PRODUCTOS FINANCIEROS
TEMPLARIOS
Después de haber vivido en nuestros días
varias crisis económicas, quien más o quien
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sarse en aquellos dedicados al ahorro, la
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actividades económicas del Temple tuvie-
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ros adaptados a las características propias
de la época medieval. Entre la oferta dis-
ponible por la milicia destacaron diferentesLAS ACTIVIDADES ECONÓMICAS DEL TEMPLE TUVIERON UN
BUEN ELENCO DE PRODUCTOS FINANCIEROS ADAPTADOS A
LAS CARACTERÍSTICAS PROPIAS DE LA ÉPOCA MEDIEVAL
A la izquierda, una
ilustración sobre la
rendición de los
cruzados –templarios
en su mayoría– al
sultán Saladino en la
batalla de los Cuernos
de Hattin (1187); a la
derecha, Jacques de
Molay, último Gran
maestre de la Orden.SODULRVHQH[LWRVRVEDQTXHURV(QVXRSL-
nión, “el Temple no entró en operaciones
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nales para apoyar la cruzada, sino como
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las responsions frente a los gastos milita-
res)” en un momento en que estos habían
menguado por el retroceso cristiano en
Palestina. A partir de aquí, “este empleo
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económica fundamental”.EL PODER ECONÓMICO DE LAS RELIQUIAS
i
Los freires del Temple tuvieron también especial predilección
por las reliquias. Muchas de ellas fueron percibidas desde la fe
como auténticos talismanes y escudos de protección frente a la
adversidad. Por ese motivo, las huestes templarias solían transportarlas consigo a
los campos de batalla esperando así ganarse el favor sobrenatural y la victoria contra
el enemigo. Sin embargo, la orden también acumuló en sus encomiendas numerosos
fragmentos de la Cruz Verdadera o lignum crucis. Estas reliquias suscitaban una gran
devoción popular que convertía a los monasterios que las custodiaban en destino
de peregrinación con los consiguientes beneficios y donativos que tales prácticas
piadosas reportaban para las arcas de los freires. Ahora bien, la posesión de estos
apreciados fragmentos de madera propiciaba una segunda consecuencia más sutil
que afectaba a las transacciones económicas gestionadas por la orden. Jochen Schenk
en su estudio “The cult of the Cross in the Order of the Temple” sintetiza la cuestión
subrayando que indudablemente, tales relicarios constituyeron “un punto focal para
la atención devocional (que) se vuelve aún más claro si tomamos en consideración
la importante función de las capillas y de las iglesias donde estos relicarios seSanta ya en 1187 con la caída del reino
de Jerusalén, contribuyó a incrementar
la liquidez monetaria puesto que había
menos gastos corrientes que pagar. La
maquinaria de guerra se había reducido
y quedaban así liberados ciertos recursos
económicos que podían destinarse a ope-
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a diferentes niveles. En síntesis, la origi-
nal tesis de Ignacio de la Torre apuesta
por esa liquidez sobrevenida –más que la
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