El Mundo - 08.08.2019

(Dana P.) #1

EL MUNDO. JUEVES 8 DE AGOSTO DE 2019
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MUNDO


un delito es «algo completamente contrario a
la presunción de inocencia y a los derechos
más básicos. A nivel de la filosofía que está de-
trás de los campos de exterminio tiene mu-
chos paralelismos respecto a la clasificación y
a la idea del castigo», explica Gómez Bravo.
«Nadie se pregunta qué hay después. Esas
personas no han cometido ningún delito, hay
que seguir recordándolo», se lamenta Paloma
Favieres, directora de Políticas y Campañas de
la Comisión Española de Ayuda al Refugiado
(CEAR), que alude a las constantes denuncias
de ONG y activistas sobre las condiciones en
las que están retenidos los extranjeros en el
CIE de Aluche. Falta de atención médica. Tor-
turas. Tratos vejatorios. Agresiones que, a me-
nudo, se producen en zonas en las que no hay
cámaras que puedan registrarlas, según ha
denunciado por ejemplo la ONG Karibu. «No
se puede permitir que en un Estado de dere-
cho se muera gente en un CIE», continúa Fa-
vieres, que denuncia que la respuesta a una


infracción administrativa –la estancia irregu-
lar– «no puede llevar aparejada la privación de
libertad, el bien jurídico más importante que
tiene una persona».
La retórica que justifica la detención masi-
va de extranjeros es la de la invasión. «Viola-
dores», «criminales», «narcotraficantes que
vienen a invadirnos». De todas estas formas
se ha referido el presidente de Estados Uni-
dos, Donald Trump, a los inmigrantes. Se les
deshumaniza para privarles de derechos. Pa-
ra justificar –además del Muro con México– la
violencia contra ellos.
En el último año, el éxodo venezolano ha
disparado la xenofobia en Brasil, Perú o Ecua-
dor. En Alemania, la ultraderecha crece al ca-
lor del discurso del odio al inmigrante, al mi-
llón de refugiados que el país ha acogido dese


  1. Hace un mes, un bombardeo contra un
    centro de detención de migrantes en Libia de-
    jó medio centenar de muertos. La ONU ha de-
    nunciado que esos centros violan todas las


normas internacionales sobre Derechos Hu-
manos. En las islas griegas unas 12.000 perso-
nas están atrapadas en campamentos desbor-
dados. En Moria (Lesbos), Médicos Sin Fron-
teras ha alertado del número «abrumador» de
personas con pensamientos suicidas.
«Una de las ideas de los discursos de pre-
guerra es que el extranjero traía enfermeda-
des, epidemias. Ya no es así pero la idea de
asociar al extranjero con la enfermedad, con
la suciedad, con todo lo malo, sigue estando
ahí», explica Gómez Bravo. Los artículos 13,
14 y 15 del Convenio de Ginebra sobre Pri-

sioneros de Guerra regulan los derechos de
los detenidos que deben, en todo caso, ser
«tratados humanamente» y «protegidos con-
tra todo acto de violencia o de intimidación».
Además, tienen derecho «al respeto de su
persona y de su honor» y su manutención y
asistencia médica debe ser atendida. La rea-
lidad muestra que los migrantes en centros
de retención son tratados peor que prisione-
ros de guerra.
«Siempre que no se cumplen las normas in-
ternacionales sobre el tratamiento de perso-
nas reclusas hay una sospecha de que no se
están respetando sus derechos. Tiene que ha-
ber unos metros cuadrados por persona, una
comunicación garantizada, unas mínimas
condiciones de habitabilidad, todo eso debe-
ría respetarse», recuerda Gomez Bravo, antes
de apuntar que el debate que debería abrirse
es sobre si recluir a los inmigrantes soluciona
o no los movimientos migratorios que, como
demuestra la Historia, son imparables.

«La idea de clasificar al
migrante y castigarlo tiene
paralelismos con los
campos de concentración»
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