La vida en estas tierras nunca ha sido fácil, menos en sus tiem-
pos de niña, en la década del cincuenta Cuando “aún no exis-
tía Cochrane, no había nada acá”, cuenta la bordadora. Los
primeros hilos de su vida fueron las hilachas que reciclaba de
su ropa. Tenía 12 años cuando aprendió a bordar, en ocasiones
INSPIRACIÓN
SOBRE UN SAUCE