Harper_s_Bazaar_Mexico_-_03_2019

(Marcos Rangel8XvY7R) #1
FOTOS: GETTY IMAGES.

“MI MAYOR LUJO ES NO


TENER QUE JUSTIFICARME


ANTE NADIE”


— Karl Lagerfeld


la imaginación y siempre nos deleitó
con desfiles memorables, escenarios
increíbles, fotografías emblemáticas
y Fashion Films que ilustraron las
diferentes facetas de una diseñadora
y el mundo de lujo que representaba.
Bueno, hasta las invitaciones y tarjetas
de Navidad, enviadas a la prensa, eran
dibujos elaborados por él mismo.
Por si esto fuera poco, a Lagerfeld le
debemos el rescate de los talleres milenarios de la
alta costura y sus valiosos artesanos, donde se elaboran
los bordados, aplicación de plumaria, sombreros, flores de tela y
guantes, que trabajan no sólo para Chanel, sino para otras firmas
de abolengo que aprecian estas labores tradicionales.
En su rebeldía, Lagerfeld se dio el lujo de enviar a su primera
pasarela un traje Chanel de mezclilla, buscarle pareja a la 2.55
creando la exitosa bolsa Boy y mandando a sus modelos a desfilar
en tenis. ¡Gracias, Karl, por bajarnos de los tacones y ofrecernos
tenis de diseñador! En su afán lúdico, sus colecciones lograban
explorar nuevas e inverosímiles proporciones, siluetas imposibles
y combinaciones de materiales jamás pensados para la moda.
Adicionalmente, supo incorporar diversas culturas y estéticas a sus
diseños. ¿Quién puede olvidar lo que hizo en India, Cuba y, de
modo reciente, en su increíble colección inspirada en Egipto?


A ROMPER LAS REGLAS
Lagerfeld siempre fue diferente, nunca encajó en ningún molde.
Jamás pudo con el rigor de la exclusividad de una marca, aunque
respetó como todo un profesional no sólo sus entregas, sino la
personalidad de cada casa de moda. Nunca pretendió formar una
familia, aunque todos presenciamos el amor que demostró a su
ahijado Hudson Kroenig, el hijo mayor del modelo Brad Kroenig,
con quien lo vimos agradecer en su recorrido después de sus


pasarelas. O el apego que sentía por
su blanca gatita Choupette, quien
fuera su alma gemela debido a su
independencia felina.
Lagerfeld diseñó una colección
cápsula para H&M, participó en un
filme de Andy Warhol, fue protagonista
de varios largometrajes sobre su vida,
dijo lo que pensó sin filtros ni miramientos.
Bajó de peso, promovió un refresco de cola,
se enfundó en los pantalones que deseaba de Hedi
Slimane para Dior, escribió el libro sobre su régimen
alimenticio. Incluso hizo un personaje de sí mismo: se inventó
un vestuario emblemático, una actitud y proyectó un hermoso
llavero colgante con pieles exóticas, que llamó Karlito, con lo que
rompió récord de sus propias ventas para Fendi.
Lagerfeld tuvo a bien no negarse nada. Vivió la moda como si
fuera una bacanal y no se quedó con ningún antojo. En su último
desfile estuvo ausente y dejó al mundo de la moda inquieto. La
pregunta no se hizo esperar: ¿quién tendría la estatura para sustituir
al Káiser de la Moda cuando se fuera?
Chanel publicó un comunicado a propósito de su deceso en el
que nombra a Virginie Viard, hasta entonces directora del estudio
de creación de moda, quien colaboró con Lagerfeld por 30 años,
como su sucesora. Realmente son enormes los retos que Viard
enfrentará tratando de lidiar con dos poderosos fantasmas como
Coco y Karl. Pero estamos seguros de que escribirá un nuevo y
fresco capítulo para la firma más conocida mundialmente.
En cuanto al hueco que deja en la industria y en nuestro
corazón, es probable que no haya más remedio que llenarlo con
sus memorias, biografías, retrospectivas, homenajes y películas por
estrenar. Sin embargo, nadie puede negar el privilegio de haber
vivido y respirado el mismo aire, sí, me refiero al que llamamos
moda, junto al gran Karl. ¡Descanse en paz! Q
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