Historias botánicas
a color
Este trabajo está compuesto por múltiples operaciones: primero
Nilda utilizó su clásico molde para dibujar las piezas de la taba-
quera, para luego bordar el bolsillo pequeño de la parte interior
donde va el tabaco, y terminó el trabajo con el bordado de la
pieza larga exterior. Con eso finiquitado, pudo comenzar a unir
hilvanando el resto de las piezas que componen la tabaquera.
El punto protagónico de esta pieza es el preferido de Nilda: el
punto cadena. Lo utiliza para rellenar pétalos y algunas hojas en
una hebra, contrastándolo con las zonas hechas en punto relle-
no a dos hebras, lo que provoca un sutil juego de volúmenes en
la composición general. Mientras, en “punto cruz, así lo conozco
yo” decoró el contorno completo de la tabaquera, bordándolo
sobre una brillante cinta verde que enmarca con elegancia su
creación. En el interior, otra cinta decorada con una perlita
blanca, adorna coquetamente la parte alta de la tabaquera.
Los colores del exterior de la pieza tienden a las tonalidades
rojas, con una amapola granate y un clavel en rojo matizado que
capturan todas las miradas. Por dentro, bordada en el bolsillo
negro, una delicada amapola combina con el clavel exterior. Más
arriba, en un brillante fondo blanco, un ramo asciende como
antesala de una gruesa cinta de raso adornada con una rosita
verde y la perla, que sirve para enrollar la tabaquera permitiendo
que tabaco y papelillo ocupen su lugar sin accidentes.
Luego de recorrer milimétricamente cada superficie, puntada y
material, Nilda dice: “Trabajo terminado”, con ojos de satisfac-
ción que reflejan su pasión por este oficio y por contar minucio-
sas historias botánicas. Un oficio textil que la conecta con su
mamá, con sus hermanas y, desde hace un tiempo, también con
su nieta Valentina, quien ha ido aprendiendo la delicada y prolija
técnica de su querida abuela, abrazando así este legado de
agujas e hilos.