El Mundo - 13.08.2019

(Grace) #1

D E V E R A N O


EL MUNDO. MARTES 13
H I STO R I A AGOSTO DE 2019 HOJA 21


síndrome de abstinencia, así
como por la ausencia de
magnesio en la dieta.
Hacia el final de la
aventura, la situación se
volvió tan crítica que en uno
de los botes, el que llevaba
al capitán Pollard,
decidieron matar a un
tripulante para que
sobreviviera el resto. Hubo
un sorteo. Y perdió un joven
llamado Owen Coffin, que
era primo menor del capitán
Pollard, que, al parecer,
había jurado protegerlo. Y
luego hicieron otro para
decidir quién lo mataba.
Ganó un tal Charles
Ramsdell, que mató a Coffin
de un disparo. Luego se lo
comieron. Pollard y
Ramsdell fueron los únicos
supervivientes de ese bote.
Noventa y cinco días
después ambos fueron
rescatados por el ballenero

barco, 21 marinos
embarcaron casi sin agua ni
comida en tres botes. Días
después alcanzaron la
deshabitada isla de
Henderson, territorio
británico. Allí comieron
pescado, aves, algunos
vegetales y bebieron agua
dulce, pero al cabo de una
semana habían agotado sus
recursos y nadie los había
encontrado.
Todos menos tres
apostaron por embarcarse
de nuevo en dos botes
salvavidas, que nada más
salir al mar se perdieron el
uno del otro, y donde los
tripulantes fueron muriendo
uno a uno por desnutrición,
diarreas y síncopes. Los
historiadores hacen notar la
agresividad de los
náufragos no sólo por su
situación, sino también por
la falta de tabaco y el

GRANDES NAUFRAGIOS
Próxima: ‘Mol Comfort’

Cuesta creer que Herman
Melville eligiera la parte
más aburrida del naufragio
del ballenero Essex en 1820
para escribir Moby Dick.
Pero aún más que la parte
más emocionante se haya
convertido en una de las
obras menos conocidas de
Edgar Allan Poe, La
narración de Arthur
Gordon Pym, que además
es su única novela.
Para convertirse en una
de las grandes obras de la
literatura universal, en
Moby Dick, lo de menos era
la ballena, y lo de más,
temas como la jerarquía, la
venganza, el racismo y,
especialmente, la obsesión.
En el Essex, para
convertirse en uno de los
grandes naufragios de la
historia naval, lo de menos
también fue la ballena.
La aventura arranca en la
isla de Nantucket, algo más
pequeña que la isla de El
Hierro, que hoy tiene 10.000
habitantes, y que a
principios del siglo XIX
estaba habitada
básicamente por balleneros.
Melville la describía así: «Y
en todas las épocas y
océanos, declararon la
guerra perpetua a la más
poderosa masa animada
que ha sobrevivido al
Diluvio, la más monstruosa
y la más montañosa; ese
himalayano mastodonte de
agua salada, revestido de tal


portento de poder
inconsciente que sus
mismos pánicos han de
temerse más que sus más
valientes y malignos
asaltos».
Su industria obligaba a
visitar con frecuencia el
Pacifico sur, hacia donde
partió el Essex en 1819,
para hundirse la mañana
del 20 de noviembre de
1820, a 37.000 kilómetros de
Sudamérica, tras ser
atacado en dos ocasiones
por un cachalote blanco de
inusuales proporciones.
Los cachalotes alvinos
son de una rareza
moderada, como hoy
podemos ver en YouTube.
Pero se cree que el que
atacó al Essex era ya muy
famoso en la isla de Mocha,
en la costa de Chile, y le
llamaban Mocha Dick. Era
blanco como la lana y con la
cabeza cubierta de
percebes. Tenía clavados
varios arpones y ejercía
como una especie de
guardia costera contra los
balleneros que atacaban a
los de su especie. Fue
cazado en 1838 cuando
trataba de proteger a una
hembra que ya había
perdido a sus crías a manos
de los balleneros.
Los cachalotes, el cetáceo
dentado más grande que
existe, tienen un tamaño
medio de 16 metros. El
cadáver de Mocha Dick
medía 24 metros. El Essex
tenía una eslora de 27.
Tras el naufragio del

Dauphin, que también venía
de Nantucket, con una
escena que recuerda al
rescate de Tom Hanks en
Náufrago, ya que estaban
tan disociados que ni
siquiera se dieron cuenta de
la presencia del barco.
En el otro bote, el primer
oficial Owen Chase
sobreviviría con otros dos
tripulantes, Benjamin
Lawrence y Thomas
Nickerson. Habían sido
rescatados por el mercante
británico Indian. Todos se
reencontraron en Valparaíso
(Chile) donde informaron
sobre los tres hombres que
se habían quedado en la isla
de Henderson, donde
fueron rescatados al borde
de la muerte el 5 de abril de


  1. De 21 supervivientes,
    solo ocho llegaron al final
    de la aventura. Al menos
    siete alimentaron al resto.


El único testimonio
gráfico del Essex es un
dibujo a lápiz de Nickerson,
en el que se ve el barco
atacado por la ballena, con
la boca abierta. Y luego los
botes salvavidas,
acompañados también por
la ballena, aunque sin
intención de rematarlos.
La historia de Pollard
poco tiene que envidiar en
dramatismo a la de Ahab, ya
que dos años después se
puso al frente de otro
ballenero, el Two Brothers,
con el que también
naufragó. Esta vez en un
arrecife de coral en Hawái.
Y aunque también
sobrevivió aquella vez,
nunca le volvieron a dar
otro barco, por gafe.

Grandes naufragios de la


Historia / El ‘Essex’. La novela


de Melville tiene un referente


real aún más sórdido que la


ficción, ya que las víctimas


del ataque de la gran ballena


blanca compitieron a mordiscos


entre ellos para sobrevivir


EN
SERIE

RICARDO
F. COLMENERO IBIZA


LOS


CANÍBALES DE


‘MOBY DICK’


Un fotograma de ‘En el corazón del mar’, la película de Ron Howard basada en el hundimiento del ‘Essex’.

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