Bordados con historia: relatos de artefactos textiles en la cuenca del Baker

(franvidalv) #1

Su color favorito es el verde, “el verde de la naturaleza”. Para las
montañas escogió el “azul, porque la cordillera siempre está
con un color más oscuro debido al frío; este cerro justo cuando
lo bordé tenía una mancha de nieve acá y corría para allá”. Lo
único que está trastocado en su registro textil son los colores
de la escuela, la cual, en realidad, es del tono natural de la
madera de ciprés con la que fue construida. Quién sabe por
qué escogió en su juventud esos brillantes colores para bor-
darla, pero, sin duda, le conceden a la escuela el protagonismo
que se merece dentro del cuadro.


El primer punto que le enseñó su mamá fue el de las “hojitas”
que aparecen en el cuadro. Luisa cuenta, con entusiasmo, que
la forma de bordar que ella le enseñó no provendría de su ima-
ginario, sino que sería fiel a cómo ocurren los procesos en la
naturaleza. “Y claro, mirando ahora las flores que yo siembro,
hay flores que vienen por el palito, y salen poquito y de repen-
te florecen. Y ahí están, ella no lo hacía por hacerlo”. Doña
Elisa le heredó un método de bordar en el que forma y técnica
provienen de una observación directa de la naturaleza, en este
caso, del cómo florece una determinada especie de flor.


En este bordado, utiliza el punto cadena y el punto liso para
darle diferentes texturas a los elementos de la composición.
Así, las montañas parecen estar achuradas a la espalda de la
escuela, mientras los árboles y pastos parecen moverse en el
frente enmarcando la escena.


En la parte superior, encontramos el título de la obra: “De lago
Vargas”, debajo del nombre completo de Luisa subrayado y
escrito en letras rojas. Esto nos habla de una bordadora que, a
su corta edad, valoraba inmensamente su trabajo y que,
con orgullo, lo firmaba para que todos supieran que fue ella
quien bordó esta escena cotidiana.

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