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296 0 m
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100 km
a pie vadeando corrientes y saltan-
do entre rocas de basalto hasta lle-
gar a la cascada de Ngare Sero, que
recompensa con un fabuloso baño.
«El Meru, volcán dormido, re-
corta el firmamento con su filo
aserrado. A sus pies ceniza, sel-
va, agua, y latidos entre las som-
bras». El diario de mi primer safa-
ri por Tanzania describe el mismo
paisaje que veo ahora. Estoy en el
Parque Nacional de Arusha, últi-
ma etapa de este viaje. Recuerdo la
sorpresa al ver colobos guereza por
vez primera, camuflados entre las
copas de los árboles que rodean el
cráter de Ngurdoto, con su rostro
blanquinegro y su exuberante cola
alba a modo de plumero. El bosque
húmedo de montaña les ofrece un
hábitat ideal, al igual que a los an-
tílopes jeroglífico, los turacos o los
duíkeros. No hay leones por lo que
se puede descubrir el parque a pie.
Caminamos entre jirafas y bison-
tes, cebras y facoceros, y nos acer-
camos hasta las aguas de los lagos
Momella, que acogen miríadas de
flamencos enanos y comunes.
Nos adentramos en el bosque
hasta que, en un recodo, aparece
la esbelta cascada que se despeña
desde Tululusia Hill. Llegamos
a Fig Tree Arch, dos higueras es-
tranguladoras cuyos troncos se
abrazan de manera que forman un
gran arco por donde podría inclu-
so pasar un elefante. Comenzamos
un ascenso pronunciado. Más allá
de los 2600 m domina el paisaje
volcánico con coladas de lava y un
cono de cenizas en el interior del
cráter desgarrado. Hemos llegado
al final. Sentados frente al horizon-
te del nordeste, nos sobrecoge la
inmensidad del Kilimanjaro. Miro
con codicia su pináculo truncado,
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1 Serengeti. Ofrece la posibilidad
de contemplar guepardos a la
carrera, además de leones, elefan-
tes y varias especies de antílopes.
2 Ngorongoro. Esta caldera volcá-
nica de 600 m de hondo y 20 km
de diámetro concentra la gran fau-
na africana.
3 Lago Manyara. Los hipopóta-
mos, las aves, los pequeños antílo-
pes y las jirafas son los habitantes
más llamativos.
4 Tarangire. Posee la mayor
población de elefantes del país. Se
distingue también por los baobabs.
5 Kilimanjaro. La ascensión al
techo de África atraviesa un
increíble abanico de paisajes.
6 Parque de Arusha. Uno de los
pocos que pueden visitarse a pie.
Tanzania, un
edén de fauna
Documentación. Pasaporte y un
visado que se puede tramitar en
el aeropuerto de llegada.
Llegar. El aeropuerto de Arusha
recibe vuelos internacionales los
meses de verano. Otra opción
consiste en volar hasta Dar-es-
Salaam (sur de Tanzania) o
Nairobi (Kenia) y trasladarse en
coche o en autobús a Arusha.
Idioma y moneda. Suahili e
inglés. Chelín tanzano.
■ http://www.tanzaniatourism.com/en
CUADERNO DE VIAJE
metáfora de un continente negro
en el que todavía palpita el cora-
zón de una naturaleza que se niega
a doblegarse. Pero esta vez no va a
poder ser. El «esqueleto seco y he-
lado» del leopardo tendrá que es-
perar un poco más. Hasta el próxi-
mo safari tanzano. ]