Expansión - 02.10.2019

(Darren Dugan) #1

Opinión


42 ExpansiónMiércoles 2 octubre 2019


E


n el contexto global de la cri-


sis de las pensiones públicas,


las de naturaleza contributiva


cuentan con el más injusto trata-


miento, aunque su perjuicio reper-


cutirá preocupantemente en el res-


to. Es necesario reconocer y prote-


ger los derechos de la España que


trabaja. Necesitamos riqueza, nece-


sitamos productividad.


El sistema de pensiones es un cla-


ro ejemplo de la necesidad acuciante


de medidas urgentes encaminadas a


paliar la degradación de los derechos


y del nivel de vida de quienes se jubi-


lan tras una etapa laboral activa, pro-


ductiva y solidaria. No sólo han ge-


nerado derecho a una pensión, sino


que han aportado mucho con su tra-


bajo: impuestos, riqueza, productivi-


dad, innovación, desarrollo y bienes-


tar colectivo. Los que contribuyen, la


parte productiva del país, deben go-


zar de derechos y garantías, no sólo


sostener el bienestar general. Deben


disfrutar del reconocimiento, la con-


sideración, el respeto e, incluso, la


protección de recibir conforme a su


aportación, así como la libertad de


planificar su futuro.


Asimismo, los españoles necesitan


y tienen derecho a saber la situación


real de un sistema que se desmoro-


na, de su insuficiencia futura y de la


ausencia de medidas ante tal situa-


ción. Tienen derecho a la realidad,


no al papanatismo de un Papá Esta-


do que todo proveerá. Tienen dere-


cho y obligación de autorresponsa-


bilidad, compromiso y previsión con


su futuro estado de jubilación.


Hace unos días salían a la luz las


perspectivas de un informe de Willis


Towers Watson: si se aplicase el ín-


dice de revalorización de las pensio-


nes, su valor caería un 1,87% en



  1. Recordemos que el anterior


Gobierno frenó la implantación de


este índice hasta este año, por lo que


aún es posible que, de no volver a


suspenderse, esa reducción cercana


al 2% llegue a cumplirse.


Desde los inicios del Pacto de To-


ledo, en 1995, se han ido sucediendo


propuestas que no han salido ade-


lante. Tras casi 25 años totalmente


perdidos, se ha mostrado la falta de


voluntad política para abordar el


problema y la incapacidad del Esta-


do para garantizar su sostenibilidad


y suficiencia. Es solo la punta del ice-


berg. Existen más factores que abo-


can el sistema a su insostenibilidad,


destacando el demográfico. La prolí-


fica generación del Baby boom está


próxima a jubilarse, y el número de


cotizantes no da para sustentar tan-


tas prestaciones.


Analizar las partidas


Lejos de medidas puntuales ligadas


al propio modelo, el Estado debe


analizar a qué partidas destina sus


recursos. Los ingresos son limitados,


y el gasto en pensiones tiene un po-


tencial de crecimiento inconmensu-


rable. Quizá sea momento de decidir


si es posible seguir manteniendo tan


prolífera Administración Pública,


una ingente clase política, un desor-


bitado funcionariado y puestos de


confianza con multitud de puertas


giratorias.


O si es posible seguir tolerando


con inexplicable complicidad el


fraude masivo del absentismo labo-


ral no justificado. Los recursos son li-


mitados; las necesidades, muchas.


Necesitamos, en garantía de la actual


generación y de las generaciones ve-


nideras, una planificación leal que


proteja y fomente más productores,


menos y más eficaces administrado-


res, y ningún parásito.


Adicionalmente, debemos ser


conscientes de que España es uno de


los países en el que más carga sopor-


tan las pensiones públicas. La tasa de


reposición, diferencia entre el últi-


mo salario y la prestación por jubila-


ción, se sitúa sobre el 80%, la mayor


si atendemos a las que se sustentan


exclusivamente en el sistema públi-


co. Como la mayoría de los países de


nuestro entorno, si queremos man-


tener unos ingresos suficientes al lle-


gar la jubilación, es imprescindible


que cada trabajador realice un ejer-


cicio de autorresponsabilidad y co-


mience a ahorrar lo antes posible pa-


ra contar con una capitalización


complementaria suficiente.


Pero lograrlo no es cuestión exclu-


siva de los ciudadanos. Es necesario


que el Estado incentive los produc-


tos de ahorro a largo plazo y su fisca-


lidad de una manera decidida, del


mismo modo que debe abandonarse


esa actitud paternalista o de ocultis-


mo que no sirve para que la ciudada-


nía sea consciente del problema real


que debemos afrontar y cuya solu-


ción, en manos de todos, estamos di-


latando, perdiendo un tiempo que


no tenemos.


El precipicio de las pensiones públicas contributivas


Presidente del Grupo PSN


Miguel


Carrero


E


spaña es hoy un país diame-


tralmente diferente al que


era hace 35 años. Los cam-


bios estructurales del modelo eco-


nómico, la irrupción de las nuevas


tecnologías y el avance espectacu-


lar de las telecomunicaciones han


impulsado una transformación po-


lítica y social que pocos imagina-


ban en nuestro país en los años


ochenta.


En 1985, la Ley Orgánica de Liber-


tad Sindical dio carta de naturaleza a


un modelo sindical que abría un fu-


turo nuevo a las personas trabajado-


ras del país. Esta norma supuso la


puesta en marcha de un marco de re-


laciones laborales moderno, equipa-


rable al resto de Europa e impulsó


con claridad el derecho a la sindica-


ción, pilar esencial en un Estado so-


cial y democrático.


Pero ni la España de hoy es la de


1985 ni las personas trabajadoras de


nuestros días tienen las mismas ne-


cesidades. La legislación sindical


adoptada entonces se ha convertido


en la práctica en una coraza que im-


pide crecer a otras opciones legíti-


mas y deja sin representación a mu-


chos ciudadanos. Ha llegado el mo-


mento de impulsar un nuevo mode-


lo, más acorde con la realidad de la


sociedad y con sus demandas labora-


les. Desde la Central Sindical Inde-


pendiente y de Funcionarios (CSIF),


sindicato más representativo en las


Administraciones Públicas y con


presencia creciente en el sector pri-


vado, damos un paso adelante para


reclamar una reforma normativa.


Somos conscientes de que hay mu-


chas voces que reclaman un sindica-


lismo renovado, generalista, inde-


pendiente desde el punto de vista


político, profesional, transparente y


alternativo a las tradicionales orga-


nizaciones de clase.


Ahora más que nunca hace falta


trasladar al ámbito sindical el plura-


lismo democrático de la sociedad es-


pañola. Reclamamos la modifica-


ción de la Ley Orgánica de Libertad


Sindical. Planteamos que sea sufi-


ciente el 5% de representatividad


para estar presente en los ámbitos de


negociación, tal como ocurre en el


escenario político, donde se precisa


únicamente entre el 3% y el 5%.


Burocracia obsoleta


Según un estudio realizado por


CSIF, actualmente hay 80.000 dele-


gados sindicales contabilizados en


empresas que ya no existen por una


barrera burocrática obsoleta. Por


eso, reclamamos que cada vez que se


dé de baja una empresa, de manera


simultánea se den de baja los repre-


sentantes sindicales en los registros


públicos.


En España hay casi 17 millones de


trabajadores y trabajadoras. De esta


cifra, tres millones son autónomos y


4,3 millones ejercen su actividad en


empresas donde no se celebran elec-


ciones sindicales. De los 10 millones


restantes que cuentan con procesos


electorales, un 33% elige otras opcio-


nes alternativas a los sindicatos tra-


dicionales, como la que defiende


CSIF, que en diez años ha cuadripli-


cado su representación en la empre-


sa privada.


El próximo 10 de octubre el VIII


Congreso General Nacional de


CSIF, máximo órgano de dirección


que celebramos cada cuatro años,


dirá alto y claro que no podemos


desatender esta demanda social.


Nos enfrentamos a otras realidades


y una sociedad avanzada, madura y


democrática como la actual necesi-


ta unos sindicatos nuevos que se-


pan adaptarse a la realidad y dar las


respuestas que nos reclama la ciu-


dadanía.


Otro modelo sindical es posible


Miguel


Borra


Presidente de CSIF


Los que contribuyen,


la parte productiva del


país, deben gozar de


derechos y garantías


Ahora más que nunca


hace falta trasladar


al ámbito sindical el


pluralismo democrático


Es necesario que el Estado incentive los productos de ahorro a largo plazo y su fiscalidad de una manera decidida.


Dreamstime
Free download pdf