D E V E R A N O
EL MUNDO. VIERNES 2
S A LU D AGOSTO DE 2019 HOJA Nº^29
67,5% si sólo se tienen en
cuenta a los ancianos.
«Se trata de un problema
de salud pública emergente
en España» que «requiere
una mayor vigilancia,
además de medidas de
prevención que incluyan la
educación en seguridad
alimentaria y las
Se adapta muy bien a
diferentes ambientes,
coloniza todo tipo de
comidas y se las ingenia
para multiplicarse incluso
en el interior de la nevera.
Por eso, la listeria es una de
las principales causantes
de infecciones alimentarias
en todo el mundo.
En la mayoría de los
casos, esa contaminación no
provoca problemas de salud
graves y se queda en una
leve gastroenteritis. Pero en
otros, sobre todo si los
afectados son ancianos,
mujeres embarazadas o
personas con afecciones
previas, las consecuencias
pueden ser trágicas.
Hace unas semanas, las
autoridades sanitarias
británicas informaron de la
muerte de tres personas que
habían consumido
sándwiches contaminados
con la bacteria, cuyo
nombre completo es Listeria
monocytogenes. Otras tres
permanecieron días
hospitalizadas por culpa del
patógeno, con una
tendencia creciente desde
2008, según la Agencia
Europea de Seguridad
Alimentaria (EFSA por sus
siglas en inglés).
En la misma línea, una
investigación conjunta del
Hospital Ramón y Cajal de
Madrid y el Instituto de
Salud Carlos III ha
confirmado recientemente
que, en nuestro país, los
ingresos hospitalarios por
listeriosis también han
aumentado significativa-
mente en los últimos años.
En concreto, entre 1997 y
2015 se registraron 5.696
hospitalizaciones relacio-
nadas con listeriosis, con
una variación de los casos
que van desde los 75
contabilizados en el año de
inicio de la investigación a
los 448 notificados en 2015.
Estas cifras, recuerdan los
investigadores, son sólo la
punta del iceberg, ya que
únicamente un pequeño
porcentaje de los casos, los
más graves, requieren el
ingreso en un centro
hospitalario. El 50% de los
afectados eran personas
mayores de 65 años,
mientras que un 7%
correspondía a mujeres
embarazadas y otro 4% a
recién nacidos. La
mortalidad fue del 17%,
aunque la cifra se eleva al
advertencias a los grupos de
riesgo», señala el estudio,
publicado recientemente en
Eurosurveillance.
Según explica Zaida
Herrador, investigadora del
Centro Nacional de
Medicina Tropical del
Instituto de Salud Carlos III
y una de las firmantes del
trabajo, no se conocen a
ciencia cierta las causas de
este incremento, aunque
parece que se debe a una
confluencia de factores.
Por un lado, explica, «el
aumento de la esperanza de
vida» y, por tanto, de los
problemas asociados a la
edad y otras alteraciones
que afectan al sistema
inmunitario de las personas,
«pueden ser factores de
riesgo ». También influyen
en el crecimiento del
número de hospitaliza-
ciones la aparición de cepas
más virulentas de la bacteria
y el aumento del consumo
de comida rápida y lista
para tomar que, por su tipo
de manipulación y
almacenamiento, es más
Listeria. Un estudio realizado
por investigadores del Instituto
de Salud Carlos III muestra un
aumento creciente en España
de los ingresos hospitalarios
por esta infección, que puede
tener consecuencias trágicas en
ancianos y mujeres embarazadas
LA AMENAZA
DE LA BACTERIA
QUE SOBREVIVE
EN TU NEVERA
POR CRISTINA G.
LUCIO MADRID
ILUSTRACIÓN: GABRIEL SANZ
susceptible de conta -
minación.
Si en los años 90, los
brotes de listeria se debían
principal mente a la
contami nación de
embutidos y salchichas,
ahora se vinculan, sobre
todo, a productos lácteos no
pasteurizados –sobre todo
quesos blandos– y frutas y
verduras crudas (también
en forma de zumos). En el
último brote registrado por
la EFSA, la fuente de
contaminación eran
productos de pescado
ahumado (trucha y salmón)
fabricados en Estonia.
«La bacteria
tiene una gran
capacidad
para sobre-
vivir en los
alimentos. Por
eso, si no
existe una
adecuada
higiene
alimentaria y
un buen
mantenimiento del entorno
en el que se preparan los
alimentos, la contaminación
es sencilla», apunta José
Antonio Lepe, miembro de
la Sociedad Española de
Enfermedades Infeccionas y
Microbiología Clínica
(SEIMC), que no ha
participado en el estudio,
pero constata un aumento
de los casos que «también
puede deberse a que este
tipo de patógenos se vigilan
más que hace 10 años».
Se han realizado mejoras
en la vigilancia de las
listeriosis –que, desde 2015,
es una enfermedad de
declaración obligatoria– y
también se han tomado
medidas para mejorar los
criterios de higiene. Sin
embargo, los autores de la
reciente investigación
española consideran que
aún queda un largo camino
por recorrer para mejorar el
control del patógeno.
«Consideramos que sería
necesaria una mayor
concienciación a nivel
poblacional y del personal
asistencial, para que
sospeche de la enfermedad
y la contemple en el
diagnóstico diferencial.
También creemos que es
importante incluir recomen-
daciones en este sentido en
el consejo que habitual-
mente se da a las embara-
zadas», añade Herrador.
Según explica la
investigadora, las mujeres
embarazadas tienen una
probabilidad hasta 10 veces
mayor de padecer listeriosis
debido a la alteración del
sistema inmunitario que se
produce en la gestación, por
lo que sería recomendable
extremar las medidas de
precaución y no consumir
productos de riesgo.
Para evitar contraer la
infección, Lepe recomienda
tres pautas sencillas: lavar
bien frutas y verduras,
refrigerar adecuadamente
los alimentos, no mezclar en
la nevera las hortalizas y las
comidas ya elaboradas y
nunca consumir lácteos y
preparados que no hayan
sido pasteurizados antes.
Productos como el melón,
que no suelen consumirse
de una vez, deben
mantenerse refrigerados
una vez abiertos.
EL AUMENTO DEL CONSUMO
DE COMIDA RÁPIDA Y LISTA
PARA TOMAR, POR SU MANI-
PULADO Y ALMACENAJE,
EXPLICA LA CONTAMINACIÓN