contra la sentencia del ‘procés’ en la Universidad Autònoma de Barcelona, ayer. ÓSCAR ESPINOSA


Encapuchados bloquean la Facultad de Derecho de la UB y alumnos se manifiestan en contra. E. M.


El «secuestro» de la universidad


catalana por el independentismo


Varios centros aprueban proclamas contra la sentencia y profesores piden «neutralidad»


Encapuchados
provocan el cierre
de las clases en
Derecho de la UB

DESAFÍO SOBERANISTA ACOSO EN LOS CAMPUS

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