Historia Spain - 09.2019

(Sean Pound) #1
Sobre estas líneas, el
papa Inocencio III, que
se sentó en la silla de
Pedro entre 1198 y


  1. A la derecha,
    dos caballeros
    medievales en el
    mural de una iglesia
    danesa.


Guerra Santa. A lo largo del siglo XII la
provisión de casas para la milicia resultó
espectacular, pero comenzó a languidecer
al siglo siguiente con el debilitamiento del
fervor de cruzada y la aparición de nuevas
formas de espiritualidad que cautivaron la
generosidad de los creyentes tales como
los dominicos y los franciscanos.
Pero aparte de estas donaciones casi
indiscriminadas en sostenimiento de una
empresa bélica animada por el papado y
los principales mandatarios europeos, el
Temple supo gestionar sus recursos. Se
dotó de un repertorio de actividades mer-
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ELpQOHUHSRUWDEDVXVWDQFLRVRVEHQHÀFLRV

“todos los que entran en el Temple, todos
los que se asocian con él hacen donaciones
materiales. Y más allá del círculo familiar,
clérigos y laicos les imitan. Las órdenes mili-
tares disfrutaron, después de Cluny y el Cís-
ter, antes que las órdenes mendicantes, de
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cierto. Pero, en el caso de las órdenes mili-
tares, fue una moda duradera. ¿Qué se da?
De todo. O de casi todo”.
Efectivamente, los templarios crecie-
ron con el viento de cola de la efervescen-
cia emocional que en todo el Occidente
cristiano alentaron las cruzadas. Por eso
mismo, la recepción de bienes terminó
emparejada a la suerte corrida por la

ausencia y pérdida de documentación en
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PX\VLJQLÀFDWLYDV/DEDVHIXQGDPHQWDO
de producción y articulación templaria era
la encomienda, subdividida a su vez en ca-
sas donde vivían tres o cuatro templarios
enfermos o de edad avanzada, siempre
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Barber en “Supplying the Crusader States”
estima en 970 el número de casas durante
el mandato del gran maestre Jacques de
Molay hacia 1300, “incluyendo coman-
dancias y castillos tanto en el este como
en el oeste, atendidas por un número de
miembros que probablemente no era in-
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las personas a cargo, que debían de ser
siete u ocho veces mayor que ese número”.
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tos, más allá de las cantidades puras y
duras, se ha centrado también en los me-
canismos de acumulación y gestión de la
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tes posturas acerca de la manera en que
se produjo el crecimiento económico de
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Alain Demurger en su clásico libro Auge
y Caída de los Templarios resume el acapara-
miento de propiedades en manos de la mili-
cia con mucha elocuencia cuando dice que


LOS TEMPLARIOS CRECIERON CON EL VIENTO DE COLA
DE LA EFERVESCENCIA EMOCIONAL QUE EN TODO EL
OCCIDENTE CRISTIANO ALENTARON LAS CRUZADAS
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