El Mundo - 02.08.2019

(Jacob Rumans) #1

EL MUNDO. VIERNES 2 DE AGOSTO DE 2019
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OTRAS VOCES


NO SON pocas las veces que opinamos de las más di-
versas materias teniendo pocos datos reales sobre las
mismas. El rigor siempre es un compañero de viaje
aconsejable, especialmente cuando hablamos de temas
importantes y, tengo pocas dudas de que el estado de
salud de nuestra educación superior es uno de ellos.
Probablemente en el imaginario colectivo reciente
del estado actual de nuestro sistema universitario des-
taquen, entre otras, dos ideas principales: primera, el
famoso y explotado hasta la saciedad caso Máster de la
Universidad Rey Juan Carlos; y, segunda, que dentro de
los rankings internacionales, las universidades españo-
las no salen muy bien paradas, estando muy lejos de los
200 o incluso 500 primeros puestos. De la primera idea,
que dado que es mi universidad conozco bastante bien,
la realidad es que de las 2.797 personas que trabajamos
en la Universidad Rey Juan Carlos, tan solo cuatro es-
tán actualmente encausadas –aún no juzgadas–, lo que
representa el 0,1% de la URJC. Respecto de la segunda
idea, merece la pena dedicarle algo más de tiempo, pues
los datos reales están bastante alejados de tal percep-
ción, como trataré de demostrar.
Desde hace más de dos décadas, la Conferencia de
Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ela-
bora un muy interesante y lamentablemente poco leído
Informe sobre el estado de salud de nuestro sistema
universitario (La universidad española en cifras). El úl-
timo es del curso académico 2016/17, aunque utiliza al-
gunos datos más recientes, consta de 164 páginas y ma-
neja más un millón de datos. Entiendo que aporta una
visión bastante real y ajustada de la verdadera situación
de nuestras universidades, de las que destaco las si-
guientes reveladoras y en algunos casos sorprendentes
–para bien– conclusiones:
Primera. El sistema universitario español contribuye
a la movilidad social en
mayor medida que en
otros grandes países eu-
ropeos. Esto significa que
familias con menor nivel
de renta y cuyos padres
suelen carecer de estu-
dios superiores, logran
que sus hijos tengan esos
estudios. España se sitúa en una posición intermedia
por delante de países como Francia, Italia, el Reino Uni-
do o Estados Unidos, estando a la cabeza los países nór-
dicos, Corea, Austria, Países Bajos y Japón.
Segunda. La implantación geográfica de nuestras
universidades ofrece un acceso equitativo a una oferta
de enseñanza de calidad a los estudiantes de los dife-
rentes territorios. En Estados Unidos hay una universi-
dad con producción investigadora por cada 753.935 ha-
bitantes y en España por cada 751.613. A un nivel pare-

cido está Japón con 720.455; peores cifras tienen Italia
y Alemania con 889.706 y 972.941, respectivamente. A
la cabeza se sitúan el Reino Unido con 578.947 y Fran-
cia con 550.000. Se puede afirmar que España se en-
cuentra en los parámetros de los grandes países desa-
rrollados en la ratio número de universidades con pro-
ducción investigadora respecto a la población.
Tercera. Hay un dato clave para entender la realidad
actual de la universidad española: el gasto en I+D ha
retrocedido en España a niveles de hace una década,
mientras sigue avanzando en el resto de países compe-
tidores. Entre los años 2008 a 2016, China ha aumen-
tado su gasto en un 46,6%; Corea, un 35%; Alemania,
un 13,2%; Italia, un 10,5%; la media de la Unión Euro-
pea, un 10,1%; Francia, un 9,2%; el Reino Unido, un
3,5%; y España, un -9,7%. Podemos afirmar que éste es
uno de los problemas centrales de la economía espa-
ñola, tan solo estamos por delante de Portugal y Gre-
cia. A pesar de ello, en ese mismo periodo, nuestras
universidades han registrado una importante mejora
de su productividad científica, incrementando un 87%
la producción de artículos científicos y un 13% la pro-
porción de los mismos que se publican en revistas cien-
tíficas del primer cuartil.
Cuarta. La universidad española tiene un alto nivel
de empleabilidad y calidad docente. El Graduate Em-
ployability Ranking 2019 elaborado por el ranking de
referencia internacional QS clasifica a los 500 mejores
campus del mundo según la empleabilidad de sus alum-
nos/as. Europa sitúa 208 universidades entre el TOP 500
y España a 14, estando tres universidades españolas en-
tre las 100 primeras del
mundo. Si lo relaciona-
mos con el número de
habitantes por país, en
primer lugar estaría el
Reino Unido, después
Alemania y en tercera
posición España, por de-
lante de Italia, EEUU,
Francia y Japón. Por
cierto, según los últimos
datos del Ministerio de
Educación, Cultura y
Deporte sobre afiliación
a la Seguridad Social de
los universitarios, la
URJC se sitúa como la
primera universidad ma-
drileña en empleabili-
dad de sus egresados a
los dos años de haberse
graduado.
La realidad no dema-
siado conocida de las
universidades españolas
es que, si dejamos a un
lado los rankings de in-
vestigación, enorme-
mente influidos por la in-
versión I+D de cada
país, donde somos clara-
mente deficitarios, las
universidades españolas
están entre las mejores
del mundo respecto de
la empleabilidad de sus
egresados, según el cita-
do Informe. Igualmente nos pasa en calidad docente,
donde el dato es que, dentro de las 242 mejores univer-
sidades europeas, tenemos 42 universidades españolas
según el Europe Teaching Ranking 2018.
Quinta. Por último, nos queda el dato más conocido
y utilizado por los medios de comunicación respecto
de los rankings internacionales y la posición de las
universidades españolas. La clave a destacar es que se
centran principalmente en la actividad investigadora.
De los diferentes rankings existentes, los expertos se-
ñalan el ranking ARWU como el más antiguo, conso-
lidado y objetivo de los existentes. Hay otros rankings
como el ya citado QS o el THE. En el del año 2018,
dentro de las 1.000 mejores universidades del mundo
aparecen 33 españolas (32 públicas y una privada). Si
tenemos 84 entre públicas y privadas, representa el

39% de nuestras instituciones de educación superior.
El dato sin duda más interesante y positivo es que,
dentro de las 200 mejores del mundo en los diferentes
campos científicos, nos encontramos con 18 universi-
dades públicas españolas.

EN ESTE sentido podemos extraer la siguiente con-
clusión global del dato manejado. Según el Fondo
Monetario Internacional, España se sitúa como la 13ª
economía del mundo en el año 2018. Sin embargo, en
relación con el gasto en I+D ocupamos, según el Ban-
co Mundial para ese mismo año, el puesto 25. No obs-
tante, y ésta es la noticia positiva en términos relati-
vos, ocupamos el puesto 13º en el TOP 500 del ran-
king ARWU 2018.
De todos los datos aportados, sin duda el más deci-
sivo es el importante retraso que tiene España en gas-
to en I+D. Éste sí que es un tema de interés nacional
y decisivo en el que nuestros políticos deberían entrar,
especialmente porque los países que colocan en los
primeros puestos a sus universidades, todos, salvo Ru-
sia, gastan más del 1,19% del PIB en I+D que invierte
España. El asunto de fondo desde luego no es menor,
todo lo contrario, pues, según afirma el Informe en su
página 103, «la consecuencia más importante del ba-
jo nivel de gasto I+D es, sin duda, la progresiva debi-
lidad de nuestra economía en términos de competiti-
vidad tecnológica y de innovación y la pérdida que ello
implica de oportunidades de crecimiento y de bienes-
tar para los españoles».
Nuevamente, una información detallada de los te-

mas decisivos en la vida pública y también privada de
nuestra querida España, nos ayuda a formarnos una
opinión más acertada de dónde están nuestros verda-
deros problemas y si son las universidades o los pre-
supuestos aprobados por nuestra clase política quie-
nes no están haciendo sus deberes. Por lo demás, y no
me cansaré de insistir en ello, no deja de ser verdade-
ramente preocupante, por no decir absolutamente ver-
gonzoso, que estos temas claves y esenciales de nues-
tras vidas, no ocupen prácticamente ningún espacio
en los medios de comunicación ni en la agenda públi-
ca, la mayor de las veces rellenada de asuntos vacíos
y realmente inútiles.

David Ortega es catedrático de Derecho Constitucional de
la Universidad Rey Juan Carlos.

Nuestras universidades, con
una alta calidad docente, han
registrado una gran mejora de
su productividad científica

AJUBEL

El autor destaca


la labor docente e investigadora y la


calidad de los centros de enseñanza


superior de España, a pesar de que es


uno de los países de nuestro entorno en


los que menos gasto se dedica a I+D.


TRIBUNA iEDUCACIÓN


Universidad:


mito y


realidad


DAVID ORTEGA

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