El Mundo - 02.09.2019

(C. Jardin) #1

EL MUNDO. LUNES 2 DE SEPTIEMBRE DE 2019


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ESPAÑA
i

En junio de 2018, la carambola im-
prevista de una moción de censura
hizo que España estrenara Gobierno.
Pedro Sánchez se convertía en jefe
del Ejecutivo y el PSOE regresaba al
poder sin acabar de creérselo, des-
pués de años de ostracismo político,
penuria electoral y mucha dedica-
ción a la batalla interna. Un socialis-
mo que aún seguía tratando de en-
contrarse a sí mismo, de solucionar
la crisis existencial de quién era y a
quién representa, provocada por la
irrupción de Podemos, empezaba a
curarse con el chute que suponía lle-
gar a La Moncloa. Parece que han
pasado años de aquello. La intensi-
dad de todo lo que ha sucedido en
España en el último lustro ha engu-
llido un acontecimiento tras otro.
Han cambiado muchas cosas pe-
se a que la política española perma-
nece enjaulada, encadenada a otros
tiempos. A oscuras, buscando una
salida que nadie encuentra, desde
que en 2014 todos los postulados
que habían servido hasta ese mo-
mento se quedaron viejos. La crisis
económica y el ocaso del sistema del
78 transformaron España. Una nue-
va generación, nacida entre los 70 y
los 80, ha alcanzado el poder y tam-
poco ellos parecen capaces de solu-
cionarlo.
Lo que suceda en los próximos
días determinará el futuro inmedia-
to: o un Gobierno de Pedro Sánchez
o unas elecciones el próximo 10 de
noviembre. Las cuartas en cuatro
años. Las segundas consecutivas. El
comodín de la repetición.

El papel del PSOE vuelve a ser
crucial. Ahora no es Mariano Rajoy
sí o no, sino cómo Sánchez conser-
va el Gobierno. No hay muchas du-
das de que los socialistas volverían
a ganar en otros comicios e, incluso,
como apunta la encuesta que hoy
publica este diario, que lo harían
con más holgura. Pero la imprevisi-
bilidad de un acierto seguro, de una
mejora sustancial, tiene al partido
muy inquieto. Hoy se reúne la Eje-
cutiva Federal y algunos no pueden
evitar que la opción
de otras elecciones
les provoque dolor de
estómago.
Sánchez busca el
refrendo de su direc-
ción para desterrar el
Gobierno de coalición
que ofreció a Pode-
mos en julio y limitar
ahora el acuerdo a un
pacto programático.
Nadie le dirá que no,
pero no todos están
igual de convencidos.
En las últimas se-
manas se ha cronifica-
do en el PSOE el de-
bate sobre si es conve-
niente jugarse La
Moncloa en otros co-
micios o tragar quina
con Podemos. «El va-
lor de un líder no es
sólo cómo gobierna,
sino cómo administra los resulta-
dos», argumentan los partidarios de
esta última opción. Piensan que Sán-
chez confía demasiado en lo que
apuntan los sondeos y en lo que le
dicen su jefe de Gabinete, Iván Re-
dondo –que en julio, matizan, sí tra-
bajó para lograr un Ejecutivo com-
partido–, y el presidente del CIS, Jo-

sé Félix Tezanos. Los sociolistos, los
técnicos de laboratorio, los que no pi-
san la calle. Un mal acuerdo, opinan
los contrarios, «es mejor que ir a
unas elecciones». Sería una campa-
ña «a cara de perro» y a la derecha,
con posible fusión de candidaturas
en el Senado, «sólo le puede ir mejor
porque peor es imposible». Pero, la-
mentan, «Pedro no ha visto el pacto
con Podemos en ningún momento».
De los distintos interlocutores con-
sultados por este diario hay quien
discrepa totalmente de esta visión. A
pesar de la incertidumbre general y
de la volatilidad del voto, en estos
momentos Sánchez y el PSOE son
«lo más sólido» del mercado. Pode-
mos y Ciudadanos han «envejecido»
políticamente muy rápido. Pablo
Iglesias tiene «contestación interna»
y de Albert Rivera «no se entienden
sus posiciones de derecha». Pablo
Casado «requiere un tiempo de ma-
duración y no cuenta con el control
del partido». En este contexto, insis-
ten, Sánchez es quien está «más he
cho». Es joven, es nuevo, pero ha go-
bernado. Y el refrendo a su figura se
ha demostrado con el triunfo del
PSOE en los últimos procesos elec-
torales. «No sé si 123 escaños es más
o menos que 186 en otras épocas,
pero el mérito de lograr un diputado
ahora en el multipartidismo es mu-
cho. Y además se ha doblado al se-
gundo».
Esto, señalan, «lo ha legitimado».
Sánchez es ahora como el Rajoy de
2015, lo más seguro del espectro po-
lítico. Y en las urnas ha conseguido
la medalla de «caballo ganador». Ha
establecido un vínculo con la socie-
dad española, que ha dejado atrás la
fase de indignación que alumbró a
Podemos y está en una etapa más
moderada. «El perfil de Pedro y del
PSOE es más reformista que revolu-
cionario». Y en estos momentos,
añaden, son el único partido con im-

plantación territorial en toda España
frente a un PP que sólo tiene un di-
putado en Cataluña y carece de re-
presentación en el País Vasco. Al
PSOE, en definitiva, no le puede ir
mal en unos nuevos comicios.
Pero ni siquiera este horizonte es
capaz de que se esfume el miedo.
Hay quien cree que Sánchez «se es-

tá jugando a una carta» lo que consi-
guió en las primarias internas y que
el cambio histórico que consiguió de-
be tener una continuidad. «Si perdie-
ra o no gobernara no habría valido
de nada». Está, concluyen, «tocado
por el síndrome de La Moncloa». Y
eso afecta al PSOE. «El partido está
absorbido por el Gobierno, es un me-
ro instrumento ratificador de las de-
cisiones de Moncloa». «Los órganos
de control interno han desapareci-
do». «En todas las épocas ha existido
más debate interno».
Otras fuentes discrepan: «Pedro se
ha cuidado de que no fuera así. Por
ello el secretario de Organización,
José Luis Ábalos, está en el Gobier-
no y la vicesecretaria general es la
portavoz parlamentaria». En las reu-
niones que Sánchez ha mantenido
con organizaciones sociales para ela-
borar el programa que después plan-
teará a Podemos, recuerdan, siem-
pre va un ministro y un miembro de
la Ejecutiva. En todos los momentos
importantes la dirección del PSOE
«ha estado ahí». Además, sostiene
una «comunicación muy fluida» con
los presidentes autonómicos (nueve,
tras las elecciones de mayo). «A él el
partido le preocupa, le interesa».
Lo cierto es que si no se frustra se
ha abierto una nueva etapa histórica
para el socialismo. No se oculta lo
costoso de su advenimiento, pero en
el partido apuntan que Zapatero, el
último gran líder del PSOE, también
atravesó un duro proceso de transi-
ción, tenía contestación territorial y
recibía muchas críticas. «Hasta que
fue presidente no se consolidó. Esta-
mos en una fase semejante». Los ba-
rones saben que el PSOE «ha abier-
to una etapa de estabilidad» y hasta
PP, Cs y Podemos piensan que se ini-
cia «un posible ciclo electoral».
«Ya no hay barones despachán-
dose un día sí y otro también con-
tra Sánchez, ahora se le reconoce
su autoridad y se ha convertido en
un activo del partido, que pide su
presencia en todos los lugares de
España». «El Gobierno ha cometi-
do errores, por supuesto, pero la
gestión global ha sido buena y esto
los presidentes autonómicos lo re-
conocen. Y los empresarios no se
cansan de repetir el trabajo que se

MARISOL HERNÁNDEZ


El PSOE cierra hoy esta serie de


EL MUNDO sobre la situación


de los partidos en el arranque


del curso político y pasados cinco años


desde el final del bipartidismo. Los socialistas


han atravesado este cambio de la mano del


liderazgo de Pedro Sánchez, elegido en 2014


tras irrumpir Podemos y hoy en La Moncloa


LA SALA DE


MÁQUINAS


DEL PODER


Ante el temor


de volver


a las urnas


Preocupación en el
partido sobre si
jugarse el Gobierno
en otras elecciones

Sensación interna
de que Sánchez «no
vio nunca» el pacto
con Unidas Podemos

Los menos temerosos
de un 10-N defienden
al presidente como
el líder «más sólido»

ACTO PÚBLICO
DE PRESIÓN A PODEMOS
Presentación del programa progresista.
El secretario general y presidente del
Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, cerró
el viernes la ronda de reuniones con
organizaciones sociales, con quienes se ha
reunido para elaborar un documento
programático de 300 medidas, que se
presentará en público mañana. Será este el
primer acto de presión a Unidas Podemos,
con el refrendo de colectivos del ámbito de la
izquierda, antes del encuentro con ellos la
próxima semana, en el que los socialistas
insistirán a Pablo Iglesias que acepte un pacto
programático y apoye una nueva investidura.
Una «oferta de acción de Gobierno» abierta al
debate que dicen que Podemos no puede
rechazar porque incluye propuestas suyas.


  1. PSOE


EL ESCENARIO POSTELECTORAL EL ANÁLISIS

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