En una de sus caras encontramos bordado un ramo de pensa-
mientos, cuyos pétalos de colores se unen visualmente a
través de tonalidades azuladas. En la parte baja, dos sencillos
triángulos permiten guardar el sobre de papel. La tensión de
los hilos con la cual Ernestina borda esta pieza, más suelta que
de costumbre, le otorgan al motivo una sensación visual orgá-
nica, naturalidad que le sienta bien a la textura del cuero que
lo acompaña.
Por el otro lado, un ramo de rosas de un rojo matizado,
porque “el matizado queda muy bonito”, sube aprovechando
la forma de la tabaquera, mientras tres botones de rosa
–“donde ya va a romper la flor”– coronan el motivo. Así, entre
tonalidades matizadas que contrastan con los colores sólidos,
Ernestina decora las superficies de la tabaquera.