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P
ara algunos afortunados, trabajar es su pasión. Para
Karl Lagerfeld era su aire, su aliento de vida. No
ha existido nadie que haya hecho tanto y abarcado
nichos tan poco explorados como el talentoso
alemán que ha dejado de existir, en cuerpo, el 19
de febrero del 2019. Una fecha que marca el final
de una gran vida y el principio de grandes episodios en todos los
cabos sueltos que ha dejado con su legado.
Existen dudas fincadas por el mismísimo diseñador sobre su
fecha de nacimiento. Si bien se había manejado que era el 10 de
septiembre de 1933, en algunos libros. Lo que sí es un hecho, es
que fue bautizado con el nombre de Karl-Otto Lagerfeldt, quien
después lo simplificó por practicidad y ese rasgo de mercadólogo
le hizo conocer el éxito en más de una ocasión.
Su aparición inaugural en el mundo de la moda fue ya como
triunfador. La Secretaría Internacional de la Lana, en su segunda edición
de un concurso de diseño de moda, dio el primer lugar a Lagerfeld, con
apenas 22 años, en la categoría de abrigos, con un sketch que mostraba
una silueta de líneas rectas en lana amarilla, marcando así su ingreso a
la industria que hoy le llora. Otro ganador en esa misma ocasión, fue
Yves Saint Laurent, quien obtuvo el primer y tercer sitio en la categoría
de vestidos, convirtiéndose primero en su amigo y después en su rival.
LA MODA Y KARL
Si bien Lagerfeld intentó ajustarse a la industria como cualquier
principiante, en su primer día como asistente de Balmain declaró
que había sido una experiencia terrible. Acostumbrado a la
buena vida que en sus inicios fondeó su padre, Christian Ludwig
Otto Lagerfeldt, el joven creador pronto encontró el placer de
convertirse en agente libre y decidió compartir su talento no con
una, sino con múltiples marcas desde entonces.
Patou, Chloé, Krizia, Charles Jourdan, Valentino, Fendi y
Chanel fueron casas de moda que creyeron y se beneficiaron
de su gran talento. Su colaboración más longeva, sin embargo,
fue para Fendi Roma, puesto que, desde 1965, Paola, Anna,
Franca, Carla y Alda depositaron el abolengo de su marca en
manos de este nuevo visionario, y juntos trabajaron en ello
hasta que los sorprendió su fallecimiento.
Como es natural en un creativo inquieto y exitoso, Lagerfeld no
pudo resistir la tentación de hacer una colección propia y aunque
tuvo distintos nombres y diferentes socios para ello, mantuvo esa
marca como un negocio aparte para jamás competirle a los grandes
consorcios y empresas millonarias en las que colaboraba.
Sin duda, la marca que revitalizó y con la que se inmortalizó
Lagerfeld fue Chanel. Su gracia fue encontrar los valores del ADN de
la famosa Gabrielle y darles un twist de modernidad, de irreverencia y
muchas veces, incluso de humor. Como director creativo de esta casa
de moda francesa, desde 1983, Lagerfeld se dio el lujo de intervenir
cada ícono del poder. “Mi trabajo no es hacer lo que ella hizo, sino lo
que habría hecho”, afirmó contundente el diseñador.
Con libertad total y presupuestos millonarios, el Káiser de la
Moda, no desaprovechó la oportunidad de darle rienda suelta a
¡Hasta siempre, Karl!
Nos resistimos a decirle adiós a este genial diseñador,
cuando sabemos que ha marcado nuestra historia y la del futuro en la moda.
Por Lucy Lara