El Mundo - 21.08.2019

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EL MUNDO. MIÉRCOLES 21 DE AGOSTO DE 2019
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OPINIÓN


ELPMUNDO
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POR MUY acostumbrados que estén en Ita-
lia a las crisis políticas, la última que ha esta-
llado tiene tintes especialmente inquietantes.
Porque si el país no encuentra otra salida que
la de volver a las urnas un año después son
muchas las posibilidades de que acceda a la
jefatura del Gobierno un político ultradere-
chista como Salvini, con las consecuencias
que eso tendrá tanto para los italianos como
para el conjunto de los europeos. Además, un
adelanto electoral impediría que el país tran-
salpino apruebe unos Presupuestos que se
antojan imprescindibles, ya que son de tal di-
mensión los desequilibrios de la cuarta eco-
nomía de la Eurozona que representan una
constante amenaza para todo el continente.
Así pues, tras la dimisión ayer del primer
ministro Conte, ojalá que los partidos sean
responsables en un momento tan trascen-
dental y permitan al presidente de la Repúbli-
ca encontrar alguna solución distinta a los
comicios que tanto ansía Salvini, ávido de
aprovechar la ola de los sondeos. El líder de
la Liga provocó la crisis a su medida al plan-
tear una moción de censura contra Conte,
quien renuncia al cargo –pocas alternativas
tenía– acusando con razón al ultraderechista
de «irresponsable». Confiemos en que no le
salga bien a Salvini está burda jugada.

Italia no puede caer


en manos de Salvini


SI ALGUNA duda quedaba, la oferta lanzada ayer por
Podemos al PSOE para formar Gobierno confirma que,
siendo malo, no es desde luego el peor escenario posi-
ble una repetición electoral en noviembre. Lo verdade-
ramente dañino para España sería que Sánchez logra-
ra ser investido en una coalición con los morados, acep-
tando un programa de este calibre.
La formación de Iglesias demuestra estar totalmente
ajena a la realidad. Tanto a la de nuestro país –ahí está
su visión de un desafío tan grave como el problema in-
dependentista catalán– como a la internacional, que tan-
to nos concierne en cuestiones como la económica. Así,
sin atender a la inquietante antesala de crisis global a la
que nos conducen factores como la guerra comercial en-
tre China y EEUU, e ignorando la desaceleración en
nuestro país, Podemos pone sobre la mesa de negocia-
ción un recetario económico disparatado que nos con-
duciría al desastre. Como si sólo se le ocurriera plantear
lo contrario de la histórica rebaja fiscal anunciada por el
Gobierno de Madrid para estimular la actividad, incre-
mentar la competitividad y favorecer la creación de em-
pleo, la formación morada plantea otra no menos histó-
rica subida de todos los impuestos posibles, incluidos
IRPF, IVA, Sociedades o Patrimonio. Estaríamos ante
una presión fiscal insoportable que deprimiría del todo
la economía. Al mismo tiempo, haciendo suyo lo de Car-

men Calvo –el dinero público no es de nadie–, disparan
sin responsabilidad alguna el gasto público. Alguien de-
biera explicarles a los de Iglesias que la deuda de las ad-
ministraciones públicas españolas volvió a aumentar en
junio en casi 15.000 millones de euros, y que supera ya
el 99% del PIB. Un récord. Como lo es también el repun-
te de la deuda de la Seguridad Social, que se sitúa ya en
el 39,5%. El Gobierno en funciones tiene que pedir cré-
ditos para pagar las pensiones y la situación se agrava
mientras el PSOE se resiste a aceptar que sólo un viraje
que le acercara a las fuerzas constitucionalistas para al-
canzar pactos de Estado nos permitiría salir del hoyo.
A las medidas económicas insolventes, en el progra-
ma a negociar de Podemos se unen medidas tan peligro-
sas como la derogación total de la reforma laboral –aun-
que lo expresen con subterfugios– o la creación de una
mesa multilateral para «desjudicializar» Cataluña, que
recuerda a la demanda de Torra, con su relator incluido,
como si España no fuera un Estado de derecho. Pero el
verdadero interés de
Podemos, como re-
marca en sus cuatro
fórmulas planteadas
al PSOE, son los sillo-
nes. Lo que quiere
son cargos, puestos,
prebendas. Y no lo di-
simula. Los socialistas
rechazaron de inmediato la oferta y subrayaron que
contribuye a agrandar la «desconfianza». Pero Sánchez
va a seguir presionando a los socios de Podemos para
que Iglesias ceda y poder ser investido, algo que, tras lo
conocido, cada vez se antoja más inquietante.

Un Gobierno para


echarse a temblar


Antes que un
programa como el
de Podemos, es
mejor ir a las urnas

IDÍGORAS Y PACHI


PAUSA valeriana (y torera): la tribuna publicada por
José Amedo, aparte de su justicia político-poética al
producirse en «el primer periódico que leía siempre
en la cárcel, para ver las mentiras que sacaba»
(Amedo ‘dixit’ 1995), apenas ha tenido eco mediático, y por
ende, social: para que luego digan que hoy los prescriptores
son las redes sociales o los vertederos digitales. Ese retorno
agosteño, a lo Coronel Chabert, del fantasma de Amedo con su
manta –de la que piensa tirar si no se desclasifican las equis–
y que en su día pudo haber causado tanto desasosiego en
Ferraz (y no sólo allí), traza el perímetro de la memoria
colectiva de pez de la sociedad española. Desclasifíquese: sólo
interesa ya a la historiografía. Aquí, sobre todo si hubiera
elecciones (que no las habrá), el único fantasma genera-votos
es el de Franco. Que Dios nos ampare a todos.

Equis


TADEU


LA ORDEN de la Fiscalía italiana de pro-
ceder al fin al desembarco en Lampedu-
sa del centenar de migrantes a bordo del
Open Arms pone fin a un drama huma-
nitario que se había enquistado en un callejón sin salida.
Pero va acompañada del mandato de incautar el barco de
la ONG, en respuesta a dos demandas por secuestro de
personas, lo que amenaza con abrir una crisis compleja.
El fiscal Luigi Patronaggio tomó tales decisiones tras exa-
minar la delicadísima situación que se vivía a bordo por
la férrea negativa del populista Salvini, en un electoralis-
ta pulso contra todos.
Así, ni el Open Arms ni los migrantes acabarán en te-
rritorio español en un nuevo giro de guión, aunque ho-
ras antes Pedro Sánchez había enviado un buque de la
Armada con la intención de escoltar a la ONG hasta Ma-


llorca. Esa actuación, finalmente inte-
rrumpida por la Justicia italiana, sienta
un comprometedor precedente de conse-
cuencias impredecibles que rememora el
buenismo con el que se actuó con el Aquarius. Pues, ¿có-
mo justificará el Gobierno no adoptar medidas semejan-
tes ante la cantidad de casos similares que se dan y se
van a seguir dando en la cuenca mediterránea? ¿O es
que sólo se tomarán cuando la repercusión mediática sea
tan grande? Tal solución no convencía ni al cada vez más
cuestionado responsable de la ONG, cuya actuación de-
ja más sombras que luces. A Óscar Camps lo que más
parecía preocuparle es que el Open Arms tuviera que
atracar en puerto español, consciente de que su embar-
cación podría ser así bloqueada mucho tiempo en terri-
torio nacional, como ya ha ocurrido en el pasado.

LA CRISIS DEL


OPEN ARMS

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