Los falsificadores ciegos

(Albert Durall Moysset) #1

XIX.


Al día siguiente, Dédalo, el joven sobrino de Cicerón,
quiso saber cómo era posible que, según Diógenes, el
hombre fuera más corto de vista que un perro. De modo
que partió a su encuentro para preguntárselo,
personalmente.



  • Diógenes, ¿En que te basas para decir que un perro ve
    más que un humano? O, dicho de otro modo: ¿Por qué el
    humano ve menos que un perro?

  • ¿Tu crees que un humano ve más, Dédalo?

  • Tiene que ser así, pues la inteligencia humana es
    superior a la de cualquier animal. Sólo hay que ver la
    destreza de los artesanos, los constructores o de los
    dramaturgos y poetas... ¿Qué perro es capaz de realizar
    tan sublimes obras?

  • ¿Qué hay de sublime en las obras que el humano
    produce?

  • Son bellas, dignas de admiración. Un perro nunca será
    capaz de construir el Partenón.

  • Creo que confundes “ver” con pensar, proyectar,
    imaginar, etc... El perro ni piensa, ni proyecta, ni imagina,
    ni recuerda, ni habla, ni utiliza su inteligencia al modo
    humano. La mente del humano es compleja, la del perro
    es simple.


Es precisamente la complejidad mental del humano lo
que le aleja de la naturaleza. Es el principal obstáculo del

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