Expansión - 31.08.2019

(Michael S) #1
Sábado 31/8/2019

02


Iñaki Garay. Madrid
Pedro Sánchez se encuentra
ahora en una encrucijada:
convertirse en socio-rehén de
Pablo Iglesias o ir a unas nue-
vas elecciones. Ámbas opcio-
nes tienen sus riesgos, aun-
que, en estos momentos, si el
presidente en funciones tiene
que elegir está dispuesto a op-
tar por la segunda como mal
menor. De hecho, ya le ha
trasladado a Podemos que la
oferta de junio de una vice-
presidencia con tres ministe-
rios ha caducado. En los cuar-
teles del PSOE saben que el
gran pacto de izquierda con el
que sueña Pablo Iglesias, y
que luce tan bonito como es-
logan, se puede convertir en
una bomba de relojería que,
con toda probabilidad, le ex-
plotaría a Pedro Sánchez en
las manos antes de acabar el
año, si estalla el problema ca-
talán, tras la sentencia del pro-
cés, o si el nuevo Gobierno es
incapaz de sacar unos Presu-
puestos por la imposibilidad
de cuadrar la ortodoxia que
exige Bruselas con las preten-
siones de un socio que se
mueve en los márgenes del
sistema.
En los próximos días Pedro
Sánchez jugará la carta de
presentar un programa al gus-
to de Podemos como única
oferta a la formación morada.
Eso o las elecciones. Si a Igle-
sias la oferta de una vicepresi-
dencia y tres ministerios (Sa-
nidad, Igualdad y Vivienda), le
resultaba casi una ofensa, no
parece que una lista de buenas
intenciones le vaya a satisfa-
cer. El debate sobre inmigra-
ción de esta semana en el
Congreso ha puesto de mani-
fiesto el malestar que se está
larvando entre el PSOE y Po-
demos. La cuestiones que se
plantean ahora son claras:
¿Renunciará Iglesias a colocar
a sus peones en el Consejo de
Ministros para evitar ir a unas
nuevas elecciones en las que
las expectativas de Podemos
son malas? ¿Cederá Sánchez
en el último momento y reac-
tivará la oferta que le hizo a
Podemos el pasado junio?

Quedan menos de tres se-
manas para encontrar una
respuesta que, de no darse,
abocaría a unas nuevas elec-
ciones el próximo 10 de no-
viembre.

Socio incómodo
En el PSOE temen compartir
el Gobierno con Unidas Pode-
mos. La formación de Pedro
Sánchez, más alla de coincidir
en el espectro político de la iz-
quierda, compartir algunas
consignas y la definición de al-
gunas políticas sociales, no
tiene nada en común con un
partido que vive en los márge-
nes del sistema como es Pode-
mos. No comparte los míni-
mos principios económicos,

ya que el PSOE pretende mo-
verse en la ortodoxia que dicta
pertenecer a la UE, algo que
no encaja con los planes de la
formación de Pablo Iglesias.
En estas condiciones, ¿es posi-
ble hacer unos Prespuestos
viables con un socio de esta
naturaleza? Probablemente,
no. No comparte la huida ha-
cia adelante que Unidas Pode-
mos propone en temas como
salario mínimo (el propio res-
ponsable del servicio de estu-
dios de CCOO ha advertido
del riesgo de seguir elevando
este parámetro), pensiones
(las propuestas dela forma-
ción morada aceleran la quie-
bra del sistema), vivienda
(ideas como topar los alquile-
res, intervenir en el mercado o

penalizar la inversión aterran
a los responsables económi-
cos socialistas por los efectos
negativos que pueden trasla-
dar) o rigor prepuestario.
Asumir propuestas de Pode-
mos en este sentido, cuando
se atisba una desaceleración
económica, es para los socia-
listas una bomba de relojería
que, de momento, no están
dispuestos a aceptar.
La política territorial es otro
de los caballos de Troya que el
PSOE no quiere poner en ries-
go con la entrada de Unidas
Podemos en el Gobierno. En
unas semanas se hará pública
la sentencia del procés, que,
presumiblemente, puede ser
condenatoria, y el Ejecutivo
quiere mantener una posición

El PSOE no quiere dar entrada a Podemos en el Gobierno para no convertirse en su rehén.


Y no habrá investidura si Iglesias no da su apoyo a Pedro Sánchez. Si nadie cede habrá elecciones.


EL DILEMA DE LA INVESTIDURA


Socio o rehén de Podemos


o elecciones en noviembre


coherente que no penalice su
posición en todo el territorio
nacional. Sánchez teme que
Podemos le traicione y avale
la posición de los separatistas
y de los políticos presos y que
le haga una pinza con ERC.
La confianza en el día a día
es otro de los elementos que
juega en contra de la forma-
ción morada. El PSOE no se
fía de la lealtad de Unidas Po-
demos en el Gobierno. Si ya de
por sí es complicado mante-
ner la disciplina y la necesaria
discrección dentro de un Eje-
cutivo formado por personas
del mismo partido, la cuestión
se vuelve imposible con la en-
trada de miembros de Pode-
mos. Un partido que, además,
ha hecho de la puesta en esce-
na una de sus marcas de ac-
tuación. La cuestión es por
qué entonces Sánchez ofreció
el pasado mes de junio una vi-
cepresidencia y los ministe-
rios de Sanidad, Igualdad y Vi-
vienda a Podemos a cambio
de su apoyo a la investidura.
La respuesta es que se trató de
un error de cálculo en las ne-
gociaciones. El PSOE argu-
mentó que el único inconve-
niente para que Podemos es-
tuviera en el Gobierno era su
líder. Los dirigentes socialis-
tas creían que Pablo Iglesias
nunca aceptaría esta condi-
ción, pero se equivocaron. Fe-
rraz tuvo entonces que seguir
adelante con su farol para no
escenificar ante los votantes
de izquierda una ruptura pro-
vocada por ellos mismos.

La baza de Cs
En principio a Pedro Sánchez
le ofrece mejores expectativas
ir a unas nuevas elecciones
que dar entrada a Podemos en
el Gobierno. Aunque una nue-
va cita con las urnas siempre
entraña incertidumbre, la ac-
tual división de la derecha, la
tendencia a la baja de Pode-
mos y el momento de estabili-
dad que vive la economía es-
pañola le son propicios de ca-
ra a unos nuevos comicios. La
amenaza que podría repre-
sentar una hipotética unión

Sánchez sabe que
Podemos en el
Gobierno es una
fuente de problemas
para el PSOE

Los socialistas dudan
que puedan sacar
unos Presupuestos
este mismo año con
Iglesias de aliado

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no logran acercar posiciones para cerrar un acuerdo de investidura.

EFE
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