El Mundo - 29.07.2019

(Barry) #1

EL MUNDO. LUNES 29 DE JULIO DE 2019
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OTRAS VOCES
i


OBITUARIOS


PHILIPP ENGEL^
Vivimos la dictadura de lo bello co-
mo una gran contradicción. Creci-
mos sometidos a los cómics america-
nos de superhéroes, pero en el fondo
siempre fuimos más de Mortadelo y
Filemón. Dotado de un físico que es-
capaba radicalmente a eso que nos
han metido en la cabeza que es la
belleza, Eduardo Gómez, fallecido
ayer tras luchar contra el cáncer, per-
tenecía a esa gran extirpe de cómi-
cos españoles, a menudo relegados
a papeles secundarios, cuya apari-
ción se agradecía como un balón de
oxígeno. No porque nos hicieran
sentir superiores, sino porque nos
permitían ser como somos. Podría-
mos remontarnos a Pepe Isbert o Ra-
faela Aparicio, y fracasaríamos en el
intento de tratar de enumerarlos a
todos. Porque son, o fueron, legión.
Lo que es seguro es que Gómez era
uno de ellos. Es más, ocupaba un
puesto de honor. Su sola presencia
provocaba carcajadas y despertaba
ternura a partes iguales. Esa gracia
natural le procuró su primer papel.
No aspiraba más que a las copas
que vendrían después, cuando
acompañó a un amigo a una graba-
ción de un episodio de ¡Ay Señor, Se-
ñor!, que Andrés Pajares protagoni-
zaba para Antena 3. Pero le invitaron
a participar con una pequeña inter-
vención, y así, ya cumplidos los 40,
empezó a dejar atrás toda una vida
marcada por empleos llamados de
supervivencia (camarero, albañil,
vendedor de enciclopedias...), y al-

gún drama familiar: su mujer le de-
jó, cuando apenas había nacido el ni-
ño de la pareja. Se llevaban bien, pe-
ro no había dinero. No hizo fortuna
hasta que alcanzó el cenit de su fama
gracias a las extremadamente popu-
lares Aquí no hay quien viva (Antena
3), que le valió un premio de la
Unión de Actores, y La que se aveci-
na (Telecinco), ambas creadas por
Alberto Caballero, que fue quien
confirmó su óbito. No hay quien no
le reconozca como el desgarbado
Mariano o el dicharachero Maxi,
aunque tampoco faltan los que no se
lo perdían como el inverosímil soco-
rrista de Gym Tony (Cuatro): un vigi-
lante de la playa, en este caso, de pis-
cina, muy a la española.
Tampoco puede ser casual que su
primera intervención en el cine, aun-
que diminuta y no acreditada, fuese
en una de las últimas películas de
Luis García Berlanga (Todos a la cár-
cel, 1993). El maestro del esperpen-
to también tuvo buen ojo para lo que
se avecinaba. Mientras se fraguaba
su fama catódica, Gómez se convir-
tió en una suerte de fetiche para to-
da una nueva generación de cineas-
tas, que plantaron cara en la taquilla
al mainstream americano con una
suerte de «feísmo hiperbólico». Una
corriente reactiva, surgida del cine
independiente e inesperadamente
bien recibida, que brindó roles pro-
tagónicos a astros tan improbables
como Luis Ciges, Saturnino García o
Benito Pocino. Javier Fesser, Álex de
la Iglesia, Santiago Segura y, más
adelante, Javier Ruiz Caldera, lidera-
ron esta renovación algo salvaje de
la comedia española en la que Gó-
mez jugó un papel, sino esencial, al
menos icónico. Era inevitable que, en
este nuevo contexto, acabaran lle-
gando a la pantalla, y conquistando
al público, las viñetas de Bruguera,

con grandes éxitos como La gran
aventura de Mortadelo y Filemón
(Javier Fesser, 2003) o Anacleto,
agente secreto (Javier Ruiz Caldera,
2015), en las que Gómez sencilla-
mente no podía faltar.

Así pues, en apenas 30 años de
tardía carrera, Eduardo Gómez logró
imponerse como uno de nuestros có-
micos más queridos, reconfortándo-
nos por ser lo que somos, seres im-
perfectos, «ignorantes de la vida»,

más «huevones» que «leones», pero
siempre bien dispuestos para la risa.

Eduardo Gómez Manzano, actor, na-
ció el 27 de julio de 1951 en Alicante y
murió el 28 de julio de 2019.

ANTONIO HEREDIA

Fallece a los 68 años el conocido


intérprete, que se hizo muy popular


a raíz de sus papeles en las series de televisión


‘Aquí no hay quien viva’ y ‘La que se avecina’


EDUARDO
GÓMEZ

RAÚL CONDE
Aunque nunca saltó al primer plano,
la figura de Matías Cortés resulta im-
prescindible para cartografiar el po-
der económico, mediático y político
de las últimas cuatro décadas en Es-
paña. Influyó en todos los gobiernos
desde la Transición y ejerció de abo-
gado de buena parte de la crema em-
presarial. Murió de forma repentina

el pasado sábado. Contaba 81 años y
una trayectoria cuajada entre las
bambalinas del poder.
Licenciado en Derecho por la Uni-
versidad de Granada y doctor en De-
recho por la Universidad de Bolonia,
también era catedrático de Econo-
mía Política y Hacienda Pública de la
Universidad de Granada, y catedrá-
tico de Derecho Financiero y Tribu-
tario de las Universidades Autónoma
de Madrid y Complutense de Ma-
drid. Su nombre quedará para siem-
pre ligado a la historia del Grupo
Prisa y de su buque insignia, el dia-
rio El País. Cortés estuvo ligado a es-
ta cabecera desde su fundación y fue
uno de los principales soportes jurí-

dico-legales de Jesús de Polanco, con
quien desarrolló una estrecha amis-
tad personal. Ejerció de consejero de
Prisa desde 1977, miembro de su Co-

misión Delegada y de su Comité de
Gobierno Corporativo, y presidente
del Comité de Auditoría.
Cortés resultó una pieza clave en
la defensa de este holding en el caso
Sogecable, sustanciado en la Audien-
cia Nacional en el procesamiento por
parte del juez Gómez de Liaño de
Polanco y de Juan Luis Cebrián por
apropiarse de los depósitos entrega-
dos en concepto de fianza por los
suscriptores de Canal+ al alquilar
los descodificadores. En 1997, Balta-
sar Garzón se abstuvo en la recusa-
ción presentada por Cebrián contra
Liaño, lo que facilitó el archivo del
caso al apartar a éste de una causa
que hizo tambalear los cimientos del
imperio construido por Polanco.
Su decisivo papel en la negocia-
ción con el fondo buitre Liberty, em-
presa estadounidense que inyectó
más de 600 millones de euros en la
editora de El País, fue uno de sus úl-
timos servicios a Prisa. En enero de
2014 rompió sus vínculos con El País

meses después de abandonar el con-
sejo de la matriz. La empresa desta-
có entonces, a través de un hecho re-
levante a la Comisión Nacional del
Mercado de Valores (CNMV), «los
importantes e innumerables servi-
cios» prestados por el abogado.
Su posición en el mundo de la
abogacía le abrió la puerta de la po-
lítica, aunque nunca se decidió a
franquearla, pese a que Leopoldo
Calvo-Sotelo le tentó con alguna car-
tera ministerial. Prefirió mantenerse
en un segundo plano. A través del
bufete Cortés Abogados, defendió a
conocidos empresarios como Ruiz-
Mateos, Luis Valls, Isidoro Álvarez,
Mario Conde, Javier de la Rosa, los
Botín (Jaime y Emilio), Juan Abelló
y Luis del Rivero. Una tupida red de
poderosos amigos que conservó has-
ta el final de sus días.

Matías Cortés Domínguez nació en
1938 en Granada y murió el 27 de julio
de 2019 en Madrid.

El abogado


que salvó


a Polanco


Abogado de referencia en la Transición y


estrechamente vinculado al Grupo Prisa,


defendió a Jesús de Polanco en el ‘caso Sogecable’ y fue


pieza clave de la editora de ‘El País’ desde su fundación


MATÍAS
CORTÉS

CARLOS BARAJAS

Que se


mueran


los guapos

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