- Las santas personas suelen vivir poco. Incluso parece que
desprecian la muerte. Por eso hacen cosas que cualquier
otro no haría. Les llaman “locos” porqué gozan de una
valentía poco común. Pero, la palabra correcta que les
describe es “temerarios” en lugar de “locos”. Un santo no
está loco, en realidad suele estar más cuerdo que
cualquier otro congénere. Por supuesto, eso “irrita” a
muchos cobardes, avariciosos, corruptos, y a los siervos...
En el mercado dicen que Diógenes anda por las calles con
un farol, a pleno día. Al parecer intenta dar con algún
ciudadano honesto. - ¡Por Zeus! La vida de los filósofos no me incumbe, -
exclamó Polinices-. Yo busco todo lo contrario; A un
falsificador que acuñe esas monedas que todo lo
compran. Un falsificador tan falso como la propia
democracia de Atenas y su taller falsificador de “moneda
legal”,- si no lo encuentro podría tener serios problemas,
más adelante. - Habrá otros falsificadores ¿No?
- Eso espero-, dijo Polinices tragando saliva.
- Búscalo, esposo mío, y deja que yo trate con Diógenes.
Iré a su encuentro... Quizás le gusten las mujeres, -
comentó Asteria, la bella mujer de Polinices. - Como quieras-, concedió el funcionario del consejo de
estrategas.
albert durall moysset
(Albert Durall Moysset)
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