El Comercio - 19.08.19

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10 //Lunes 19 deagostodel2 01 9/ELCOMERCIO


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EDITORIAL


enriqueecheverríaG.


N

osetratadeaquellos políticos a
quienes elgran insultadorexpresi-
denteCorrea caliicó de“cadáveres
insepultos”. Se tratade personas
vivas, peroque carecen de vida legal por no
constar en nuestroinefableRegistroCivil.
Parece increíble. El ciudadano señor Víctor
Torres hatenido que deambular de un trá-
miteaotrodistintoduranteseis meses hasta
demostrar que está vivo.Yélesuno apenas
de las 123 personas querealizaron trámites
similares desde el año2017 para comprobar
que nofallecieron.
Un reportaje,digno de elogio,delaRedac-
tora de ElComercio muestraalseñorTorres
quien,para el RegistroCivil, notenía vida.
En su viacrucis,como el de milesdeciu-
dadanosque debemos acudiraoicinas bu-
rocráticas, el señorTorres hacomenzadosu
odisea el14 de junio del2015,día en quefalle-
ció su señoramadre.Acudió al INECyala
funeraria del SeguroSocialpara tramitar los
papeles necesariospara la inhumación. “Seis
meses después se enteró quepara el Estado
él también habíafallecido ese día”.
Descubrió su “muerte”en el Servicio de
Rentas Internas,adonde había acudidopara
actualizar información de su negocio defa-
bricación de aluminioyvidrios.Unfuncio-
nario le informó que en el sistemaconstaba
comofallecido.Acontinuación, acudió alRe-
gistroCivil: veriicaron sus huellas dactilares,
entregó unapartida de nacimiento certiica-

“Muertos”vivientes


dayotros documentos. DiceelseñorTorres:
“Paraqueenteoría, me devuelvanlavida, se
tardaron seis meses”.
Desde entoncesconstaenuna lista de “per-
sonasconvida”.Sin embargo, en el año 2017
debiórepetir el trámiteenelRegistroCivil.
Ta mbién, acudiraque le den vida en elCon-
sejoNacional Electoral, dondeconstabaen
la listademuertos. Le dieroncertiicado de
haberasistidoalavotación.Toda la culpa, en
lasesferas burocráticas, laatribuyeronalos
familiares que inscribieron la defunción. ¡El
lavado de manos operafácilmenteenesos
recintos!
En cada ocasión cuando preparan eleccio-
nes, hablan de la“depuración”delosregis-
tros devotantes, porque entreuna elección y
otraunos cuantos hanfallecido.Paraalgunos
encargados delevento, estosvotantes segu-
ramentehansalido de sus tumbasadepositar
el voto en la urnayrecibir el documentode
asistencia, “paralos ines legalesconsiguien-
tes” ¿Seguramentepararetornarasutumba?
Estamos alborozadosrecordando 40 años
delregresoalaDemocracia,con30Presiden-
tes. Esta,contodos sus defectos es mejor que
cualquier dictaduraincluso decorteautorita-
rioyvoraz.Pero entantotiempo no se hacon-
seguido perfeccionar la función delRegistro
Civil. Gabriel Garcés (Polvorín, ÚltimasNo-
ticias) escribe: “40 añoscon14presidentes.
Unoduró10 añosyotrodos días” “O sea, en
30 hubo13.Mal número”.

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Niños desaparecidos, un problema insoslayable


No todos loscasos tienen un inalfeliz. La


colaboración se puedecanalizaratravés del


protocoloAlerta Emilia, que operadesde 2018.


Policía yciudadanía tienen uncometidocomún.


E


ldrama de Anahí, de dos años
ycuatromeses secuestrada
enel sur de Quito,tuvoun
inalfeliz cuando laPolicía
la halló en elCoca el miércolesyla
entregóaldía siguienteasus padres.
Notodos los casos de desaparicio-
nes de niños, empero, tienen igual
desenlace.Un reportaje publicado
ayerenesteDiariotraecifras llama-
tivas. La unidadpolicial dedicada a
estos casos investigaladesaparición
de147niñosyjóvenes esteaño.
Desde luego, muchos de quienes
sondeclarados desaparecidos son
encontrados luego, perohayotros
que muerenosimplementenose
vuelveasaber de ellos. Desde2014,
47 menores de edadhanfallecido,

225son investigadoscomo desapa-
recidosy27692 han sido localizados.
La decisión de marcharse latoman
niñosyjóvenes por problemasfami-
liaresymaltratos,eincluso se dan
casos en los cuales son llevadossin
autorizaciónpor un miembrodela
pareja tras una separación. Los pro-
blemas académicosypsicológicos
sonpartedelas estadísticas.
Si bien seseñala que no se han de-

tectadobandas organizadas detrás
de las desapariciones de menores, no
hayque olvidar casos en los cuales la
motivación ha sidola tratadentroy
fueradel país, olapornografía. Es un
tema frentealcual no se puede dejar
detomartodaslas precauciones.
En medio de esteproblema social
que no se puede soslayar, llama la
atención la persistencia de lospa-
dres -sobretodo delasmadres- para

no abandonar la búsqueda desus
niños desaparecidos.Unadeellas
busca sindescansoasuhijodesde
1994.Otra, desde el2012.
Pero hayque ir más allá de la inicia-
tivaindividualydelas marchas que
organizan sin descanso lasfamilias
de estos menores. Lacolaboración
ciudadana -que destacó elpadrede
Anahí- es indispensable,ysepuede
canalizaratravés del sistema de bús-
queda inmediata para aprovechar la
tecnologíaylas redessociales.
Si bien fue implementadoenenero
del añopasado,AlertaEmilia -así se
llama el protocolo- operó por prime-
ra vezcon Anahí. Hayqueutilizarlo
más.Policíayciudadanía tienenahí
uncometidocomún.

FariTh SiMOn


U

na necesidadhumana básica es la
seguridadexistencial que incluye
contarconmedios de subsisten-
ciayuntechoysentir que esta-
mos protegidos (al igual que nuestros seres
queridos)contratodo tipo de agresión. La
inseguridad-olasensación de inseguri-
dad- inmoviliza; al sentirnos amenazados y
vulnerables incluso se modiican nuestros
planes vitales, la libertadse vereducida y
en algunos desaparecepor el miedo.
Unadelas dimensiones de la seguridad
existencial es la seguridadciudadana: “la
protección de un núcleo básicodede-
rechos, incluidos el derechoalavida, el
respetoalaintegridadfísicaymaterial de
la persona,ysuderechoatener una vida
digna”,queconlleva enfrentar la violencia
ylacriminalidad. El Estadotiene el deber
ineludible de determinaraquellasconduc-
tasque seconsideran delitos, deinir los
mediospara prevenirlasy, cuando se pro-
ducen, establecer los procedimientospara
identiicar,juzgarysancionaralos respon-
sables. En nuestrosistema larehabilitación
del delincuenteesunobjetivocentral.
Al establecer unaconductacomo delito
se habilitaaluso del instrumentomás po-
derosoconelque cuentaelEstado, el de-
recho penal, abriendo la puertaaluso de la
violencia por medio de la policía, la justicia,
los castigosylacárcel.
Se hageneralizadolaidea de que no pue-
denconvivir la protecciónalos derechos
conlaluchacontraeldelitoyladelincuen-
cia.Unerrorgrave: los derechos son un
medio de protección detodos.Lavíctima
de unrobo,unsecuestro,una estafa, es en
un momentolapartemás débil, por esto
el Estadodebeponerse de su lado per-
mitiendo el uso detodos los mediospara
protegerle,incluso la violencia (porparte
de la víctima, suscercanos, las fuerzas de
seguridad).Cuando el acusadodeunde-
litoestá en manos de las autoridadesola
comunidad, él seconvierteenelmás débil,
los derechosygarantías operanpara evitar
quesecometan abusos, se les sometaacas-
tigos no merecidosodesmedidos.
Cuando crecen el delitoyladelincuencia,
cuando se instala la inseguridadenunaco-
munidad, el Estadoincumplegravemente
consuobligación degarantizarla. De igual
forma, cuando se promueve,admiteotole-
ra los abusoscontralos acusados de delitos
olos que han sido declarados responsables
de estos, se incumpleconlaobligación de
respetar los derechos.
La Ministradel Interior se había mostra-
do pocodispuestaacederalastentacio-
nes del populismo penalyalabusocomo
mediopara enfrentar el delito. Alparecer,
sintiéndose débil por las acusaciones del
incrementodeladelincuenciayeluso in-
debido de bienes públicos, aceptóyjus-
tiicó -implícitamente- un abuso policial,
reduciéndoloaunproblema de procedi-
miento. Aceptar esto, incluso entendiendo
la dimensión humana de lo sucedido,en-
vía un mensaje peligroso.MinistraRomo,
usted tiene la obligación de lucharcontra
la delincuencia, peronopuedetolerar los
abusos; al hacerlo les da vía libre.


Así no,


ministraRomo


@farithsimon

Fabián cOrralb.


S

í, “mi”país,consugeografíaysuso-
berbia devolcanes, su arrogancia de
cordilleras.Su pazaún posible,su
genteque modula entantasformas
la humanidad,yque habla igual en el acento
castizodelos lojanoscomo en el argotdelos
manabitas. “Mipaís”,con su memoria que
resistelos desprecios.
Mipaís, el que viajaenbus interprovincial,
en canoa, en mulaoenbicicleta;esequese
descubre asímismo en laplazadelos pue-
blos; el del hombrecomún; el de los creen en
sus posibilidadeseinvierten en su tierra; el
de los que se dan la mano en el trabajoyen
la empresa. El de los que tienenfe ysonríen
peseatodo,ynolloran sino en el secretode
sus casas.
Sí, mipaís. Ynoaquello de“estepaís”, con-
ceptoque encapsula olímpicas soberbias y
desprecios.Porqueaquello de“estepaís” es
propio de quienes prosperanaquí y, sin em-
bargo, se quejan. “Estepaís” es laexpresión
que marca el descrédito, el “ojalá no estuviera
aquí”.“Estepaís”, contoda suconnotación
peyorativa,esdelos ingratosquetienenco-
mo ilosofía la quejumbre. Es de lasplañide-
rasque lloran la“desgracia” de que no les den
gustoentodo lo que quieren.
Vivir denigrando de lo propio,renegando
del medioydesugente, todo eso signiica“es-
te país”.Notable es laconductadealgunos
que se han acomodado perfectamentepor
acá, perodesmerecen la tierraque les dio

“Mi” país


la oportunidad.Notableeslavocación por
agringarse,botar el ponchoyasumir que se
viveenNuevaYork,yquetodo lo que no se
acomode al “americana hayofrife”es infe-
riorymalo.Disparateilustreestodo estoque
ganaterreno en la demolición de la dignidad
nacionalalaque asistimosconindiferencia,
porque si algohemos perdido es el sentido de
naciónyhemos “ganado”lacapacidaddead-
heriraloque signiicarenunciar,dejar de ser.
La visión despectivadelpaís alcanzadi-
mensiones de ideología. Hayuna especie
de “pensamiento”que articula el desprecio,
una doctrina que hacedelolocal,basura.
Hayquienes proponen que nos olvidemos
delpaís como puntodepartida. Haylos que
creen que progresaresrenegar de la historia
ylatradiciónyhacerse,entierrapropia,ex-
tranjeros.
Yo,por míparte, apuestoa“mipaís”como
conceptoquerebasalo electoral,ycreoque
es un deber amarlo,que estareainexcusable
redescubrirlo,restaurar su memoria, aplastar
loscomplejosyaprenderaser,serenamente,
ecuatorianos,como lo fuerontantasgenera-
ciones que creyeron en lo quetenemosyque
tuvieron la integridadylafranquezadevivir
desdelopropio.
¿Será posible quevolvamosahablar de
“nuestropaís”conlaentrañablepasión de los
abuelos, sinrecelosysin odios?¿Será posible
disociarlo de la políticayhacer de él un punto
de encuentroyelpatrimoniomoral detodos?

[email protected]

céSarauGuSTOSOSa


D

esde que Ecuador irmó el acuer-
do de librecomercioconlaUnión
Europea (UE), vigentedesde el
2017 ,lapolítica arancelaria del
país quedó deinidaconese bloque,peroal
mismo tiempo marcó la ruta de los futuros
acuerdos que puedan irmarse.
En el ámbitodel comercio de mercan-
cías, Ecuador secomprometióabajar los
recargosalas importaciones deforma rá-
pida(como en el caso de los licores)olenta
(como en el caso de los automóviles).Pero
alargoplazo, el compromiso fuereducir a
cerolos arancelespara todos los produc-
tos, exceptoparaaquellos que por su sen-
sibilidaddebían quedarexcluidos.
Detrás de acuerdo irmado hayuna vi-
sión que deiende el librecomerciocomo
un mediopara reducir la pobreza, impulsar
el empleoyalcanzar el desarrollo delpaís.
El librecomercio implicareducir las tra-
basalas importacionesyeso implica, entre
otrascosas, bajarlos aranceles.Poreso,la
decisión del actual Gobierno,dereducir
losrecargosalos artículos deportivosco-
mo calzadoespecializado, bicicletas, cas-
cosdeseguridad, etc., es acertada, aunque
la medida sevendió solocomo un estímulo
al deporte, quetambién escorrecto.
Ta mbién es acertadalapropuestadel
Ministerio deTe lecomunicaciones, de
pedir alComexque elimine los aranceles
para teléfonos inteligentes,computadoras,
laptopsydecodiicadorespara la televisión
digital en equipos analógicos.
Notiene sentidogravarconaltos aran-
celesabienesoservicios que no producen
en elpaís, más cuando esos artículos son
necesariospara reducir la brecha digital,
el contrabandoyfomentar el uso de latec-
nología entodas las áreas.Paraeso se ne-
cesitan bienes másbaratosypolíticas que
estimulen el uso de las nuevastecnologías
para desarrollar otros productostecnoló-
gicosconaltovalor agregado.
Peroincluso,silas mercancías impor-
tadascompitenconlos productos nacio-
nales habría que hacer el ejerciciopara
determinar siconviene,desde el punto
de vistasocialyeconómico, protegerala
industria local en perjuicio de losconsumi-
dores, quienesterminanpagando lafaltade
competitividaddelas empresas.
Losgobiernostambién han aumentado
los arancelesconelargumentodeevitar la
salida de dólares de la economía, en medio
de una caída del precio del petróleoouna
apreciación del dólar.Eso lo ha hecho el an-
teriorgobiernoytambién el actual.Nohay
que olvidar que en abril del 2018 se anunció
un aumentotemporal de arancelespara 375
productos importados. Ahí se señaló que
se tratabade artículos ‘suntuarios’como
juguetes,textilesycelulares.
Siemprehabrá argumentoseintereses
para frenar lacompetenciaextranjera, pero
eso soloretrasalas reformas estructurales
que necesitaelpaíspara mejorar la produc-
tividad, lacompetitividadysudesarrollo
alargoplazo. El librecomercio ylareduc-
ción de aranceles pueden poner la presión
necesariapara que autoridades, empresas
yconsumidores lleguenaunacuerdo.

Los aranceles


deben bajar


[email protected]
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