RELATOS DE PAPANTLA I

(Lucía Laura Muñoz Corona) #1

A veces tenía la oportunidad de ver los hatos de vacas, toros, becerros,
trasladándose de un rancho a otro y puedo decir que casi pasaban por
el centro de la ciudad guiados por los vaqueros, las casas cerraban sus
puertas y los niños o gente que iba por la calle se escondían, también se
veían las recuas de mulas y caballos que llegaban de Teziutlán Puebla,
traían laurel, tomillo, canela, nuez de castilla, o nuez moscada, manzana
agridulce, peras criollas no se conocía la manzana golden o estarkin. Cabe
mencionar que se podía comprar una rebanada de miel de abeja por un
centavo y era más grande que una rebanada de pastel, se masticaba la cera
y la tiraban a la basura ya que todavía no se industrializaba.


De Huachinango venían a vender cazuelas, ollas de barro, juguetes
para niñas que eran de yeso o de celuloide eran demasiado frágiles, de
tal manera que si se apretaban se aplastaban con facilidad. Posterior a
éstas, traían también de yeso, cuando éstas se caían se quebraban, después
trajeron muñecas de trapo, eran menos delicadas, juguetes como salitas
de madera, sillitas, camitas, roperitos, trasteros, etc. Para la gente mayor
traían cucharas de madera para guisar, molinillos para batir el chocolate y
servirlo espumoso, palotes para hacer tortillas de harina y hojuelas.


Para que jugaran los niños vendían trompos, yoyos, baleros, y unos
maromeros de madera que hoy ni siquiera los conocen, todos estos juguetes
eran manuales no había ni mecánicos ni eléctricos, los niños jugaban a
los caballitos con una escoba de madera entre las piernas y el palo que
hacia de caballito le ponían una rienda de mecate atorada en un clavito y
trotaban, y los “crueles” charpes que se hacían para matar a los pajaritos.


Los comerciantes traían ramitos de violeta, traían pensamientos (así se
llamaban), para ponerlas de adorno en el pelo, en macetas traían dalias,
rosas fi nas, azucenas, capotes, fl or de azalia, y nardos que tienen un
olor fabuloso, la resedad el jazmín y la fl or de mayo son oriundos, casi
están desapareciendo. De México venían los comerciantes de telas, para
exhibirlas ponían unos catres, donde se colocaban las piezas de tela que
a su vez amarraban de una esquina a otra de una pared y levantaban las
telas de multicolores ya sean fl oreadas, lisas o de rayas y nunca faltaba las
mantas, antes se comercializaba mucho el tusor, el linón, manta, dichas
telas eran de algodón, las telas de colores despintaban mucho desde la

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