ECOS - 09.2019

(Michael S) #1
18 EN PORTADA ECOS 9/

Hay tantas formas de ver Madrid
como ojos que la miran. Existe una
ciudad monumental en la Plaza Ma-
yor, el Palacio Real o la Catedral de la
Almudena; hay también un Madrid
antiquísimo que se esconde entre los
recovecos de calles como la de San
Nicolás, en la que se halla la iglesia
más antigua de la ciudad; una capital del arte con mu-
seos como el Prado, Thyssen-Bornemisza, Reina Sofía
o Caixa Forum; el Madrid de la noche, que nos ofrece
los mejores musicales en la Gran Vía o los espectá-
culos de flamenco en el Corral de la Morería; y existe
una ciudad pulsante y divertida, que se encuentra en
la cotidianidad de sus barrios más de moda como Sol,
Chueca o Malasaña.
A esa ciudad le queremos llevar, para que comparta
con los madrileños que caminan deprisa a sus lugares
de trabajo, pero que al mediodía
se detienen a tomar el aperitivo,
y en las noches invaden las pla-
zas y bares de la ciudad, conta-
giándonos esa alegría de vivir
que se siente en cuanto se pone
un pie en la capital española.
En esta ocasión, le vamos a
llevar por algunos de los barrios
más auténticos de la capital.
Partiremos de la Gran Vía, eje
fundamental del centro históri-
co, siempre lleno de gente que va de compras, a los
musicales o restaurantes, y que acaba de ser remode-
lada para darle más espacio al peatón y al ciclista. Esta
gran arteria de la ciudad marca la línea divisoria entre
barrios como Sol y Chueca o Malasaña.
Nuestra propuesta es disfrutar varios días en la
capital española; después de ver los lugares clási-
cos, como el “Barrio de las Letras” o “el Triángulo del
Arte”, y pasar 24 horas en cada uno de sus barrios más
alternativos para conocerlos mejor.
¿Está preparado para que Madrid le mate (de en-
canto)? Vamos a ello.

Sol, cruce de caminos
Párese unos minutos en la Puerta del Sol, el kiló-
metro cero de la ciudad, para sentir los latidos del
corazón de Madrid. Un barullo de gente que camina,
habla, ríe... Estamos, sin duda, en el eje de la vida tu-
rística de la ciudad y centro neurálgico de los madri-
leños. Aquí queda la gente frente a la estatua ecuestre
de Carlos III o a la del Oso y el Madroño, símbolo de
la ciudad. La Puerta del Sol tiene su mayor prota-
gonismo el 31 de diciembre a medianoche, cuando

miles de personas se reúnen aquí para darle la bien-
venida al nuevo año y escuchar las 12 campanadas del
reloj, comiendo las tradicionales doce uvas. El reloj se
encuentra en el edificio más imponente del lugar: la
Casa de Correos, construida en 1768, es la actual sede
del Gobierno regional.
En este barrio podemos ir de plaza en plaza: las
más populares son la de Tirso de Molina, con sus
numerosos puestos de flores y terrazas; y la Plaza
Mayor, la más fotografiada de la ciudad, con sus
pórticos, las fachadas de la Panadería y la Carnicería,
y sus tra dicionales bares de raciones y bocadillos de
calamares.
Un museo encantador y lleno de obras de Goya,
Zurbarán, Tintoretto, Rubens, Sorolla, Juan Gris, etc.
es la Real Academia de Bellas Artes de San Fernan-
do, en la calle Alcalá. Casi como si de un pequeño Pra-
do se tratara, podemos recorrer sus salas en un par de
horas con tranquilidad y sin las
molestas multitudes que sufre
la gran pinacoteca.
Muy cerca de allí está el Casi-
no de Madrid, un bello edificio
de 1810, que acoge uno de los
restaurantes del chef con es-
trellas Michelin Paco Roncero.
Si seguimos caminando por la
calle Alcalá, encontraremos el
Círculo de Bellas Artes, con su
fabulosa terraza en la azotea y
su variado programa cultural. Casi enfrente, se alza,
imponente, el fotogénico edificio Metrópolis, que
adorna nuestra portada. Una Victoria Alada corona
la cúpula de este edificio. Sus alas desplegadas hacia
ambas direcciones, la calle Alcalá y la Gran Vía, nos
ponen en duda sobre qué camino seguir. Nosotros lo
tenemos claro: nos dirigimos a Chueca.

Validos para reyes no tan válidos
En la monarquía española del siglo XVII existieron
los validos. Eran como un primer ministro
nombrado por el rey, miembros de la aristocracia
en los que el rey depositaba toda su confianza. El
monarca se desentendía de las labores de gobierno,
y el valido ejercía el poder de éste.

H
H

me mata
, (hier, ugs.) haut mich
um


los recovecos
, Undurchschaubarkeit;
Gewirr


detenerse
, stehen bleiben;
innehalten


contagiar
, anstecken mit;
übertragen


en cuanto
, sobald


acaba de ser remode-
lado/a
, ist gerade umgestaltet
worden


la línea divisoria
, Trennungslinie


el latido
, (Herz-, Puls-)Schlag


el barullo
, Lärm; Tumult


la estatua ecuestre
, Reiterstatue


el madroño
, Erdbeerbaum


la campanada
, Glockenschlag


el pórtico
, Säulengang; Arkaden


acoger
, (fig.) aufnehmen


la terraza de la azotea
, Dachterrasse


la victoria alada
, geflügelte Siegesgöttin


desplegar
, ausbreiten


¿Está preparado
para que Madrid le
mate (de encanto)?
Vamos a ello

el valido
, Günstling; (hier) Favorit

desentenderse de
, sich nicht (mehr) küm-
mern um
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