El Universal - 20.08.2019

(Ron) #1

OPINIÓN


MARTES, 20 DE AGOSTO DE 2019

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El club de los escritores


ALIRIO PÉREZ LO PRESTI

A


sí como he ido devorando
textos, de la misma mane-
ra los he ido perdiendo,
porque lascircunstancias
de un migrante son impla-
cables y los libros, por más que les
tengamos apego y gratitud, son difíci-
les de llevar encima, a la par de la es-
posa, las grecas y un budare, pues con
esto de que en Venezuela las cosas se
han puesto enmarañadas para seguir
llevando una vida medianamente nor-
mal, ha sido impostergable haber mi-
grado de un lado para otro y siendo la
lectura una de mis aficiones más im-
portantes, al punto de dedicarle bue-
na parte de mi vida al estudio acucio-
soyalacompilación de excelentes tex-
tosque me han permitido notener una
sino tres bibliotecas en el curso de mi
existencia.
Así las cosa, grandes tesoros he ido
perdiendo. Los viajes, las mudanzas e
ir de la mano con la aventura no van
de la mano con cargar una biblioteca
de un lado para otro, al menos para
alguien que generalmente ha tendido
a desplazarse con escaso equipaje y
en muchas ocasiones estrictamente
con lo que he llevado puesto.
Recuerdo todosloslibrosque duran-
te años compré casi a diario al señor
Santos en la ciudad de Mérida, libre-
ro peruano, de atinado juicio, cuyas
recomendaciones de rigor eran sufi-
cientes para ir creando un verdadero
mapa de lecturasque habrían de acom-
pañarme durante buena parte de mi
juventud temprana. Luego, las gran-
des librerías de Caracas, deslumbran-
tes y con textos de colección que eran
literalmente objetos que deslumbra-
ban por lashermosascubiertasde pas-
ta y el inmaculado papel que llevaba
impreso tantas palabras apiñadas, a
las que había que hincarles el diente.
De Caracas también recuerdo las ra-


toneras en donde necesariamente se
iba para rebuscar algún libro, que por
una u otra razón, solo era posible en-
contrar en esos lugares en los cuales
era inevitable salir con un ataque de
asma con el fin de conseguir el texto
anhelado.
También recuerdo la infinitud de
venta de libros que fui dichoso de vi-
sitar tantas veces en Bogotá, en las
cuales daba lo mismo preguntarle a
cualquier librero el nombre, autor e
idioma dellibro que anhelaba y sin ne-
cesidad de ir al siguiente vendedor de
textos,cualquiera de ellosle conseguía
el ejemplar que uno estuviese buscan-
do, como si se tratase del genio de las
mil y una noches.
Durante el tiempo que viví en Ma-
drid, ir a las librerías era como para
un católico devoto poder entrar a dia-
rio en la Capilla Sixtina, siendo una
librería mejor que la siguiente, gene-
rando la sensación de que estaba en
una ciudad irreal, en donde el libro po-
día ser el eje de lo que iba a ser el día
entero. ¡Cómo visité librerías y biblio-
tecas en Madrid!
Además, cuentan los regalos, en los
que cada amigo se ponía de acuerdo
con tratar de sacarme la información
secreta de si tenía tal o cual texto y si
había leído uno u otro ejemplar. Lo
cierto es que el reloj suizo que signi-
ficó el espionaje de los libros que que-
ría funcionó y un buen libro era el re-
galo de rigor de cuanta celebración
he participado como homenajeado
hasta el día de hoy.
Es así como los libros, las bibliote-
cas que he creado, las bibliotecas que
mis amigos han compartido y la nece-
sidad de escribir,me han llevado a una
segunda experiencia de vida que es la
de haber sido amigo de escritores que
han llevado por dentro esa rara ten-
dencia a plasmar las ideas, que en el

siglo XXI pareciera oficio de extrava-
gantes, por no decir que quienes es-
cribimossomosuna especie que se nie-
ga a extinguir, constituyendo una
suerte de logia o club de gentes de los
más disímiles orígenes, que compar-
te el extraño acto de darle sentido a
aquellas cosas que le van pasando por
la cabeza, sea porque crea en ellas o
porque la escritura es una especie de
patología en la cual el sujeto se desdo-
bla y no puede dejar de mantener el
vicio de escribir.
Copartícipe de la compilación de
textos para la elaboración de revistas
literarias, coautor de volúmenes de li-
teratura y autor de una docena de li-
bros, con medio siglo de vida encima,
creo que de las mejores cosas que he
podido hacer en esta vida es haber de-
sarrollado el extraño hábito de escri-
bir. En estos días de especiales traji-
nares y necesidad de vencer los obs-
táculos más extraños, tanto los libros
como el hecho de escribir, han sido co-
mo una tabla de salvación que me an-
cla a ciertos espacios de la vida que
haré todo lo posible por no dejarme
arrebatar.
Una joven va caminando por Santia-
go Centro, me dice que es de Tovar y
me pregunta si soy el que escribió La
creación del rosado y no puedo de-
jar de ruborizarme por dos cosas: La
primera, porque sigue existiendo una
cantidad de lectoresque me recuerdan
que cada vez que escribo, potencial-
mente existe un lector a quien le lle-
garán las palabras. La segunda, por-
que daba por hecho que mis libros ya
no existían y me sorprende los alcan-
ces que un texto puede llegar a tener.
Libros, escritores, y por supuesto, los
lectores, sin los cuales, todo el empe-
ño que hacemos por dar sentido a las
cosas, quedaría en el aire.
@perezlopresti

Anarquía o héroe


OSCAR ARNAL

E


n el par de relatos que hizo
CarlosMarxsobre ElLiber-
tador, no sólo agredió al pa-
dre de la patria, sino que
desvalorizóalospueblosla-
tinoamericanos. Lo que ratificó tam-
bién en otros escritos sobre nuestra
realidad. Para Marx la independen-
cia sólo fue posible por la participa-
ción de Inglaterra contra la España
imperial. A nuestras tropas las califi-
có de débiles “por incapaces de reali-
zar un esfuerzo de largo aliento” y de
traicioneras “por pasarse con mucha
facilidad al enemigo”. Un régimen bo-
livariano y marxista es en sí mismo
una contradicción.

Paradójicamente Marxparece coin-
cidir en su apreciación sobre los pue-
blos latinoamericanos con Laureano
Vallenilla Lanz, quien desdeña de
nuestra condición:“Si en todoslospaí-
ses y en todos los tiempos –aun en es-
tos modernísimos en que tanto nos
ufanamos de haber conquistado para
la razón humana una vasta porción del
terreno en que antesimperaban en ab-
soluto los instintos- se ha comproba-
do que por encima de cuantos meca-

nismos institucionales se hallan hoy
establecidos,existe siempre,como una
necesidad fatal, el gendarme electivo
o hereditario de ojo avizor, de mano
dura, que por las vías de hecho inspi-
ra el temor y que por el temor man-
tiene la paz, es evidente que en casi
todas estas naciones de Hispanoamé-
rica, condenadas por causas comple-
jas a una vida turbulenta, el caudillo
ha constituido la única fuerza de con-
servación social, realizándose aún el
fenómeno que los hombres de ciencia
señalan en las primeras etapas de in-
tegración de las sociedades: los jefes
no se eligen, sino se imponen... Esa es
exactamente la situación de Venezue-
la. Pero así como de la espantosa anar-
quía surgió Simón Bolívar, ha podido
surgir Mariño,Piar... o cualquier otro
que hubiera tenido poder para conte-
ner y disciplinar aquellos elementos
dispersos y sofrenar la anarquía.”
Hoy recordando al obispo de los po-
bres Helder Camara podríamos reci-
tar: “Especialízate en el difícil arte de
descubrir, en todas y en cada una de
las ideologías la parte de verdad que
hay en su seno, el entendimiento hu-
mano es incapaz de adherirse al error
absoluto”.En este sentido,y ante elde-
sorden que recuerda el quejido Miran-
dino “Esta gente solo sabe de bochin-
che, bochinche y más bochinche” cla-
mar por la vuelta a la cordura, a los
valores y ¿por qué no? al héroe.
@OscarArnal

Para Marx la independencia
fue posible por la participación
de Inglaterra contra España

Necesidad de reconciliación


ANTONIO PÉREZ ESCLARÍN

S


on ya demasiadosañosde en-
frentamientos,odios,violen-
cia, ambiciones y politique-
ría que sólo han traído caos,
sufrimiento y destrucción.
Si en verdad amamos a Venezuela y
queremosacabar con tanto dolor,y em-
prender el camino del reencuentro, la
prosperidad y la paz, debemos empe-
zar a hablar y trabajar por una verda-
dera reconciliación.La reconciliación
supone crítica y autocrítica para re-
conocer los errores y emprender las
rectificaciones necesarias que, dada
la profundidad de la crisis, necesaria-
mente tienen que ser duras y doloro-
sas, lo que va a implicar grandes sa-
crificios y espíritu generoso.


Justicia y perdón
La reconciliación es un proceso de sa-
nación de una sociedad golpeada por
años de enfrentamientos, que implica
el reconocimiento mutuo de los daños
causados,elarrepentimiento y elcom-
promiso de no repetirlos, la repara-
ción de agravios, la superación de los
traumas, la creación de nuevas rela-


ciones sociales y un cambio en las per-
cepciones. Por consiguiente, requiere
un tránsito desde los sentimientos de
desconfianza, hostilidad y odio hacia
los de respeto, confianza, solidaridad,
participación y desarrollo comparti-
do. Para que la reconciliación tenga
plenas posibilidades y se evite el ries-
go de volver a la violencia, tiene que
estar ligada a la resolución de las cau-
sas del conflicto, lo que exige justicia
y también perdón.
Cuando se habla de perdón, en la ló-
gica de la no-violencia, siguiendo la
tradición de Gandhi y Luther King,
nos referimos a un sentimiento com-
plejo que es capaz de sobreponerse a
las emociones comprensibles y hasta
necesarias de rabia, odio, y deseo de
venganza que se suscitan en medio de
conflictos atravesados por el maltra-

to y la violencia; lo que implica una
decisión donde se opta por reconocer
la humanidad del agresor a pesar de
su conducta. Comenzar a hablar de
perdón en un contexto como el nues-
tro, supone cuidado para que no sea
utilizado por discursos que favorecen
la impunidad, pretenden ignorar la
justicia o que invocan una paz que no
será posible si no se saldan aspectos
sustanciales del pasado.

No vale la pena la venganza
Es decir, no se puede pedir a las víc-
timas de la violencia que, en nombre
de la reconciliación, perdonen a sus
agresores y olviden, para que ahora
“todos juntos”, entonemos un canto
por la paz. Cuando se habla de per-
dón no se indica que la víctima ten-
ga que hacerse amigo del victimario,
sino de la capacidad para experimen-
tar que no vale la pena la venganza
ni tampoco alimentar el resentimien-
to que genera autodestrucción. La ac-
ción del perdón no implica ni resig-
nación ni parálisis, pues, como pen-
saba Gandhi, no hay perdón cuando

se hace desde un lugar de sumisión
y derrota. Perdonando, la gente tie-
ne derecho a reclamar, movilizarse y
actuar para transformar las condi-
ciones de opresión e injusticia; sólo
que ahora se hace desde la supera-
ción del odio y el deseo de venganza,
considerando que el adversario es tan
humano como cualquier otro y no
merece el mismo trato que él da a
quienes oprime o violenta, lo cual,
también pasa por un clima de justi-
cia que dignifique a las víctimas y
permita la reconciliación y la recons-
trucción del tejido social.
Perdonar no es decirle a quien nos
ha hecho daño: “todo está bien, no pa-
sa nada”. Perdonar es un acto que li-
bera el alma de la necesidad de ven-
garse y de la percepción de sí misma
como una víctima. Más que exonerar
de culpa a quien ha causado daño, sig-
nifica liberarnosdeldominio que ejer-
ce sobre nuestra mente el hecho de
considerarnos víctimas.
[email protected]
@pesclarin
http://www.antonioperezesclarin.com

Perdonar libera el alma
de la necesidad de vengarse
y de la percepción como víctima

Igualdad, no


supremacía


FRANCISCO ARIAS CÁRDENAS

Losacontecimientosrecientesde El
Paso, Texas, donde una persona en
pleno uso de sus facultades, movi-
da por razones de odio racial, ata-
ca con frialdad y sevicia hasta ase-
sinar a 14 ciudadanos, debe ser ra-
zón de análisis y clara advertencia
para lo que usamos llamar “mun-
do civilizado”.
Los organismos multilaterales
están obligados a encender alar-
mas, revisar e iniciar las actuacio-
nes necesarias para detener el de-
sarrollo de tragedias que pueden ir
mucho más allá de la masacre te-
rrorista de El Paso.

Lareunióndeembajadoresdepaí-
ses hispanoparlantes de América
Latina, incluida España, propicia-
da por el Gobierno de Estados Uni-
dos Mexicanos, a través de su Can-
ciller, Marcelo Ebrard, es una ma-
nera impecable de acercarnos en
conjunto, al análisis de la situación
y las acciones indispensables para
contener la riesgosa escalada.
Se trata de la vida, de la paz de
familia para millonesde latinoame-
ricanos, posiblemente también pa-
ra muchos otros ciudadanos de di-
versos orígenes que se han asenta-
do en naciones, otrora de población
mayoritariamente “blanca”. Los
enfrentamientos de Portland y las
reacciones internas en esos países
no, podemos verlas con simpleza.
Por eso el pueblo y el gobierno
de la República Bolivariana de Ve-
nezuela, se pronunció inmediata-
mente en un comunicado de la Ca-
sa Amarilla, condenando el hecho,
señalando a los responsables de pro-
mover el odio racial y las acciones
terroristas de El Paso. Solidarizán-
donos además con la familia de las
víctimas y alertando a los viajeros
venezolanos a Estados Unidos, so-
bre esta situación de alto riesgo.
Nuestro país, suscribe y acompa-
ña las iniciativas emprendidas por
el gobierno de México en defensa de
los “latinos” ante la agresión racial
en Estados Unidos. Los principios
nacionales de igualdad incluidos en
la Constitución y la presencia de
nuestrosciudadanosensituaciónde
riesgonosobliganaunaposiciónfir-
me y clara de rechazo a la suprema-
cía racial y defensa de la igualdad,
especialmente cuando se emplean
métodos de terror, propios de la lo-
cura fascista.
[email protected]

Una posición firme y clara
de rechazo a la supremacía
racial y defensa de la igualdad

ENTRE LÍNEAS

JORGE RIVAS

Quienes escribimos
somos una especie

que se niega a extinguir,
constituyendo

una suerte de logia
o club de gentes de los más

disímiles orígenes...


Libros, escritores,
y por supuesto, los lectores,

sin los cuales,
todo el empeño

que hacemos por dar
sentido a las cosas,

quedaría en el aire


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