Expansión - 31.08.2019

(Michael S) #1
Sábado 31/8/2019

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mercados y buena parte de la
opinión pública para que Al-
bert Rivera apoyase la investi-
dura de Sánchez. La negativa
en redondo del líder de la for-
mación naranja ha impedido
ese acuerdo que daría lugar a
un Gobierno más estable, que
es el que demanda ahora una
situación en la que convergen
importantes amenazas como
el desafío separatista, la desa-
celeración económica o el Bre-
xit. Un Gobierno que le daría
aire al PSOE para el futuro.
Sería muy difícil para Rive-
ra negarle la investidura a
Sánchez si se dan las condi-

ciones después de unas elec-
ciones en noviembre.

Riesgos
Existen algunos riesgos ante
esta estrategia que plantean
dudas en las filas socialistas.
Los meses de parálisis política
propiciados por la falta de
acuerdos para formar Gobier-
no están pesando en la opi-
nión pública que empieza a
dar muestras ya de un cierto
hartazgo. La posibilidad de
que buena parte de los ciuda-
danos se abstengan en unos
próximos comicios también
es una posibilidad que los ana-

listas de los partidos deben va-
lorar. Las encuentas de inten-
ción de voto siguen dando al
PSOE un amplio margen, pe-
ro son sólo encuestas. Tam-
bién son muchos lo que vatici-
nan que en una segunda vuel-
ta se puede dar un retorno de
votos de Vox hacia el PP, que
buscarían sumar de forma útil
para desplazar al sanchismo.
Y por último está la posibili-
dad, más cierta, de que Ciuda-
danos y Partido Popular se
unan para concurrir sólo al Se-
nado, lo que podría hacer que
el PSOE perdiera la mayoría
que ahora tiene en la Cámara

Alta. Existe un tercer riesgo
para los socialistas. La convo-
catoria de unas nuevas elec-
ciones puede resultar nociva
tanto para Podemos como pa-
ra los nacionalistas, que no van
a perdonar a Sánchez que les
deje en la estacada. Iglesias ya
advirtió (o amenazó) a Sán-
chez con que si no llegaba a un
acuerdo con Podemos no se-
ría presidente. Tanto desde las
filas moradas como desde el
ámbito nacionalista están lan-
zando el mensaje de que si se
repiten las elecciones la iz-
quierda puede perder, para
trasladar al PSOE la presión

Si Sánchez renueva


su victoria electoral,


Rivera no tendrá


margen para negarle


la investidura


Ante unas nuevas


elecciones, la unión


de la derecha es un


riesgo muy remoto


para el PSOE


Si el PSOE humilla
a Iglesias se habrá
ganado un enemigo
político para la
eternidad

Sánchez necesita
estabilidad para
afrontar el Brexit,
el parón económico
y el reto nacionalista

de Ciudadanos, Partido Popu-
lar y Vox para concurrir a
unas nuevas elecciones se
percibe en estos momentos
como remota. Como mucho
se contempla que Vox y el PP
puedan compartir candidatu-
ra en una veintena de circuns-
cripciones de menos de cinco
escaños para reducir el im-
pacto que la división del voto
supuso en algunos territorios.
Si el PSOE sale bien parado
reputacionalmente del pulso
que mantiene ahora con Po-
demos puede ir a unas elec-
ciones con esperanza cierta
de consolidar y mejorar los re-
sultados, como le ocurrió a
Rajoy en 2015, aunque el pa-
norama político no variaría
sustancialmente.
Si la mejora no va a ser de-
terminante y el panorama po-
lítico no va a cambiar gran co-
sa, ¿cuál es la razón que puede
animar al PSOE a afrontar una
nueva cita con las urnas? La
respuesta es la posibilidad de
cerrar a la segunda un acuerdo
con Ciudadanos para consti-
tuir una mayoría absoluta. Du-
rante los últimos meses ha ha-
bido presiones por parte de los


sobre una nueva convocatoria.
Pero en las filas socialistas si-
guen convencidos de que es
mejor correr el riesgo, con-
vencidos de que la coyuntura
les es favorable y que tienen
mucho que ganar y poco que
perder. También es posible
que, en estos momentos, y con
los retos que tiene ahora mis-
mo España, lo menos que le
preocupe a Sánchez es que
Iglesias y los nacionalistas le
den la espalda. Podría ser la
oportunidad de recuperar
parte del electorado de centro
que les arrebató Ciudadanos.

Bipartidismo
La posible recuperación del
PSOE a costa de Podemos y la
del PP a costa de Vox puede
resucitar un bipartidismo tra-
dicional que, en estos mo-
mentos, sobrevivía en bloques
de partidos que, como se ha
demostrado, debido a los lide-
razgos multiplicados, dificul-
tan sobremanera la formación
de cualquier gobierno. En po-
cas semanas se resolverá este
complejo puzle. Investidura o
urnas.

Pablo Casado y Albert Rivera podrían unir fuerzas para que PP y Ciudadanos concurran juntos al Senado si se repiten elecciones.

Cuarenta años después de la
muerte del dictador Francisco Fran-
co, después de más de dos décadas
de gobiernos socialistas en una de-
mocracia sólidamente reconstruida
y ochenta años después del final de la
Guerra Civil española, el Ejecutivo
en funciones de Pedro Sánchez
anuncia que la Memoria Histórica
va a ser una política de Estado. ¿Qué
quiere decir eso? ¿Se trata de repara-
ción o quiere ir más allá? Aterra pen-
sar que el Estado se vaya a apropiar
ahora de la memoria, diciendo qué
historiadores hay que leer y cuáles
no, qué hechos deben escribirse en


letras de oro y cuáles precipitarse
por el sumidero, qué parte de los
cuadernos de Azaña son sagrados y
qué páginas deben ser omitidas por
ser un simple desvarío. Aterra pen-
sar que el Estado quiera hacer un re-
sumen rápido de lo que ocurrió en
una de las etapas más bochornosas
de la historia de nuestro país, para
que lo niños lo entiendan sin esfuer-
zo, como quien se aprende la Can-
ción del Pirata. En las escuelas de la
antigua Unión Soviética a los niños
se les enseñaba que el zar Nicolás II
había abdicado, omitiendo todos los
detalles sobre el asesinato de toda la
familia Romanov en unos sótanos de
Ekaterimburgo. Los crímenes son
crímenes los cometa quien los come-
ta y es inmoral pasado el tiempo co-
lorearlos ideológicamente. Ya sólo
falta que esa política de Estado se
traduzca en un Ministerio del tema y
que a alguien se le ocurra ofrecérselo
a Pablo Iglesias, en vez de las políti-
cas activas de empleo, como un
atractivo hueso que roer a cambio de
lograr la ansiada investidura. Me

imagino a los nuevos comisarios visi-
tando las escuelas y repartiendo en
un prendrive los nuevos textos y a
los ejércitos de orcos tuiteando lo
que se ha sabido ahora. Espero que
en el PSOE impere el sentido común
y se olviden de esa aberración. Una
cosa es trasladar valores a las nuevas
generaciones que son generalmente
compartidos (en mi opinión, la me-
jor reparación que se puede ofrecer a
los descendientes de todas las vícti-
mas) y otra muy distinta legarles tus
demonios. Yuri Levada, un sociólo-
go ruso que estudió con sentido críti-
co el adoctrinamiento de la dictadu-
ra soviética cuando la URSS se des-
vanecía, mantenía que cada régimen
totalitario crea un tipo de ser huma-
no sobre el cual descansa su estabili-
dad. Y que cada régimen llega a de-
pender de ese nuevo tipo de indivi-

duo para perpetuarse. El problema
para los dictadores es que la realidad
acaba por desenmascararlos. Y en
un mundo hiperconectado como el
actual de poco sirve lavar cerebros.
Sería terrible que en la España del si-
glo XXI estemos en ese estadio so-
cial en el que cualquier gobierno, uti-
lizando las herramientas del Estado,
se dedica a construir sujetos a medi-
da para perdurar. Una sociedad que
quiera progresar (progresista de ver-
dad) necesita ciudadanos libres y
comprometidos, pero no simples.
Ciudadanos críticos con capacidad
para afrontar los desafíos a los que
nos enfrentamos con realismo y
coherencia. Capaces de discernir lo
que son políticas eficaces que van a la
raíz, de consignas populistas e inefi-
caces que, lejos de contribuir a la so-
lución de los problemas, acaban por
cronificarlos. Desafíos como la de-
fensa del medio ambiente o las mi-
graciones, pasando por el sosteni-
miento del Estado de Bienestar, no
se van a solucionar desde el idealis-
mo, de la misma manera que no fui-

mos capaces de acabar con el ham-
bre en África cuando de niños echá-
bamos unas pesetas en la hucha de
plástico que representaba a un niño
negro. Éramos felices intentándolo,
pero totalmente ineficaces. Esta se-
mana Pedro Sánchez presentará un
programa con trescientas medidas
para intentar encandilar y lograr su
investidura. Es sólo papel, pero sería
bueno que el contenido sea real. Que
no se ciña a una mera retahíla de lu-
gares comunes para llenar titulares
vacíos o para despertar profundas
emociones negativas con la que
atraer apoyos poco convenientes.
Que no nos diga que para acabar con
el hambre en el mundo propone dar
a todos de comer. Damos por des-
contado que alguna dosis de dema-
gogia habrá, pero se agradecería algo
de lo otro. En cualquier caso no creo
que Podemos le compre el papel.
Aunque quién sabe; la política, como
se ha visto en Italia, reúne a extraños
compañeros de cama.

¿Memoria Histórica o programa?


Una cosa es trasladar
valores a las nuevas
generaciones y otra
legarles tus demonios Director adjunto de EXPANSIÓN

SIN DOGMAS


Iñaki Garay

Bernardo Díaz
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