ECOS - 09.2019

(Michael S) #1
15

Fotos: iStock


Es sabido que a los huma-
nos nos acompaña una
multitud de animales,
aunque cada día menos,
porque los estamos exter-
minando. La consecuen-
cia de eso es que podemos
también morir nosotros.
También es sabido que no basta con culpar
del desastre biológico a grandes empresas
o instituciones si no cambiamos paralela-
mente nuestro comportamiento. Y esto es
más difícil que cualquier revolución política.
Yo, que trato de ser consecuente con esos da-
tos, intenté hace un tiempo alterar también
algunas costumbres. Pero no es fácil.
En las casas de varios países andinos resi-
de, desde hace miles de años, un convidado
de piedra. Es la araña del rincón (Loxosceles
laeta). Tímida, rápida, huidiza, amante de la
oscuridad, del polvo y de las esquinas olvida-
das. Pocas veces se la ve, pero se la reconoce
fácilmente por su cuerpo estrecho y patas lar-
gas (hasta tres centímetros). Y es venenosa.
Una mordedura de la araña del rincón puede
ir desde una pequeña molestia a algo grave,
que requiere atención médica, para no mo-
rir. Pero las probabilidades de que eso suceda
son mínimas, casi nulas, porque la tendencia
natural de la araña del rincón, al sentirse ame-
nazada, es: primero, quedarse inmóvil, para
no ser vista; y, segundo, cuando la amenaza
está muy cerca, huir, rápidamente, por las pa-
redes, por el suelo, hasta hallar un escondrijo
pequeño y oscuro. Es mucho más probable
morir atropellado por un auto que sufrir una
picadura grave.

exterminar
,^ vernichten; ausrotten
alterar
, ändern
el convidado de piedra
, (fig.) der steinerne
Gast
la araña del rincón
, Winkel-, Einsiedler-
spinne
huidizo/a
, scheu
la mordedura
, Biss
trepar
, klettern
el chantaje
, Erpressung
el zapatazo
, Schlag mit dem Schuh
injustificado/a
, ungerechtfertigt
beneficiar
, nützen

E


E


La araña del rincón


Angesichts des Klimawandels müssen wir


unser Verhalten ändern, auch gegenüber


Tieren. Was aber, wenn wir eine Giftspinne in


der Wohnung haben? POR HERNÁN NEIRA AVANZADO


En mi departamento viven varias. No las
mato. Es muy fácil capturarlas y sacarlas. Se
quedan quietas, se les pone un vaso encima y
se pasa una hoja de papel por abajo, al que se
suben las arañas. La hoja de papel se convier-
te entonces en la improvisada tapa del vaso.
Entonces se da vuelta el vaso y caen al fondo.
Ya en él, la araña no puede trepar por las pa-
redes de vidrio y no puede salir. Con el vaso
en la mano, bajo por el ascensor y las llevo al
jardín. El procedimiento es simple, rápido y
nunca falla.
Mi mujer comparte la idea de no andar
matando animales por el mundo, pero con
las arañas su comportamiento cambia. Ella,
como la mayoría, tiene reacciones de rechazo
instintivo a las arañas. Cuando ve una araña
del rincón, me llama y me somete a un chan-
taje: o voy con el vaso y saco rápidamente la
araña, o bien ella le da un buen zapatazo a la
pobre araña, que nada le ha hecho, y la deja
allí, muerta. Mi mujer siempre gana: consi-
gue que yo interrumpa mi trabajo y vaya co-
rriendo a evitarle a la araña el injustificado
zapatazo. Injustificado, porque las arañas del
rincón contribuyen a disminuir la presencia
de otros insectos y de otras arañas. Injustifi-
cado, por último, porque con un mínimo cui-
dado no atacan. Como todos los seres vivos,
tienen aspectos que pueden ser peligrosos
para los humanos y otros que nos benefician.

ESCENAS DE ULTRAMAR

Hernán Neira,
escritor chileno, nacido
en Lima, 1960. Es pro-
fesor de la Universidad
de Santiago de Chile.
Su última novela es
El naufragio de la luz.
http://www.neira.cl

ECOS 9/
Free download pdf