El Mundo - 02.09.2019

(C. Jardin) #1
EL MUNDO.

HOJA Nº (^30) P A P E L LUNES 2 DE SEPTIEMBRE DE 2019
F O T O G R A F Í A
Walter Chandoha (1920 - 2019).
Conquistó a los ‘popes’ de la publicidad
que inspiraron ‘Mad Men’, hasta Andy
Warhol cayó rendido a los pies del hombre
de las 90.000 fotos de gatos. Y todo
empezó en la Segunda Guerra Mundial
EL FOTÓGRAFO
DE GUERRA
QUE INVENTÓ
LOS MEMES
DE GATITOS
POR SARA
POLO MADRID
se convirtió en una de mis
firmas», escribiría mucho
después, a los 98 años,
justo antes de fallecer. Sus
palabras las recoge la
retrospectiva Cats.
Photographs 1942-2018,
que publica Taschen. Y
efectivamente, las fotos de
estudio que conquistaron
al mismísimo Andy Warhol
tenían dos protagonistas:
los gatos y la luz.
Hasta seis focos utilizaba
Chandoha para dibujar
cada mínimo detalle del
De cómo un veterano de
guerra se convirtió en el
fotógrafo de gatos más
prolífico de la Historia va
la vida de Walter
Chandoha. De cómo un
encuentro fortuito con un
minino abandonado hizo
ronronear a los Don
Drapers de Madison
Avenue, a los de verdad,
trata la larga existencia de
un hombre que nació en
una pequeña ciudad de
Nueva Jersey recién
terminada la Primera
Guerra Mundial y murió
en una ciudad todavía más
pequeña del mismo estado
cuando los memes de
gatitos eran ya los
innegables reyes de
Internet.
Chandoha fue un
visionario sin intención
ninguna de serlo, pero
cuando su pasatiempo
casero favorito empezó a
colarse en los designios del
sueño americano se dijo
que, por fin, había
encontrado su verdadera
vocación. Mucho antes de
todo eso, el pequeño Walter
trasteaba en casa con un
rudimentario cuarto oscuro
que se había fabricado con
unas cortinas y los boles de
sopa de su madre.
Allí dentro, en aquella
especie de tipi infantil con
ínfulas, el niño miraba
fascinado cómo iban
pintándose en el papel
mojado tantas escenas de
su vida cotidiana. Primero
aparecían las siluetas;
después, poco a poco, los
detalles, como nacidos de
un charco. Le fascinaba
tanto que en cuanto
terminó el instituto partió a
Manhattan a trabajar como
ayudante de un fotógrafo
por 12 dólares a la semana.
No le daba para vivir pero
le dio para aprender, y
aquello le bastaba.
«Comprendí que una luz
de fondo fuerte podía
convertir una buena foto
en otra todavía mejor y eso
manto de sus modelos. Le
gustaban especialmente los
pelillos que les salían de las
orejas y que resaltaban
contra el fondo, siempre
liso, siempre sobrio, sólo lo
cruzaban las sombras de
sus musas. «No quiero que
nada distraiga de la belleza
de los gatos», decía.
En su búsqueda
incansable de la perfección
llegó a hablar con un
domador de tigres para ver
cómo hacía él para que sus
felinos se estuvieran
quietos. «Paciencia,
comida y ruiditos»,
respondió aquel. Así que
empezó a maullar, a ladrar,
a piar... «Había días en que
mi estudio parecía una
granja», bromeaba. Quién
diría que toda
aquella jovialidad
nació entre tiros y
polvo y mucha,
mucha sangre.
El shock de Pearl
Harbor pilló a
Chandoha cámara
en mano y con 21
añitos, así que el
destino lo llevó
directamente a
retratar el frente
del Pacífico en
primera línea de
combate. De la II
Guerra Mundial
volvió como
veterano
directamente a la
Universidad y una noche
gélida, cuando regresaba
de clase a su apartamento,
se le apareció tiritando el
futuro en forma de bolita
de pelo. La soledad y el
desamparo de ese
cachorrito gris marengo
sobre el blanco nuclear de
las calles nevadas de
Nueva York lo enterneció y
se lo llevó a casa.
Chico conoce a gato,
gato no muere congelado y
chico se tira los siguientes
70 años fotografiando
gatos. 90.000 fotos de gatos
en el currículum, nada
menos. En cuanto entró en
calor, aquella pelusa
empezó a saltar, a botar, a
trepar las paredes, se
volvió completamente
majareta durante
exactamente un minuto. Y
como empezó,
terminó. Calma
chicha. No dejó de
repetir aquel ritual
ni un solo día a
partir de entonces.
Tenía que llamarse
Loco.
En el frente
había entrenado
Chandoha unos
reflejos casi felinos
que le vinieron de
perlas para captar
la naturaleza
salvaje de Loco,
primero, y la de
cualquier peludo
que se le cruzara
en el camino, después. Se
tumbaba en el suelo, en
mitad de la calle, y
esperaba para pillar in
fraganti a una banda de
gatos en modo Reservoir
Kittens; recogía a cuantos
felinos desamparados
detectaba para observarlos
durante horas, para
empaparse de su instinto.
Los conocía bien y podía
prever sus reacciones,
captar ese segundo exacto,
esa sonrisa que no era, esa
mirada dominante.
Decía un perfil de
Chandoha publicado en el
Financial Times que
pasear por la sección de
mascotas de un
supermercado
estadounidense en los 60
era como asistir a una de
sus exposiciones.
Cualquier producto
comercial que tuviera que
ver con animales llevaba
su firma. Y de ahí, su fama
saltó a las revistas. La
primera portada fue la de
una publicación femenina
que hablaba de la Navidad.
Pero la que marcó la
diferencia fue el Cat-a-log
de Ethicon, una división de
Johnson & Johnson
dedicada a fabricar
productos médicos que
publicaba un pequeño
folleto con imágenes
divertidas de gatos y
diálogos muy humanos.
LOL Cats nació en 2006.
Medio siglo antes Walter
Chandoha había
inventado, sin saberlo, los


Walter Chandoha entretiene a uno de sus modelos felinos con una pluma para fotografiarlo en su estudio. WALTER CHANDOHA memes de gatitos.


‘Paula y el gatito’. WALTER CHANDOHA


USABA SEIS FOCOS PARA


NO PERDER NI UN DETALLE


DE SUS MODELOS PELUDOS,


INCLUSO PIDIÓ CONSEJO


A UN DOMADOR DE TIGRES

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