karawanzine

(karawanzine poeticopX_bn9) #1
Indispensable mencionar a un
distinguido caballero inglés, el
historiador David John Butler, que
tiene la gentileza de dar a conocer
desinteresadamente y desde hace
cuarenta años, este recinto sacra-
mental, con recorridos guiados en
los que ilustra sobre los persona-
jes más relevantes que allí re-
posan, y cuyas narraciones refu-
erzan el misterio y la singularidad
de este rincón algo desconocido
de nuestra ciudad.
Vamos a presentar una pequeña
muestra, de las muchas person-
alidades de la burguesía extrajera
del siglo XIX que aquí descansan,
comenzando por los fundadores
alemanes de Loewe en 1889, ex-
pertos en curtidos y alta costura.
Son tres los miembros aquí en-
terrados representantes de esta
afamada casa de moda de lujo,
considerada una de las mejores
marcas de artículos de cuero a
nivel mundial, Su lápida resulta
tan elegante y austera como los
artículos que promociona.
Prosiguiendo el paseo encon-
tramos la tumba de la familia
Lhardy, que sofisticó la cocina
madrileña al fundar en 1839 un
distinguido restaurante que lleva
su apellido, y que actualmente es
considerado uno de los más an-
tiguos y reconocidos de Madrid.
Su principal artífice fue Huguenin
Dubois, que a instancias de la
condesa Eugenia de Montijo de-
cidió adaptar la esencia y elegan-
cia de la gastronomía francesa a la
cocina española en dicho local sit-
uado en la Carrera de San Jeróni-
mo. Por sus salones han pasado
escritores, como Galdós o Azorín,
personajes intrigantes, como la
espía Mata-Hari o el político Nice-
to Alcalá Zamora.

Asimismo, el acróbata Wil-
liam Parish y su mujer Matilde,
herederos el popular Circo Price,
anteriormente conocido como
Circo Parish situado en la Plaza del
Rey, también están aquí enterra-
dos. Su fundador, Thomas Price
falleció en un accidente en Valen-
cia, y allí reposan sus restos.

Madrid fue escenario de ir y ve-
nir de espías ingleses, alemanes
y americanos durante la Segun-
da Guerra Mundial, debido a la
postura neutral de España en el
conflicto. Y locales como La Bal-
lena Alegre -nombre el sótano del
Café Lyon-, el citado restaurante
Lhardy, la casa Ciriaco, los clubs
Chicote y Pasapoga, o el salón de
té Embassy fueron lugares de re-
unión de intrigantes y espías.
La fundadora de este último, Mar-
garita Kearney Taylor, que des-
cansa en este cementerio desde
los años ochenta, logró gracias
al Embassy de La Castellana sal-
var la vida de muchos refugiados
perseguidos por la Gestapo, en-
trando por la cocina del local y sa-
liendo por la puerta trasera, con-
fundidos con la clientela.

Mari Carmen Esteban

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