Expansión - 08.08.2019

(lily) #1
Jueves 8 agosto 2019Expansión 3

DIRECTIVOS EN VERANO


El pensamiento único reaccionó
ante Jair Bolsonaro igual que ante
Trump. El nuevo presidente de
Brasil fue rápidamente calificado
como enemigo de los trabajadores,
fuente de la desigualdad, terror de
los indígenas y catástrofe climática.
En el ámbito económico, la iz-
quierda se aferró a su habitual
keynesianismo cañí, sosteniendo
que Bolsonaro jamás podría pro-
ducir ningún buen resultado por-
que su objetivo es acometer refor-
mas liberalizadoras, en vez de au-
mentar el gasto público y los im-
puestos para impulsar la demanda.
Hasta aquí, todo normal, como
también es normal que los supues-
tos progresistas hayan mantenido
la boca cerrada a propósito de los
antecedentes del nuevo presidente
en términos de corrupción. Hicie-
ron bien, porque Bolsonaro carece
de ellos, mientras que los líderes
de la izquierda brasileña han ter-
minado en la cárcel por latrocinios
variopintos.
Lo que es menos normal es que
Bolsonaro haya sido asociado nada
menos que con los economistas
austríacos, que integran la más li-
beral de las escuelas económicas.
El abogado brasileño Silvio Simo-
netti recordó en The American
Spectator que el nuevo hombre
fuerte de la economía, el ministro
Paulo Guedes, doctor por Chicago,
quedó favorablemente impresio-
nado tras leer el clásico de Ludwig
von Mises, La acción humana.
El liberalismo es una forma de
pensar tan minoritaria en la políti-
ca, la universidad, la cultura y los
medios de comunicación, que
cuando una persona liberal salta al
ruedo, mucha gente se pregunta:
¿de dónde salió? Pero en Brasil,
igual que en todos los países, Espa-
ña incluida, hay liberales, y desde

RETRATOS LIBERALES


Jair Bolsonaro, presidente de Brasil desde el pasado mes de enero.

Efe

Jair Bolsonaro,


el austríaco


Carlos Rodríguez Braun

hace mucho tiempo, ignorados, ri-
diculizados, pero no inexistentes.
Cuando el intervencionismo agota
sus recetas demagógicas y empo-
brecedoras, es lógico que emerjan.
Y hay otros liberales en el gabinete
de Bolsonaro, además de Guedes.
Pero surgir es una cosa, y tener
éxito, otra. Bolsonaro, como
Trump, no es un liberal, y se inclina
más bien hacia el nacionalismo, el
populismo, y el conservadurismo,
que pueden ser fuentes de políticas
muy antiliberales. Todo sugiere
que el nuevo presidente brasileño,
como antes sucedió con otros polí-
ticos de su mismo perfil, adopta
ahora el liberalismo porque el fra-
caso del intervencionismo ha sido
demasiado estrepitoso, y está dis-
puesto a darle una oportunidad.
Ayudará a su éxito, al menos du-
rante un tiempo, la comparación
con los desastres perpetrados por
los progresistas. Naturalmente,
puede fracasar, y el liberalismo con
él. Pero si la victoria sonríe a los au-
daces, habrá que convenir que es-
tamos ante gente osada, dispuesta
a liberalizar el mercado de trabajo,
a bajar los impuestos y a privatizar
las pensiones. Incluso si fracasan,
los liberales brasileños podrán
regresar a la marginación con el
consuelo de que no han traiciona-
do a Mises, Hayek y a los demás
próceres de la Escuela Austriaca
de Economía.

El presidente brasileño
carece de antecedentes
por corrupción, no como
los líderes de la izquierda

Paulo Guedes, su ministro
de Economía, quedó
muy impresionado por
la lectura de Von Mises

llo de algunos de los componentes
del Z8, fabricado entre 2000 y 2003.
Otro fabricante como Volkswagen
emplea desde 2014 impresoras 3D
en su factoría de Autoeuropa, en
Portugal, para producir herramien-
tas para uso interno en la cadena de
montaje. Otro de los clientes de HP,
la compañía ferroviaria vasca CAF,
ha instalado en sus trenes de todo el
mundo un total de 2.400 piezas fa-
bricadas a través de técnicas de im-
presión 3D.
El sector aeronáutico es otro de
los que se muestra interesado en es-
ta técnica y observa con interés el
desarrollo de la misma, aunque los
requerimientos legales hace que de
momento su adopción sea limitada y
nunca con piezas estructurales de
los aviones como las alas o los estabi-
lizadores. “Están muy interesados
porque el volumen de piezas que ne-
cesitan es pequeño y porque permi-
te hacer diseños y geometrías más
eficientes. Pero están sometidos a un
proceso de calificación que lleva
muchos años”, señala Pastor.
Pese al interés, señalan desde Sie-
mens, el uso no es ni mucho menos
generalizado en el sector industrial.
“La gran mayoría de nuestros clien-
tes están empezando a adquirir aho-
ra las máquinas y preparando la ins-
talación”, aseguran. El gran atracti-
vo es el ahorro. El precio de una im-
presora 3D está entre los 200.000 y
los 300.000 euros y permite fabricar
multitud de piezas. En compara-
ción, el precio de un molde tradicio-
nal es de 100.000 y únicamente per-
mite producir una pieza determina-
da. “Estas máquinas ocupan menos
espacios en las factorías y consumen
menos electricidad. Los costes en
general son mucho más baratos”,
concluye García, de Siemens.


El negocio de la fabricación
3D será de 22.700 millones
de dólares en 2024,
según la consultora IDC


“Estas máquinas
ocupan menos espacio y
consumen menos energía”,
explican desde Siemens


De Ford a Audi pasando por
Daimler-Benz o Fiat, todos los
grandes grupos automovilísticos
mundiales han comenzado a
investigar las aplicaciones de la
fabricación aditiva. Si bien
todavía estamos lejos de ver
automóviles producidos
íntegramente a través de estas
técnicas, la fabricación 3D se
ha demostrado especialmente
útil a la hora de producir
determinados recambios.
“Uno de los auges donde
más recorrido va a tener la
fabricación 3D es en el sector
del automóvil, concretamente
en la fabricación de repuesto
‘in situ’ y a medida”, explica
Javier García, ingeniero de
aplicaciones NX de Siemens.
El grupo alemán Daimler, el
mayor fabricante de camiones
del mundo, propietario de la
marca Mercedes-Benz, trabaja
con impresoras 3D de Ricoh para
realizar piezas de plástico de
repuesto para sus vehículos.
Mandando un diseño digital,
el consorcio alemán puede

producir la pieza en cualquier
centro que cuente con una de
estas impresoras acabando con
el estocaje y los costes
logísticos. Más allá de los
plásticos, Daimler es también
pionero en el desarrollo de
piezas metálicas impresas en
3D. Hace dos años, el grupo
fabricó el primer termostato
metálico para camiones a través
de esta tecnología (ver imagen
adjunta). En el caso de Audi, la
compañía ya ha introducido
piezas metálicas producidas a
través de impresión 3D láser en
modelos como el Audi A3.
Volkswagen, el mayor fabricante
mundial de automóviles, emplea
desde 2014 impresoras de HP
para producir herramientas de
uso interno para su cadena de
montaje. En el caso de Maserati,
propiedad del grupo Fiat, la
compañía emplea la tecnología
de Siemens para digitalizar
todos los procesos, desde los
diseños a la planificación de la
producción, y acortar así los
tiempos de salida al mercado.

Piezas personalizadas para coches


Sobre estas líneas, pieza para camión de Daimler, creada con impresión 3D. Arriba, vehículo de Maserati diseñado digitalmente.
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