La influyente familia de ban-
queros austrohúngaros Bau-
er, ostenta el único mausoleo
del recinto. Destaca en él una
gran pirámide de estilo neoe-
gipcio, del arquitecto Fernan-
do Arbós y Tremanti, en cuyo
interior reposan, a día de hoy,
solo cuatro de sus miembros.
Los Bauer constituyen una de
las dinastías de financieros
más poderosas del siglo XIX en
Europa, y representó a la Casa
Rothchild en Madrid. Emprend-
ieron negocios en las minas de
Riotinto y Almadén, en los Fer-
rocarriles MZA y en empresas
petrolíferas. Y adquirieron pala-
cios emblemáticos como el de
El Capricho, o el llamado Palacio
de los Bauer, en la calle San Ber-
nardo, donde tenían lugar dis-
tinguidas fiestas aristocráticas
para la élite política de la Corte.
Obligado detenerse en nuestro
paseo ante la pirámide masóni-
ca de la familia Tertsch, un ex-
traño panteón al fondo del ce-
menterio, donde está enterrado
Ekkehard Tertsch, diplomático
y periodista austriaco. Durante
la Segunda Guerra Mundial tra-
bajó como informante para el
III Reich, y como jefe de pren-
sa en la embajada alemana de
Croacia, y en la de Madrid. Tras
el atentado contra Hitler en
1944 -Operación Walkiria-, fue
detenido por su presunta par-
ticipación en la conspiración, e
internado en el campo de con-
centración de Sachsenhausen
hasta 1945, fecha en que re-
gresó a España disfrazado de
sacerdote. Aquí se casó y traba-
jó como corresponsal de varios
periódicos austriacos. Fruto de
su matrimonio nació el contro-
vertido periodista conservador
Hermann Tertsch.
Descubrimos al entrar un jardín
tradicional inglés, algo deca-
dente, de cedros y acacias, que
alberga unas 600 sepulturas,
bajo cuyas lápidas de cientos de
años desgastadas por el tiempo
y cubiertas de musgo, reposan
personalidades, muchos de el-
los, británicos protestantes.Finalizamos citando al fotógr-
afo galés Charles Clifford, cuyo
cadáver llegó al cementerio una
década después de su inaugu-
ración, pero misteriosamente
solo se conserva su lápida. Pi-
onero de la fotografía españo-
la, junto con J. Laurent, por su
particular visión artística, se
dedicó a fotografiar desde 1850
los paisajes rurales y urbanos
de nuestro país. Por su calidad
técnica y compositiva alcanzó el
título de Fotógrafo de Su Majes-
tad la Reina.
Sin haber podido comentar mu-
chas más historias de person-
alidades que aquí descansan,
y otras tantas que desconoc-
emos, esperamos rescatar del
olvido las vidas silenciosas que
aquí palpitan, que sin la memo-
ria colectiva desaparecerían de-
finitivamente.Historia