OPINIÓN Lunes 29 de Julio de 2019 EL FINANCIERO 49
Hipótesis de la clase política
La amenaza de Lozoya
Cinco. ¿Y la clase política, la
de la “Familia Revoluciona-
ria, priista en el centro hege-
mónico, y en las márgenes el
PAN y su misticismo electo-
ral y el PCM y su enajenación
estalinista, cabeza sin prole-
tariado? Y que me disculpe
José Revueltas, hoy de súbito
de moda, hablo de símbolos
facilongos y no de lectura, la
inversión de términos.
Seis. La clase política, para
usar un término taurino, se
“amorcilla”, deja escapar la
oportunidad de moderni-
zarse, como se modernizaba
la cultura y la ciudad (y se mo-
dernizará parte de la sociedad
al llamado del 68 Occidental:
revolucionar la vida, contestar
todo poder). Salvo una excep-
ción, en el corazón mismo del
PRI. En 1965, Carlos Madrazo
encabeza una corriente que,
vista en perspectiva, se propo-
nía objetivos razonables: ero-
sionar el ya absolutista poder
presidencial, dar lo suyo a las
regiones, impulsar los valores
políticos locales (incluso pa-
rroquiales si me apuran).
Siete. Solamente que en vez
de sentido estadista, el pre-
sidente Díaz Ordaz se “en-
concha”, escucha quién sabe
qué pasos en la azotea (pero
paranoicos sin duda), cancela
la transformación desde la
cocina misma del “sistema”
y se lanza a la caída libre que
dejará marcas ominosas: la
“mano negra” en la caída del
rector Chávez en 1966, el des-
orden criminal estatal (mu-
chas manos, las de su sucesor
futuro en primer término) de
Ocho. De haberse asomado
a la bola de cristal, las imáge-
nes lo hubieran horrorizado.
Un PRI que, antes de desinte-
grarse, pasa por una Corriente
Crítica, juega a la Tecnocracia,
alimenta de mala manera los
ramales del PSUM, del PRD,
del PT, de Morena. Una des-
instauración de la Revolución
Mexicana. Una sociedad, la
mexicana, que, sin distinción
de sectores (el Estado y sus
aparatos, la plutocracia, los
miserables), galopa a la deca-
dencia. El salvamento deses-
perado de la LOPPE en 1977.
La irrupción y consolidación,
en vez de aquella “Familia Re-
volucionaria”, de una nueva
clase política, rapaz, acomo-
daticia, atenta a sus intereses
particulares (pese a definir a
los partidos, meros trampo-
lines, “órganos de interés pú-
blico”), sin programa, frisando
el cártel.
Nueve. Buen ejemplo de lo
anterior, más aún que el PRI
contendiera con un “sin par-
tido” en las elecciones pasa-
das, o las nupcias monstruosas
pan-perredistas, lo consti-
tuye, fresco, a la luz del día, la
reforma a la Constitución de
Baja California que amplía el
período de gobierno.
Diez. Aunque lo verdadera-
mente llamativo no se limita
a la ruptura del orden cons-
titucional local (¡ay, Estados
Libres y Soberanos!), sino en
los protagonistas del atrope-
llo, del enjuague. Sus disque
filiaciones partidarias, su
cinismo a toda prueba, el
desparpajo de la traición, el
juego y rejuego de ganancias
políticas.
Once. De eso hablo cuanto in-
tento columbrar al poder real,
al verdadero poder, mientras
sexenios van y vienen, de la
nación.
U
no. Me temo que el
quid de la cosa pública
mexicana no reside en
los estilos presidenciales de
gobernar, las megalomanías
o delirios (de haberlos) que
se acendran en el poder, sino
en su horno: la clase política,
ociosa pero depredadora, ya
del todo ayuda de ideología
distintiva (según se hizo cons-
tar en las elecciones del pasado
2018). Festín de “chapulines”,
el PAN y el PRD de la mano.
Morena, el partido vencedor,
se exhibe paleta de todos los
colores. Su líder viene del PRI y
del PRD.
Dos. Habrá, como ya lo ade-
lantamos, y perdón por la pa-
radoja, que retrasar el reloj a
los 60 del pasado siglo. Década
axial. Se cumple el cincuente-
nario de la Revolución Mexi-
cana. La Ciudad de México
bulle de nuevas propuestas
literarias, teatrales, plásticas,
cinematográficas; se pone al
día en el pensamiento, pasea
en la Zona Rosa, desata la Se-
gunda Revuelta Cultural del
siglo XX mexicano (la Primera
la habían cumplimentado Mo-
dernistas y Ateneístas).
Tres. El país recibe una dis-
tinción mayúscula: sede de
los Juegos Olímpicos de 1968.
Distinción que, a fe mía, debió
prender todas las alarmas en
Palacio Nacional (todavía ex-
clusivo domicilio legal e histó-
rico del Ejecutivo federal) y en
Los Pinos (residencia familiar
presidencial, todavía no mu-
dada en una especie de Casa de
la A seg urada).
Cuatro. ¿Por qué la alarma
general? ¿Por el costo que
el compromiso internacio-
nal aparejaba en instalacio-
nes, principalmente? ¿Por la
T
riste y muy enojado,
según ha declarado el
abogado defensor del
exdirector de Petróleos Mexi-
canos, Emilio Lozoya, a través
de un video dará la cara y re-
velará pormenores sobre los
casos de Fertinal, Agronitroge-
nados y otros temas por los que
se le siguen investigaciones.
“Ya basta de cobardías de mu-
chos funcionarios que saben
todo esto y no han levantado la
mano”, puntualiza el abogado.
Las declaraciones de Coello
Trejo han redimensionado el
caso tras la detención en Ale-
mania de la señora Austin,
madre del exfuncionario, y
desde luego generan una gran
Fernando
Curiel
alternativa urbana, el de un
apartheid deportivo, o el de
su diseminación en diversos
puntos? No. Porque con todo y
el vigor de un Estado educa-
dor, médico, asistencial, editor
y etcétera, se agrandaba la
brecha entre dos naciones, la
pudiente, moderna, rabiosa-
mente cosmopolita, y la pobre,
preterida. Centro y norte, de
un lado; sur y sureste, del otro.
Mientras la fórmula del Mila-
gro Mexicano, el Desarrollo
Estabilizador, empezaba a ha-
cer agua.
expectación pública, parti-
cularmente por las naturales
especulaciones que ya se pro-
ducen en torno a los posibles
implicados.
La advertencia tiene tono
de amenaza y obvios destina-
tarios, y parece tener como
objetivo inmediato, según se
desprende de la propia decla-
ración, la contención de las
acciones en contra de la pro-
genitora del inculpado, que se
perciben como un acto de pre-
sión y hostigamiento por parte
de la autoridad.
Pudiera tratarse, en efecto,
de una estrategia de negocia-
ción por parte de la defensa,
pero la trascendencia de lo
dicho y su amplia divulgación
en medios de comunicación
sientan un precedente rele-
vante para las investigaciones,
que hasta ahora han tocado
sólo mediáticamente a otras
personalidades de superior
jerarquía, a quienes se podría
atribuir responsabilidad en los
hechos imputados.
Trátese de una estratagema
o de una real intención de ha-
cer públicas denuncias sobre
quienes autorizaron millona-
rias transacciones apartadas
de la legalidad, la amenaza de
Emilio no puede ser pasada
por alto y tarde o temprano
deberá sumarse al expediente
del caso, si es que en reali-
dad la autoridad investiga-
dora quiere llegar al fondo del
asunto.
El mensaje enviado por
Lozoya, por conducto de su
defensor, no va dirigido sola-
mente a los “cobardes” que le
han abandonado a su suerte,
tiene como destinataria tam-
bién a la administración actual
y como ambiente de cultivo a
la sociedad mexicana, que de-
manda freno a la corrupción.
Esta semana veremos si
destapa la caja de Pandora o si
sólo trata de seguir jugando a
las vencidas.
Opine usted:
Gerardo
René
Herrera
El mensaje enviado
por Lozoya, por
conducto de su
defensor, no va
dirigido solamente a
los “cobardes” que le
han abandonado...
Opine usted:
En 1965, Carlos
Madrazo encabeza
una corriente que,
vista en perspectiva,
se proponía
objetivos razonables
Aunque lo
verdaderamente
llamativo no se limita
a la ruptura del
orden constitucional
local